Elena y las carreteras
españolas.
Bajo este epígrafe
en el diario inglés "Te Times" del día 26 de Noviembre del año de
1929, publica un artículo firmado por doña Elena Whishaw, directora de la
Escuela Anglo Hispano-- Americana de Arqueología en Niebla, que dice lo siguiente:
"En el mapa
que acompaña el citado artículo en el mencionado diario, por su corresponsal en
Madrid, sobre las carreteras españolas, se nota la omisión de la que transcurre
desde Sevilla a Huelva. Esta que sigue el camino romano de la misma época que
los monumentos de Niebla, situado al final del siglo último antes de J.
C."
La carretera
responde a las necesidades modernas, debería encontrándose terminada su
construcción próximamente completa el año
pasado.
No solamente llega
al puerto floreciente de Huelva, tan favorecido por las empresas mineras
británicas, sino a unos diez kilómetros más allá del puente romano.
Al pie del castillo
romano de Niebla, hay una carretera secundaria tan excelentemente acondicionada
como la real, carretera que conduce desde Bonares hasta Palos y La Rábida,
lugares que deben ser visitados por todo turista por el interés único en la
historia y por la preciosa vista del Estuario del río Tinto, a lo largo de cuya
orilla se extiende.
El Patronato
Nacional de Turismo, acaba de instalar una de sus confortables hostelería o
casitas de descanso en los pinares que circundan el famoso monasterio,
existiendo un servicio de primer orden de autobuses que facilitan el tráfico
turístico entre Sevilla y Huelva.
Tenemos noticias de
otro diario huelvano de que tan pronto apareció dicho suelto en el periódico
inglés, comenzó a recibir carta la señora Whishaw pidiéndole las señas del
mencionado Patronato referido, que facilita los itinerarios de viajes
proyectados para la actual temporada turística.
Con el nombre
" El turismo en Huelva y su provincia" se titula este artículo
de la mano del corresponsal don Ramón Ortega.
Hace pocos días, la
ilustrada arqueóloga, doña Elena M. Whishaw, publicaba un razonado artículo en
el periódico inglés, "The Thimes", en el cual su representante de
este diario en Madrid, comentando que no solo terminaban la carreteras
españolas en Sevilla, sino que también había una que ,partiendo de esta última capital, y
pasando por la antigua Ilipla, llegaba hasta el puerto de la vieja Onuba.
Doña Elena ponía
de manifiesto a sus compatriotas, que en este trozo de carretera de
inmejorables condiciones para el turismo, no podían admirar las bellezas de la
Rábida y, de paso ver el antiguo castillo y el museo de la antigua Niebla.
Días
atrás otro artículo relacionado sobre el turismo, firmado por Amalio R.
Castillo, y también de hacer ver en el olvido que todos tienen sometidos a esta
Huelva nuestra y sus lugares históricos del descubrimiento del Nuevo Mundo,
citando como no a las murallas árabes de Niebla.
Antes
el cariño que demuestran tanto como la señora Elena como don Amalio, hacia este
viejo y olvidado pueblo, nosotros hijo de él, no podemos por menos que
sentirnos orgullosos de que una extranjera y un onubense ensalcen a este viejo
pueblo.
La
ilustre arqueóloga, directora de la Escuela Anglo--Hispano Americana, ha sido,
la que, dando gran impulso a las excavaciones que se realizan por cuenta de
dichas Escuela, de la cual es presidente honorario S. M. el Rey de España, fomentando
el turismo hacia Niebla, para admirar las galerías subterráneas del castillo y
sus antiguas murallas.
Admiración total hacia esta ilustre
extranjera ha sido siempre muy grande, por su trabajo y la fé que a pesar de
los años, se ha puesto siempre dirigiendo los descubrimientos realizados desde
hace varios años, hasta la fecha.
Pero más grande es
nuestra gratitud y admiración hoy, por no haberse olvidado en su artículo, de
estos lugares, que, si pobres y humildes son, muy ricos y muy noble serán
siempre, por su historia.
Y dando las gracias
también a don Amalio R. Castillo. Puesto cuando se ha vivido varios años en el
recinto de estas murallas, es muy difícil borrarse la impresión que produce en
nuestros sentimientos estas derruidas murallas, y eso le ha pasado a nuestros
citados amigos. Le ha bastado vivir varios años al pié del castillo, para, que, su corazón se inunde de
amor hacia la antigua Ilipla, y defienda por igual el olvido en que tiene,
tanto a la vieja Niebla y a los lugares colombinos, como floreciente y bella
Onuba.
José
García Díaz.