domingo, 1 de enero de 2017

!El hambre en Niebla!

   
Foto de José Gómez Feria del año 1922.

       Niebla Arqueológica.
    En   Marzo de 1922. Estuvo en Niebla visitando el Museo Arqueológico don Gualterio Browning, director general de la Compañía de Río Tinto, que hizo mucho elogio del importante monumento de la Puerta del Buey, completamente terminada ahora la obra de afianzamiento y compostura emprendida hace cerca de siete años por doña Elena Whishaw, siendo así que la gran torre puede durar en su actual estado otros pocos de siglos.
     También han estado visitando el Museo dos señores del Consejo de Administración de la compañía minera AlKail Limitada, señores, Davidsón y Muspratt, con el director, señor Maidment, a quien llamaba mucho la atención el hallar una colección arqueológica de tanta importancia científica en un pueblo como Niebla. Expresaron todos dichos señores admiración de la preciosa portada árabe de la derribada parroquia de San Martín, rescatada de la picota destructora gracias a las gestiones practicadas por doña Elena Whishaw  a instancia del Alcalde, don Cristóbal Barrera, cerca de la Comisión de Monumentos de Huelva y del señor Gobernador Civil, cuyo resultado ha sido el dictamen de su conservación. También se habla de la conveniencia de excavar una soberbia solería de mosaico romano que existe en el corral de una casa  propiedad del señor Rite, ya que una vez puesta en condiciones, la citada solería  serviría de un atrayente más para los turistas que empiezan a influir en la histórica ciudad. El nombramiento del cura Párroco don Cristóbal Jurado, correspondiente de la Academia de la Historia debiera motivar grandemente toda obra de conservación de vestigios tan importantes, ahora oculto y desconocidos más que por fotografía o dibujos de ellos guardados como reliquias en el Museo de Niebla.
      Desgraciadamente por lo pronto no se puede contar con más recursos materiales algunos en el mismo pueblo para trabajo de esta índole, puesto que Niebla entera está sufriendo las salpicaduras de la crisis angustiosas que atraviesa la industria minera de la provincia y muy especialmente la de Río Tinto.
   Casi puede decirse que los pueblos del Condado padecen más que los de las mismas minas, de la situación actual, son que aquí en Niebla la mitad del pueblo vive de las canteras que suministran piedra caliza para las fundaciones de la Compañía Minera, como pasa también por ejemplo en el pueblo de Bonares, en donde dos terceras partes de los hombres se ganan la vida criando hortaliza para los pueblos mineros. Y en igual caso son otros muchos pueblos donde hay contratista de madera, grava, arena, y lo demás cuyos jornaleros por falta de pedidos de las empresas mineras, quedan en la mayor miseria.
   Verdad es que en Río Tinto como en otras minas, se están despidiendo a centenares de obreros, ya que el estado del mercado mundial, la industria minera no puede aguantar el nuevo arancel sobre las exportación.
     Pero muy distinto es el caso de los pueblos que viven de las empresas mineras, sin que sus habitantes sean empleados de la Compañías con derechos a los referidos socorros y otros beneficios.
      Limitado esta crónica a Niebla, por no hacerla interminable, tenemos aquí muchas familias que han quedado medio hambrientas varios meses ya, mientras los pedidos de piedra calizas, arenas, etc. etc. de Río--Tinto han ido constantemente de menos en menos, y ahora hemos recibido el último golpe.
     La cantera de piedras caliza y los hornos de cal están paralizados. por estar paralizada la fundición de la mina. Donde antes de la guerra trabajaban doscientos hombres y zagalones, llevando el bienestar y la tranquilidad a otros tantos hogares, ahora hay un solo guardián.
    Y lo mismo ha de pasar en una forma u otra en todos los pueblos que viven indirectamente de las empresas mineras, amenazadas éstas con la ruina por estar imposibilitada la competencia en el mercado mundial con las otras potencias de el país de origen.
     el poeta Casto Pino, el que conoce la vida del obrero como su biblia; ese gran profeta que sabe como ninguno apelar a los corazones de los que gozan de la vida amena, escribió hace meses ya un grito de desesperación, dirigido a la Reina Victoria, "generosa y fuerte cuando el dolor aterra", presagiando lo que actualmente había de ocurrir, una vez que se gravaran los minerales con una nueva tarifa que constituye la muerte de la explotación minera.

   José García Díaz.


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