lunes, 2 de marzo de 2020

Las nao San Miguel y la Gallega.


                                                           


    Orden por parte de Felipe II el día 16 de Julio de 1561: "Porque conviene al aumento el aumento, conservación y seguridad del comercio y navegación de nuestras indias establecemos y mandamos que en cada  un año se hagan y formen en el río de la ciudad de Sevilla, puerto de San Lucas y Cádiz dos flotas y una armada real que vayas a las indias".
   De esta rentable actividad por aquellos años para el reino destacamos la ocurrida y conocida por la "Armada flota de don Diego Flores de Valdez, que salió el 27 de Septiembre del año de 1581 del puerto de San Lucas de Barrameda que terminó en unas de las grandes tragedias de la mar, motivadas por el naufragios de dos navíos de la citada flota.
  Empezando que estuvo con serios problemas ya antes de salir del puerto, motivadas por partes del  responsable de la citada flota, con el que se suponía que ejercía de segundo, el citado Diego Flores con el ilustre Sarmiento Gamboa.  Las disputas entre ambos  se basaba que el citado Flores era un gran marino de espada en mano curtido en la vida militar, mientras que Sarmiento, era todo lo contrario fue un culto historiador, geógrafo, explorador y hombre de bien que tuvo  con el anterior la negativa para que fuese Gobernador y capitán de la región del estrecho de Magallanes. De hecho el general Florez Valdes, propuso a su Majestad Felipe II hasta los nombres de siete generales, antes de Sarmiento, puesto que este y el piloto Antonio Pablo Corzo no tenían el suficiente saber sobre lo que  era la marinería.
  Aunque hay además documentada parte de alguna rencillas, ya que Sarmiento de Gamboa contaba con un contrato por parte del Rey para esta jornada de 5.000 pesos de salario, mas de 3.000 ducados de de ayuda de costa, por llevar el encargo de Capitán General y el de Gobernador del Estrecho de Magallanes que obligó al general Flores pedir su dimisión al Rey, y este no la aceptó. 
    Teniendo que  venir a poner orden entre ambos, el mismo capitán general de la mar de Andalucía, el Duque de Medina Sidonia y ordenando lo más pronto posibles la salida de la flota, el Jueves día 27 de Septiembre de 1581, no sin antes tener en contra la opinión dada por Sarmiento y los pilotos de las naves, afirmando la negativa que suponía la salida a la mar los días seguidos del equinoccio de la luna de otoño, trayendo fuerte temporal del Levante  muy normal en estos mares. El citado temporal duró más de 60 horas, se vieron obligado a volver al puerto de Cádiz, dejando en el camino más de 800 personas, entre ahogados, heridos y desertores con ciento setenta que no se supo más de ellos.
                                                
                                                                     


    De este hecho la nao Gallega, al mando de su capitán Martín de Quiroz junto con su Maestre Juan de Hormaeches, de 300 toneladas siendo su propietario Juan de Oribe Apallua fue tragada por la mar, dando una voltereta quedando sumergida boca  abajo sin que se pudiese salvar ningún hombre de los marinos soldados, frente al paraje conocido como "Higuera" en la playa de Castilla que sus costas estuvo recibiendo ahogados durante días. (Citado en el parte del informe recogido por los Jueces de la Casa de Contratación quedando muy completo por desarrollarse los dos naufragios cerca de la costa de Mazagón: "Relación sumaria del jefe de la Armada del Rey deforme que ha referido de Magallanes ha tenido del día de la ribada. partió de la playa de San Lucas el año pasado del ochenta y uno,) Aportada por el general Diego Flores Valdés.  (Instituto de Historia y Cultura Naval).
     El segundo naufragio fue la de la nao San Miguel, cuyo capitán era Héctor Abarca, y su Maestre Martin de Lozoya que era propiedad de Bartolomé de Pola, que tuvo más suerte que la anterior por tener menos ahogados que la Gallega, por dar en tiempo utilizar la chalupa y encontrarse lo más cerca de la costa de Moguer, teniendo como referencia encontrarse enfrente del paraje conocido como "El Picacho".
 Como viajeros de este grueso navío de 400 toneladas se encontraba con la marinería un grupo de pobladores solteros y tres frailes, contando además como pasajero el Capitán de Ingenieros y arquitecto militar al servicio de Felipe II Antonelli Bautista con la misión de construir una fortaleza en el estrecho de Magallanes, con la suerte de salvar su vida, pero no del material y pertrecho que acabaron hundiéndose con la nave.
 José García Díaz.
  


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