viernes, 20 de mayo de 2016

El cochino y los gitanos.

                                                                             

                                                                               
           El día 30 de Octubre de 1912; en la finca La Ruisa, propiedad del hacendado sevillano don Carlos O´Donel y Vargas.
       Ha desaparecido como por arte magia un hermoso cerdo, de unas nueves arrobas más o menos; tras avisar a la guardia civil del curioso hecho, se abren diligencia, determinando que la noche de la desaparición, pernoctó en las inmediaciones de dicha finca una cuadrilla de gitanos y en el lugar donde pusieron su campamento, se ha encontrado varios despojos del pobre animalito.
      Pero ahora viene lo bueno. El desgraciado cerdo padecía una enfermedad contagiosa y se encontraba separado de la piara en observación por parte del Inspector de Higiene Pecuaria de la Provincia.
    Pendiente de su sacrificio, y de analizar parte de su carne en el vecino pueblo de Niebla mediante el microscopio, si se encontraba como portador de la triquinosis. Puestos que las autoridades sanitarias de Huelva, habían recibido información días antes de un grave suceso ocurrido en Galicia.
    ( Los hechos fueron ocurrido en la aldea de Becerrea provincia de Lugo, donde los vecinos temiendo a las manadas de lobos, que por el motivos de las nevadas últimas, bajan a la dicha aldea, se le ocurrieron la idea, de matar a una vaca herida por los mencionados carnívoros, con un fuerte veneno.
         Lo que no se percataron de que pasaron cerca de la dicha vaca, un grupo de gitanos que sin sospechar de la situación, empezaron a comer de dicho animal infectado, lo que produjo la muerte de cinco miembro de la familia y tres más ingresado en estado grave.)
       Tras realizar la averiguaciones oportunas dieron con los citado gitanos, que fueron sancionados tiempo antes en la finca vecina conocida como La Dehesa del Puerto, propiedad del acomodado don Antonio Sánchez Bedoya y situada a siete kilómetro de Niebla, teniendo en la punta la finca el apeadero del ferrocarril conocido como La Gravera.
      Ocurrió el siguiente hecho, un grupo compuesto por tres sujetas conocidas bastante bien por estos lugares, hallándose acompañada de una burra, que fue sustraída del vecino pueblo de Bonares, siendo su propietario el bonariego Hermenegildo de los Santos.
      Las tres gitanas pertenecía a la citada familia, llamada Antonia la Republicana, Dolores la Loca y la hija del Mono Azusa, dedicándose a robar bellotas.
      Cuando tenía bien lleno el serón, se presentó sin previo aviso, dos números de la guardia civil que detuvo a las tres individuas, ocupando el fruto robado y poniendo el hecho en conocimiento del Juzgado.
       Toda la familia se encuentra reunida en la prevención provincial, en espera para la revisión médica por parte de los sanitarios, así como las responsabilidades penales que requiera el citado caso.
   Mientras los gitanos, proclaman que a ellos no les pasaran nada, demostrando que todas su familia se encuentra inmunizadas de la triquinosis.
   !Mejor, que sea así!

José García Díaz.




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