Reclamación por parte de un vecino de esta
villa, dirigida a la Alcaldía el 26 de junio de 1946, donde se expresa de la
siguiente manera.
Me dirijo al
Ayuntamiento de este pueblo, en mi nombre don XXX, mayor de edad, casado,
industrial, vecino de Bonares en la calle General Franco nº xx, que antes usted
comparece, como mejor proceda, con todo respeto, tiene el honor de exponer: Que
mi padre y causante con el mismo nombre que el mío, don xxx, que falleció en
este pueblo el día 30 de julio de 1934, era propietario de la siguiente finca
denominada: “Cantarrana”, que linda al Norte don la Estación de Niebla-Sevilla;
al Sur con Leonardo Pérez Coronel; al Este con el camino que se dirige al “Destacamento del Polvorín” y con
Manuel Pérez de Guzmán; al Oeste con la taberna de Matías Padilla Ponce y con
Manuel Calero Lineros. Tiene una superficie de 46 áreas y treinta centímetros,
con un líquido imponible de 75 pesetas, y Renta líquida de 51,24 pts.
El expresado
inmueble fue cedido por su causante al Ayuntamiento de este pueblo de Bonares,
para facilitar la construcción del ferrocarril proyectado por don Adonís de la
Riva Ruíz, que se uniría a la finca de su propiedad con la Estación de Niebla-Sevilla,
con enlace en este pueblo citado, donde debía establecer otra Estación, en el
sitio conocido por la “Zahurdilla” con destino a recoger y traer viajeros de la
primera citada.
Las condiciones en
que estos terrenos fueron cedidos, en venta, al Ayuntamiento de Bonares,
resultando del documento suscrito entre la Corporación y los propietarios de
los afectados por el proyecto, del que está acompañada por la oportuna
certificación expedida por el Secretario Municipal de este Ayuntamiento en 16
de julio de 1928.
Por la cláusula
cuarta del expresado contrato se conviene, literalmente, en lo siguiente: “El
referido señor de la Riva utilizará la cesión de estos terrenos, mientras dure
la explotación, de la línea férrea, pasando los terrenos ocupados a las manos
de su antiguos propietarios o herederos, en el caso de ser abonado por el dicho
ferrocarril bien por el citado señor Adonis, o por la entidad que continuase la
dicha explotación, en las condiciones que estipulen en el contrato que se lleve
a efecto entre el citado señor y el Ayuntamiento”.- Y aunque la redacción de
esta condición no es muy clara precisamente, si permite deducir que los
terrenos deberían ser devueltos a los cedentes si el cesionario citado señor
don Adonís o la Entidad que le sustituyese no los abonases en las condiciones
que se hicieron constar en él propio documento.
De lo expuesto
se deduce que los terrenos cedidos por el causante del que firma, no lo fueron
mediante una venta lisa y llana al Ayuntamiento de este pueblo, si no por una
concesión para dotar al pueblo de un ferrocarril para el transporte de sus productos.
Pero como
desgraciadamente sucede en la mayor parte de las obras humanas, la que motivó
el desprendimiento de los propietarios del terreno pasó de ser un vano intento,
del proyecto de montaje de una estación ferroviaria. El señor Adonis Rivas Ruiz
hizo el negocio que se proponía en su Coto, como era sacar la madera que taló
de una finca de su propiedad, y en sus alrededores, solo su exclusivo para su
interés personal, instaló el ferrocarril sólo para mantener sus beneficios
económico, sin mantener el menor interés en la construcción de la proyectada
estación de viajeros para este pueblo, ni se abriese el servicio de transporte
de mercancías de los particulares.
Las condiciones
de este abandono, en sitio distinto de los particulares para cada uno de los
que, generosamente, intervinieron en facilitar la creación de esta línea
ferroviaria, pues mientras aquellos propietarios que cedieron una faja de
terreno para que se instalase la citada línea, al ser levantada esta, han
recuperado las tierras, pero el que suscribe, que cedió una parcela para
construir la estación junto a la de Niebla, no ha merecido el mismo trato, ya
que respetuoso con los pactos celebrados no han querido reintegrarse a la
posesión del terreno, hasta que usted señor Alcalde lo estime oportuno.
Y en esta
circunstancia el firmante estima llegado el momento de solicitar del
Ayuntamiento la devolución del terreno de conformidad con los antecedentes
expuestos que, en resumen, son los siguientes:
A) – La cesión en virtud de lo convenido
en el contrato del 20 de marzo de 1923, fue condicionado a que los terrenos
objeto de la misma se instalase un ferrocarril en las condiciones y
circunstancia que se especificaban en el documento. -
B) – Por la cláusula cuarta del
expresado contrato también se establecía otra condición resolutoria de la cesión.
-
Y como ninguna de las condiciones
presupuestadas han sido cumplidas ni se instaló el ferrocarril en la forma
prevista, ni se ha dado ejecución a lo que se estableció en la cláusula 4º), si
no que por el contrario ha desaparecido el citado ferrocarril, se está en el
caso de que el Ayuntamiento de su digna presidencia resuelva en justicia que
los terrenos sean devueltos al firmante; comprometiéndome a reintegrar a este
Ayuntamiento las cantidades que recibiera mi padre y causante a buena cuenta de
la indemnización de perjuicio convenida.
En virtud de lo
expuesto, suplico a usted señor Alcalde, tenga por presentado este escrito y en
mérito de lo expuesto, se digne acordar que sean devueltos al firmante los
terrenos que su padre, cedió al Ayuntamiento de su Presidencia en las
condiciones ya reseñadas, para la construcción del proyecto ferrocarril de
Bonares; todo ello por ser así de justicia que pido en Bonares a 26 de junio de
1946.
Con esta factura,
que presentamos, son una de las cinco parcelas que disponían este Ayuntamiento
en régimen de alquiles a clientes de empresas comerciales, en la citada Estación de
Niebla-Sevilla.
Algunos contratos de arrendamiento de este
Ayuntamiento de este pueblo, cuya Corporación la preside don Guillermo F. López
Ugena, (don Pitute), mayor de edad vecino de este citado pueblo, Provincia de
Huelva, y la Sociedad Rodríguez Hermanos.
Por lo cual este Ayuntamiento, arrienda a
esta empresa, una parcela de terreno de cabida aproximadamente de 50 áreas que
poseen en su propiedad, en el sitio en la Estación de Niebla y el pago llamado
Cantarrana, término municipal de Niebla, cuya finca fue segregada de otra de
igual nombre de la propiedad de don XXXX, difunto, vecino que fue de Bonares,
hoy de sus herederos.
El precio del
arriendo es el de 365 pesetas, empezando el día 1 de julio de 1945, aunque la
renta es anual, ésta se podrá ser pagada por meses, trimestres, semestre ú año,
pendiente al deseo del Ayuntamiento de este pueblo.
Al mismo tiempo,
el citado terreno es destinado para la Industria de su madera, pudiendo
edificar y instalar en el mismo las máquinas de serrerías que le fueran
necesario.
Otros de los
almacenes arrendados, más curiosos aparece un almacén a nombre de don Manuel
Barea Ginés, con la materia prima del bacalao y sardinas en arenques para
surtir los pueblos cercanos.
Otra parcela, era
de un propietario de Almonte destinada para almacén de carbón vegetal para su
exportación.
Toda estas pequeñas
y cercanas industrias bonariegas, contaba enfrente con los Barreros (a la
actual fábrica de cemento) con unos hornos de ladrillos, canales y losetas
locales, las fincas de los alrededores de la citada Estación llamada los
Majuelos, y en la otra el Neto y su arroyo eran el 90 por ciento de estas
parcelas agrícolas eran de propiedades de los lugareños de este pueblo.
No fue hasta los
años 60 del siglo pasado cuando esta estación entra en declive, ante la
competencia que ofrecían los transportistas camioneros, donde este pueblo ya
empezaba a notarse como uno de los más emprendedores del Condado, ya que
disponía entonces de 47 camiones, para que años después en 1976 contaban con la
suma de 82, de los cuales 40 estaban dedicado al transporte de la madera, que
mantenía como ayudante a más de 120 personas de este pueblo.
Esta famosa y
nostálgica estación que tanto representó en el transcurrir de la vida del
bonaerense, que durante muchos años acogió a miles de viajeros, donde ella se
enlazaba directamente con la carretera que llegaba a este municipio.
La curiosa
histórica foto de la bonita estación fue realizada en agosto de 1995, para el
Archivo del Ferrocarril de Andalucía, cuando todavía mantenía el guarda que también
la cuidaba, como queda expuesta con sus masetas de flores y limpiezas ya que
este hombre era su inquilino, por parte de la empresa Renfe hasta que al final
la cerraron, para quedar pacto del vandalismo.
La
citada estación, cargada de historia fue testigo el día 28 de septiembre de
1980, cuando la famosa locomotora por diésel que portaba delante las letras
TAF, que, durante cerca veinte años, hacia el recorrido de Huelva a Sevilla y
viceversa, realizó su último viaje, para pasar a la electrificación y con ello
dejaron de recoger pasajeros, dejando solo el apeadero de la Puerta del Buey.
Mientras los
mayores de mi edad, conservamos con nostalgia cuando estábamos en el campo con la vista cerca
de la vía del tren, se escuchaba el curioso pitido y ruido de la marcha de las viejas
locomotoras de vapor pasando por los raíles sobre el campo de Niebla, bajando y
subiendo de las minas de Río Tinto, hasta el año de 1975, para año después la
cerraron definitivamente en marzo de 1984.
José García Díaz,
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