miércoles, 3 de febrero de 2021

El pequeño dolmen junto al de Soto.

 

                                                           


   

 Muy cerca al Dolmen de Soto, como tanto se ha tratado de describir en algunos artículos, se alla las ruinas de otro Dolmen más pequeño, a una distancia aproximadamente de unos trecientos metros en línea recta sobre la ladera.

    Construido como el anterior dentro de otro montículo artificial, en la actualidad se presenta muy aplanado, tal vez por la acción conjuntas del hombre y los elementos naturales. Sus losas, sobre todo las de la cubierta, han sido arrancadas posiblemente en diversas épocas, por los habitantes de la región y quizá con el objeto de fragmentarlas y dedicarlas a otras construcciones, como algunos han querido encontrar en la vecina ciudad de Niebla.

  Sobre sus ruinas se puede hacer una idea y calcular más o menos que se componía de un corredor de unos diez metros de largo por uno y medio de ancho y una cámara ovalada de siete de largo por dos de ancho. Su altura no era muy considerable.

   Igualmente, que su hermano el dolmen mayor, también fue excavado por don Amando de Soto y estudiado por Obermaier.

   Según parece estaba lleno de sepultura por toda la extensión de su corredor y de su cámara, apareciendo, completamente destrozados por la capa de arcilla y cantos rodados que materialmente los aplastaba, gran cantidad de cráneos y otros restos de esqueletos. Por lo se puede deducir de la situación de los mismos una gran cantidad de cadáveres entre 15 a 20 personas habían sido enterrados junto a las losas verticales de la cámara, sentados en cuclillas mientras que otros habían sido depositados en posición decúbito supino orientados verticalmente en relación al eje del dolmen.

  Pocos objetos pudieron salvarse del ajuar funerario del dolmen, debido al lastimoso estado en que este se encontraba; pero hay algo muy curioso que nos servía para fijar la época en que fue utilizada esta necrópolis. Aparte de algún hacha, punta de flecha, de algún trozo de punzón de marfil, de un extraordinario peso de cuarzo cristalizado de punta hexagonal y de un kilo de peso más o menos, se encontró una hoja de puñal de cobre de diez centímetros de largo por cuatro de ancho, cuya espiga es cuadrada y termina en punta muy aguda.

                                                           


    Es de demostrado que la construcción de este pequeño dolmen es más antigua que su hermano mayor. Por aparecer este, del que estamos hablando lleno de cadáveres debieron de tener en cuenta de la construcción del nuevo y hacerlo más grande el hipogeo. No se pueden conocer las causas por la que este, que sólo recibió unas pocas sepulturas, fuera cerrado y abandonado miles de años. Y no deja de ser extraño el hecho de que, siendo mayor, el conocido con el nombre de Dolmen de Soto, de fecha posterior, no se encontrarse entre su ajuar un solo objeto de cobre y sí en el pequeño.

     El docto y erudito profesor Obermaier, mantiene esta teoría; pero algunos historiadores se atreven aventurarse en esta hipótesis. ¿No podría haber sido el dolmen mayor destinado a hipogeo de una familia de una casta superior, jefe tribal, por ejemplo, y el otro a enterramiento general? ¿No pudo esta familia desaparecer y ser cerrado el dolmen antes que el pequeño, en el que siguieron haciendo enterramiento hasta la fecha posterior que alcanzara a los albores de la edad del cobre y de ahí la existencia de ese puñal en su ajuar funerario?

    Aparte de esto sólo se recogieron de este pequeño dolmen gran cantidad de restos de cerámicas totalmente sin ninguna validez.

  Respecto a los grabados se puede hacer destacar uno que se aparece en unas de las losas. Este extraño grabado que hasta ahora no se ha podido ser del todo interpretado, y lo más curiosos es lo quiere representar es la forma de un arado romano.

    Antes de terminar estas notas divulgadoras sobre los monumentos megalíticos del término del pueblo de Trigueros; dando por seguro, que una vez más que el dolmen de Soto como su vecino, el pequeño pertenecen de lleno al período del Neolítico y su construcción se remonta a unos tres mil años antes de Cristo.

   Por lo tanto, debemos preguntarnos quien sería aquellos geniales constructores que habitaron nuestras tierras por aquellas fechas. Está claro que las teorías que los atribuyeran a los Celtas y a los cultos Druídicos no tengan nada que ver con estos hechos.

                                                                


  Dado que ya se sabe bien que los Celtas entraron en la Península procedente de Francia, unos 600 años antes de Cristo. También ha sido desechada la teoría de un “pueblo de los dólmenes” que recorrieron Asia, África y Europa dejando a su paso esa gigantesca y grandiosa construcciones. El profesor Bosch Guimperá considera que los constructores de los dólmenes en nuestra Península fueran los descendientes de los pueblos que habitaban aquellas regiones en la época de la piedra tallada. Peo todo hasta hoy son sólo hipótesis. Y la verdad se queda envuelta en la niebla de los tiempos como una eterna tentación para el estudioso que se afana en la desvelación de los orígenes de nuestra raza y de nuestra civilización.

  Fuente de la aportación del profesor: Don A. García Bellido.

José García Díaz.

 

 

viernes, 29 de enero de 2021

La Cultura dolménica en la provincia de Huelva.

                                                            


 

    El dolmen de Soto.

  Por el ilustre profesor Historiador, catedrático de Arqueología de la Universidad de Madrid:

   “Pretendo iniciar con este artículo, que no pretendo ser erudito, ni aún siquiera original, una serie de ellos en la que procuramos e intentamos llevar al conocimiento del lector conceptos y datos elementales de los que fueron las culturas dolménicas en esta provincia. Para ello vamos a ir describiendo a grandes rasgos los dólmenes descubiertos en nuestras tierras, así como algunos emplazamientos creemos conocer. Y entorno a estas descripciones iremos hablando muy someramente de las culturas de los constructores de tales monumentos.

   Empezamos con la atención al Dolmen de Soto. Está enclavado en la finca de “La Lobita”, del término de Trigueros, situado al margen de la carretera de Huelva a Sevilla, entre los pueblos de San Juan del Puerto y Niebla. Hay un monolito que señala el comienzo de un ramal de carretera que conduce hasta el famoso hipogeo, situado a una distancia de un kilómetro aproximadamente.

    Cronológicamente se puede situar este importante megalítico en los albores de la edad del Cobre. Es uno de los más importantes monumentos de este tipo en toda Andalucía y tal vez de toda España, según la autorizada opinión del profesor alemán Obermaier, que le dedicó especialmente una gran atención y un meticuloso estudio. Parece ser que su antigüedad se remonta a unos tres mil años antes de Cristo.

   En “La Lobita”, cerca de la casa del guarda, se alza sobre un suelo llano llamado Cabezo del Zancarrón. No es esta otra cosa que un túmulo artificial en cuyo interior se encuentra el dolmen que venimos estudiando. El diámetro aproximado de este cabezo artificial, de forma semicónica, es en su base de unos setenta metros. El hipogeo construido en su interior es de los llamados de corredor o galería cubierta; su longitud excepcional en esta clase de monumentos, es de veintiún metros; está orientado de Este a Oeste. El corredor se desvía de la horizontal desde la entrada, inclinándose en ligera pendiente que vuelve a nivelarse en la proximidad de la cámara para mantenerse ya oriental hasta el final. En la actualidad la altura en la entrada es de un metro cincuenta centímetros y su anchura de un metro aproximadamente. Son de gran peso y dimensiones tanto las piedras que forman sus paredes como las de sus cubiertas.

                                                 



        Las fotos son cedidas por el profesor de la Univercidad de Sevilla don Antonio Palau, realizadas en marzo de 1963.

    La más pequeña de estas pesas siete toneladas y la mayor de ellas, que cubre la cabecera de la Cámara, unas veinte y dos aproximadamente; siendo sus dimensiones de tres metros cuarenta centímetros de altura por tres metros quince de ancho.

   Tanto las paredes como la cubierta están formada en exclusivamente por monolitos, graníticos en su casi totalidad. Hemos de hacer notas que las canteras de granito más próximas se hallan en Escacena del Campo, a unos treinta y siete kilómetros, sorprendiendo por tanto la preferencia que dieron a este material para la construcción del gigantesco enterramiento. Para el transporte de estas enormes piedras debieron construirse pistas especiales y emplear gran número de trabajadores que las arrastraban sobre grandes rodillos de madera, que debían de ser mojados constantemente para evitar que se incendiasen por el gran calor producido por el roce. Por el mismo procedimiento llevarían hasta el lugar las grandes piedras de arenisca que forman parte del monumento.

    La técnica empleada para la construcción del dolmen debió ser la siguiente; En primer lugar debieron acumular la acilla suficiente para formar el túmulo artificial que alberga al monumento en su interior; una vez realizado este trabajo se procesaría a vaciar en su centro el espacio de lo que había de ser corredor y cámara del mismo; a continuación se arrastrarían hasta los bordes de la fosa las grandes piedras que habían de formar sus paredes, dejándolas deslizar en la posición que habían de quedar, esto es en la vertical; para evitar que se moviesen se acuñaron sus base con cantos rodados y se consolidaron con una argamasa compuesta  de arcilla y pequeñas piedras calizas que formaron una especie de hormigón de gran dureza. Para colocar las colosales piedras de la cubierta es casi seguro que sus constructores procedieran a rellenar de tierra toda la oquedad, al objeto de evitar peligrosos deslizamientos que hubieran podido arrumbar todo el trabajo con tanto esfuerzo realizado, retirando dicha tierra una vez colocadas y consolidadas las citadas piedras coberteras.

       Grabados en estas piedras que forman las paredes del dolmen aparecen extraños signos, siendo de notar que todos los restos humanos descubiertos en las excavaciones efectuadas aparecieron siempre al pie de las piedras que ostentaban estos signos o dibujos. Varios de estos grabados parecen representar de manera esquemática figuras humanas y parece ser el resultado de una larga evolución de la representación de tales figuras que puede seguirse a través de las pinturas rupestres esparcidas a lo largo y ancho de la Península. Es muy significativo un grabado que aparece en una de estas losas laterales representando en esquema a una persona mayor protegiendo a otra más pequeña.

                                                        


   Efectivamente al pie del mismo se hallaron los esqueletos de una mujer y un niño. Todos los dibujos sepulcrales coinciden con otras manifestaciones artística de la época del cobre en España. Vemos en algunas losas dibujos de puñales contrapuestos con empuñaduras en forma de bolas y al parecer metidos en vaina cuya punta parece estar protegida por un regatón. Se repiten estos grabados representado puñales triangulares típicos de la Edad del Cobre. También se aprecia en otra losa unos grabados en forma de cazoletas de significados probablemente religioso. Según Obermaier estos emblemas arrancan sin duda del periodo Azilliense, cuyo foco más importante parece extenderse n la península a lo largo de la costa cantábrica.

   Creemos con el profesor Wernet, que estos grabados esquemáticos están en íntima relación con el culto de los antepasados. Posiblemente cada uno de ellos es el símbolo del difunto que recibió sepultura a su pie. Y como, según las ideas de la época, el alma de los muertos seguía morando en el cuerpo hasta tanto se descomponía, así como los egipcios recurrían a la momificación de los cadáveres, nuestros coterráneos del Eneolítico llegaron a la misma solución por un camino más especulativo, más ideológico, más intelectual: la pervivencia mágica del alma sobre un esquema simbólico que representaba a la persona bajo el yacente.

  De esta manera hacemos comprender a nuestros comprovincianos el lugar prominente que ocupa nuestra provincia como cuna y asiento de los albores de nuestra provincia como cuna y asiento de los albores de nuestra civilización.

  Siendo el Jueves 25 de marzo de 1964.

 José García Díaz.

miércoles, 20 de enero de 2021

!!! Las cebollas de Bonares !!!

                                                                          


 ¡!!! Más se perdió en Cuba ¡!!!.

    Este viejo dicho, que formó parte en el transcurrir de la vida local y en toda la vieja España, sobre todo en Bonares era una solución para reconocer como disculpa por la pérdida de algo querido y necesitado, que perduró hasta hace pocos años. La isla de Cuba, que fue perdida sin duda antes de comenzar el conflicto por un Gobierno en manos de la Masonería.

 España que apoyó a las Estados Unidos, para logra su independencia les dio emprestada la Florida por un periodo de 300 años (Ya le quedas poco tiempo, y ahí voces que piden la reubicación de nuevo a España, mediante autonomía acompañada del P.E.R como en Andalucía) de cuyos puertos, Cayo Hueso y Tampa, salen los navíos cargado de filibusteros mercenarios, para invadir la Cuba combatiendo a los españoles a cambios de algunos pesos. Financiando esta revolución están los grandes tabaqueros apoyado por multitud de banqueros, para destruir la industria cubana en beneficio de la de ellos, explicando de esta manera el gran amor que les tiene a la libertad y la democracia.

 Si de primera hora España se hubiera atrevido hacer remontar el río Hudson con una veintena de acorazados las juntas cubanas no hubieran encontrado apoyo de los Estados Unidos, ni de sus costas hubiera salido un solo fusil, ni un solo cartucho para mantener la moral de los insurrectos en medio de los bosques, de los que salen a combatir a nuestros soldados.

   Qué razón tenía el General Prim antes de haberlos asesinados y hubiese estado vivo, tanto como pidió la venta de la isla Cuba como él quería, cuanta sangre se hubiese evitado de los cien mil soldados allí enterrados, con un gasto al tesoro de dos mil millones de pesetas, estando el país sobreviviendo a duras penas en la miseria.

  No faltaron mitin republicano por toda Huelva, sobre todo en el teatro Colón, pidiendo un servicio militar obligatorio, para que no vayan solo los hijos de los pobres a la guerra para morir en la manigua, por no tener los 6000 reales y disponer de influencia, pues en este pueblo se ha visto reclutas dados por inútiles, por tísicos y corto de vista, pero muy robustos gozando de muy buena salud acompañado de excelente cartera.

         Las cebollas de Bonares:

                        


   Los americanos importaban las cebollas en pequeñas cantidades, como reza en escritura de este pueblo. Pueblo que gracias a sus huertas mantuvo durante muchos años las fruterías del Mercado del Carmen hasta bien entrado los años setenta del siglo pasado. Pueblo que fuimos pioneros en mandar y poner en venta los higos chumbos en Inglaterra, dado en aquellos años a la gran cantidad de chumberas que había en la salida del pueblo.

   Pueblo que abastecía parte de la Cuenca Minera, los economatos de Río Tinto, la Cooperativa de Aguas Teñida etc.

   En Huelva, aran conocidos los vendedores bonariegos, que iban casa por casa vendiendo rábanos y acelgas, con más de una denuncia por parte de las autoridades, sobre todo el célebre Blas el “Moyita”.

   Los vapores norteamericanos sacaron una sana costumbre de la marinería, comer las cebollas dentro del viaje de regreso a las Américas, desde que empezaron con el transporte de mineral, se documenta que, a los primeros días del año de 1864, una fragata anglo-americana saliendo para la barra con rumbo al puerto de Filadelfia, le entró un viento de Poniente que la varó hacia la entrada del canal “Padre Santo” donde quedó completamente destrozada, dejando la allí la carga del mineral.

  Las cebollas de Bonares, se encontraba en parte para su venta en un sitio privilegiado como era la tienda comercial del bonariego Anastasio Borrero, (nombre más común en este sagrado sitio que el paraje del  “Corchito”) se encontraba situada  junto al puerto en el muelle del Dique, cerca de la Vega Larga, tocando la fábrica de jabones. De aquí salió, y de sana manera la compra de las cebollas por partes de los navíos norteamericanos.

   Pero como los Yanquis tienen poco de tonto, y gozan de buen ojo para los negocios, además importar los minerales y las cebollas les dieron también por la compra del jabón. Y les dio muy buenos resultados, dado que el considerado como el “blanco” por gozar de la mejor calidad, se vendía a 24 reales la @. Para que una ves en puerto americano, llegase a costar casi el doble de su valor además de gozando de gran estima por su calidad, que lo bautizaron con el nombre de “Jabones de Castilla” dejando lo del nombre de Huelva, para mejor ocasión.

     Hoy en Bonares no hay huertos ni hortelanos ni pozo con agua para regarlo, pero seguimos siendo más listo que el hambre como todos los españoles. Bastaba leer el diario de “Las Provincias del Levante” del 26 de julio de 1898 extraemos lo siguiente: En España cobran nóminas del Estado, de la Provincia o del municipio, más de 400,000 ciudadanos. Estas nóminas que las tiene que mantener el pobre contribuyente, sufrido aparte de otras cargas abrumadoras. Tenemos más empleados que los Estados unidos, que Rusia, que Inglaterra y de cualquier potencia económica de primer orden y así seguimos.

    Fuente: Del Diario Comercial de Cádiz y de La Provincia.

José García Díaz.

  

 

 

 

 

viernes, 15 de enero de 2021

!! Que viene los Yanquis !!

                     

                                                   


       

  La escuadra de Watson.

   El día 10 de mayo, antes los rumores que existían por toda la España. El Gobernador civil don Jerónimo Montilla y Adán en el día de ayer por la tarde declara el estado de sitio en toda la provincia, se fija el bando en los principales sitios de la capital, en los Ayuntamientos y en las puertas de las iglesias, que causó en todo el mundo la más extraña impresión:

   Hago saber: Que atendiendo al estado de alarma en que ha quedado la Nación, y los desórdenes en otras poblaciones por consecuencia de la difícil situación que atraviesan, la Junta de autoridades en el día de hoy y en conformidad con la ley de Orden público que más de disponer de sobra la cordura y la sensatez del pueblo de Huelva.

    Una hora después se publica el siguiente oficio por parte del “Gobierno Militar de la Provincia de Huelva”: Habiendo sido declarado en estado de guerra en esta Capital y Provincia, a las de la tarde del día de hoy he tomado el mando militar de la misma.

  El Coronel Gobernador Militar. Don Eduardo Teijeiro.

   El 10 de junio encontramos en el diario La Provincia, que desarrolló en aquellos años, una gran labor periodística sobre lo que representó el conflicto de la guerra de Cuba. Dando comienzo el estado de alarma en Huelva, con la singular expresión: ¡Ojo, al Cristo que asan carne!

 Publicando que el presidente Mac-- Kialey ordenó al Comodoro Sampson bombardear los puertos de España.                        

  Lo primero que hace el Consejo de ministro de Hacienda y Guerra, es mandar al Ministro de Marina que salga para Cádiz a inspeccionar los refuerzos navales disponible.

 A final de mes a través del Diario Oficial del Ministerio de Guerra, llamando a filas a los soldados que estaban libres de cupo, los que están de permiso y a los que hubieran venido enfermos de Cuba, y se hallan restablecidos para formar unos 20.000 hombre para destinarlos a la defensa de Canaria y los puertos de la península.

       En este día en el mismo Diario, bajo orden de la Comandancia de Marina, que a partir de esta noche se pagaran todas las luces de las boyas “Pntsch” que balizan este puerto, y se quitarán las 5 que se encuentra en la entrada de la canal del “Padre Santo”, colocándose provisional dichas boyas próxima a la casa del vigía de la barra.

  El 10 de julio sobre las nueve de la mañana de ayer desembarcó en el muelle de madera de nuestro puerto, el capitán general de Andalucía, el señor Ochando, que viene a Huelva para inspeccionar las costas, y entrada del puerto, para defenderlas. Antes un posible ataque de la escuadra norteamericana. Donde piensa emplazar baterías en la Rábida y en Punta Umbría.

                                                       




  De nuevo el Diario Oficial de la Guerra comunica, que ya se encuentra en situación de vigilancia del puerto de Ayamonte, los tres torpederos: el “Orión”, el “Halcón” y el “Habana”.

   Díaz después el 14 se comunica que en Huelva ya se está esperando las dos compañías de infantería, mientras se ha descargado esta mañana 24 cañones  de nueve centímetros Krupp para formar las baterías de costa Se están colocando torpedos en la entrada de la barra, junto a la batería flotante Nervión.

                                                   

Alarma en Huelva 2º parte.

   Parte de esta locura colectiva, comenzó en la madrugada del día 25 sábado al domingo último, la alarma fue motivada por parte por los absurdos criterios de algunas personas, donde corrió de boca en boca que 14 buques yanquis se encontraban extendido desde la barra de esta ría hasta la de Ayamonte. Esto motivó los siguientes hechos: Sobre las dos de la madrugada, el señor comandante de marina de este puerto recibió la noticia de que desde la barra, por medio del teléfono, transmitían que catorce buques de guerra, algunos al parecer de gran porte y de aspecto sospechoso, estaban anclados frente la barra.

  Esta noticia no la transmitía el vigía de la barra, hombre, según nos han asegurado, muy celoso y prudente con su trabajo, si no de un carabinero que prestaban servicio en aquellas costas de Picacho.

  La noticia se puso también en conocimiento de los gobernadores militares y civil, del alcalde y de los oficiales del ejército, los cuales se fueron al muelle, a ver si se confirmaba o se rectificaba. Allí permanecieron algún tiempo hasta que a eso de las cuatro de la mañana transmitieron desde la barra que los “misteriosos” buques de guerra habían desaparecido.

                                                         

   Poco después llegaba de aquel puesto un práctico, que explicaba el hecho de la siguiente manera: Como ahora está prohibido que entren de noche buques en la ría, el vapor “Lafitte”, que llegó a la entrada de la barra a eso de las 10 de la noche, se vio obligado a anclar un poco más allá, en donde las luces de otros buques, en unión de las de otros vapores de pesca que salen de Sanlúcar y se extienden por nuestras costas, dio origen al que el carabinero, que bajo su responsabilidad dio la noticia, a partir de aquí se pudo a imaginar todo el mundo, lo que más le haya convenido; porque el telégrafo funcionó a lo grande por todo los pueblos de los alrededores.

           Pero esta curiosa noticias fue recogida por parte del diario satírico de la mañana La Atalaya, diciendo que haces pocos días se pudo observar frente al paraje conocido como la “Torre del Oro” se vio una escuadra francesa, pero con más ironías en donde algunos espíritu impresionable creyeron que eran los yanqui.

¡Qué miedo hace!

 Mejor será mantenerlo callado, porque si esos jodidos yanquis se enteran, vamos hacer un mal papel.

 

La escuadra de Watson y los europeos.

Algunos periódicos creen que no se ha aplazado la salida de la escuadra de Watson con destino a las aguas de la Península española. En donde el ministro de negocio extranjeros niega fundamento a la noticia de que el gobierno de Italia, de acuerdo con los de Austria, Francia y Rusia, se haya opuesto a la llegada de la escuadra de los Estados Unidos a las costas de Europa. A juicio del diario La Tribuna, no deben suponerse en manera alguna que los yanquis hayan renunciado a enviar la flota de Watson, guiados por sentimientos humanitarios y nada más. En sentir del citado periódico, los norteamericanos temen que los ecos del bombardeo despierten Europa y la obliguen a sacudir el sueño de su cobardía.

                                                             


  Si después de las capitulaciones de Santiago de Cuba—prosigue La Tribuna hablando en sentido irónico---el gobierno de Washington solamente pedía la Isla de Cuba, la de Puerto Rico, las Filipinas y un puerto en Canarias, ¿qué no pediría después de desbastar las costas españolas? Mac-Kinley ha comprendido, sin duda, que esa nueva agresión sacaría a España del aislamiento. Y también se ha cuenta de lo ventajoso que será para él tratar directamente con España de las condiciones de paz sin la peligrosa intervención de otras potencias.

   Creo que los americanos son torpes que van a atravesar el atlántico solo para darse el gusto de bombardear Huelva, puesto que no han de exponerse a un desastre ante Cádiz u otros puertos bien fortificados, es no conocer al enemigo con quien combatimos. Debemos creer que no ofrece duda que el objetivo principal de esa escuadra son sin duda las Islas Canarias. Ellos no pueden tener interés en hacer simulacros ridículos antes las costas de la Península pues demasiado saben que con dos acorazados y cinco cruceros no van a poder conquistar España y que se captarían el odio universal si asesinaran con sus cañones niños y mujeres en algunos puertos indefensos, pero si tienen interés en dejarnos sin islas y demostrar ante el mundo sus grandes elementos, cuando al mismo tiempo sientan sus plantan en Filipinas, las Antillas y las Canarias.

  Ellos tienen gran interés en aproximarse al África cuyas riquezas ofrecen ancho campo de explotación que van aprovechando las naciones poderosas, y ya se recordará las veces que han intentado en estos últimos tiempos, hacer pesar su influencia en Marruecos.

 A los yankees, por último, le conviene mucho estar cerca de Europa, porque en ella tiene los mercados de su industria y el centro de su comercio. Acoso no espiran con el envío de esa escuadra a hacerse dueños de las Canarias porque saben que son pocos elementos para tal empresa, pero no olvidemos nosotros que las en otro tiempo. Afortunadas son varias islas y que bien puede tratarse de un tanteo general y de apoderarse de una de la menos defendidas para tener ya una base de ulteriores operaciones.

  Necesario, es que el gobierno se haga cargo el esto y aumente en las Canarias en los días que tarden en presentarse los buques norteamericanos, los mayores elementos de defensa para frustrar sus planes, pues es claro que el gobierno de Washington no ha decirnos su pensamiento y no ha de alegarse después como estúpida escusa que creía que la escuadra se dirigía contra los puertos españoles.

   Bueno es que en estos también se aumentan las defensas, y que en previsión de los sucesos se atienda a todo y se coloquen en Ceuta potentes focos eléctricos que puedan descubrir el paso de los buques yankees por el estrecho de Gibraltar para hacerles el daño posible y para que supiera el rumbo de esa escuadra en el caso de que entrarse en el Mediterráneo.

  Pero también tenemos que añadir, que no se crea nadie las mentiras y paparruchas que ya comienza a circular por parte de las potencias europeas, que se oponen a bombardear nuestros puertos, y más grande la hipocresía por parte de Inglaterra, que dicen con toda la cara dura que no permitirá que la escuadra norteamericana pase el estrecho de Gibraltar.

José García Díaz. 

 

 

 

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Los que no volvieron de Cuba.

                                                                            


   Batallón del Regimiento Colón nº 29 Cuba notificación de la muerte del Soldado José María Toro Coronel por muerte de la enfermedad del vómito negro, de oficio del campo, vivía en la calle Misericordia.

El soldado de la 2ª Compañía del Batallón de mi mando José María Toro Coronel. Hijo de José y de Manuela natural de Bonares… Juzgado de 1ª instancia de Moguer provincia de Huelva Capitanía General de Sevilla de 25 y años un mes. Estado soltero y que perteneció a la clase voluntaria, falleció en el Hospital Militar de la Habana el día 29 de septiembre de 1897 dejando un alcance final de 120 pesos y 45 centavos.

    Sírvase V. ponerlo en conocimiento de sus padres y herederos legítimo, a fin de que puedan recurrir a la Caja General Central de Ultramar, establecida en Madrid, o por su orden a los Depósito de Bandera y Cuerpo del Ejército más próximo al puesto de su residencia, en donde, previa presentación de los documentos justificados que se señalan al margen, podrán hacer efectivos los referidos alcances de los mismos, sin más quebranto que el del giro, y les serán entregados el ajuste final de dicho individuo.

  Dios guarde a V. muchos años.

El Teniente Coronel…

 

       El soldado Manuel Coronel Pérez, que nació en esta villa el día 8 de noviembre de 1872; su padre Pedro Coronel Romero; su madre Dolores Pérez Martín de oficio del campo, vivía en la calle Misericordia, el día 31 de Diciembre de 1890 cumpliendo los 18 años, tuvo la citación para la inscripción en el Ayuntamiento junto a los 17 mozos que formaban su quinta, estaban acompañado por su partida de nacimiento presentada por el párroco don Diego Garrido.

Ingresó en el cuartel del Regimiento de Infantería Barbastro n.º 43. Donde prestó servicio hasta el día 6 de junio donde ingresó en el Hospital Militar de Regla en la Habana, atacado con sarampión y el día 11 de agosto de 1897, encontró su muerte.

                                                                 


 Soldado Gonzalo Barriga Martín, destacado en el Regimiento de Caballería Alfonso XII, dejando dos años de operaciones en Cuba murió por el vómito negro, en el Hospital Militar de la Habana el día 28 de julio de 1897.

  Soldado Simón Coronel García, soltero de campo natural de esta villa, nació el 11 de agosto de 1873 y murió de malaria en el Hospital Militar de Puerto Padre en la provincia de la Habana, fue soldado sorteable del Regimiento Colón.

Soldado Antonio Torres Pérez, nacido en Bonares, filado para servir en clase de soldado por el tiempo de doce años desde el 10 de diciembre de 1895, ingresó en Caja y fue sorteado con destino a Cuerpo y alta en el Regimiento de Infantería Cuenca n º 27. El 7 de marzo siguiente, resultando útil y de talla conveniente. En abril del 96 obtuvo plaza de corneta en la 4ª compañía, y formando parte del 1º batallón embarcó rumbo a Cuba. Participó activamente en toda la campaña hasta que cayó enfermo por el vómito negro, que le provocó la muerte el día 28 de julio en el Hospital Alfonso XII en la Habana.

   Como se pudo observar, tanto los soldados bonariegos, como lo de todas España, su peor enemigo no eran las balas ni los machetazos de los mulatos cubanos, si no las fiebres amarillas de los trópicos y de las zonas pantanosas de las maniguas, que dejaron en tierras cubanas más de 50.000 muertos. Sólo un soldado de esta villa, resultó muerto por disparo, otro por un rayo caído en un árbol cuando fue a cobijarse con sus compañeros, los restantes por enfermedades.

  El día 16 de enero de 1897, sobre el soldado de Bonares, llamado Antonio García Barriga El Repatriao, que servía en un regimiento que estaba de guarnición en Málaga, tocándole por su suerte marchar a Cuba, fue redimido a metálico en esta capital; más se ha dado el caso que el citado “Repatriado” fue embarcado y en la actualidad se encuentra en Cuba y sus padres con el desembolso hecho y apenado como es consiguiente. Como el embarque se hizo a final de noviembre era ya tiempo para que desecho el error hubiera vuelto a la península y regresado el redimido soldado.

  Pero se tuvo noticia de nuevo de este soldado, el día 2 de febrero, donde se comunicaba que este soldado anda todavía con el fusil a hombro por los maniguales de Pinar del Río un soldado de Bonares que fue redimido a metálico en los primeros días del pasado octubre antes que lo embarcaran para Cuba. El infeliz padre tiene la mar de carta del citado soldado, incluso del ministro de Guerra, dándole esperanzas de que se arreglará pronto el expediente.

                                                               


   Pero sobre esto el padre del Repatriado dice: ---¿Y mientras se tramita el asunto van hacer los insurrectos cubanos, ningún disparo sobre mi hijo?

  Un hijo en Cuba y seis mil reales fuera del bolsillo en los tiempos que corremos, es una gran alegría. Pues toda ella la viene gozando el infeliz bonariego.

 José García Díaz.

 

 

domingo, 27 de diciembre de 2020

! El primer bonariego que murió en Cuba !

 

                                                             


 

  Cuando aún estaba reciente los tristes sentimientos por el duelo de los 19 soldados que encontraron su muerte en la guerra por tierras africanas en manos de la morería, se les vino de nuevo la invitación de la “parca” para los 7 jóvenes más humilde de este pueblo, que fueron a luchar por la “Patria” desde tierra cubana siete telegramas de aviso de sangre, soldados que habían encontrado descanso eterno por las Antillas Españolas. Para un pequeño pueblo de unos 2.700 habitantes, perder 26 de sus hijos en cuatro años les dejó mermada su juventud, que no fue superada ni por la Guerra Civil del año 1936.

  El primero que cayó en Cuba, fue el soldado reservista Cristóbal Martín Caballero, padre de una niña, de oficio del campo vivía en la calle Santamaría, su madre Lucía Caballero, su padre Vicente Martín tenía el número 19 de la quinta por parte de Ayuntamiento le quedaba un hermano José Martín Caballero, que encontró la muerte cuatro años antes en manos de los moros en la conocida Guerra Margallo en Melilla.

  Antes estos desgraciados hechos familiares por parte de los dos hermanos, dio origen en este pueblo a un dicho, que perduró muchos años, cuando el Vicente padre de los muchachos fallecidos, se atrevió a preguntarle a unos de los señores Bonares que regentaban en aquellos días la Alcaldía durante muchos años por la familia de don José María Carrasco el “Patuo”; exalcalde su hijo Pascual María, y en esos momentos su yerno actualmente Regidor local don Rafael María Prieto y Carrasco

  ­­---Señor don Rafael alcalde, ¿su hijo de usted cumplió ya los veinte años? ---¡No señor! Ni los cumplirá jamás mientras yo sea alcalde.

   El día 24 de agosto de 1896 embarcó en Cádiz el Cristóbal Martín, en el vapor correo “Santo Domingo” las dos compañías del Regimiento de Caballería del Rey número 2, le acompañaban el de Córdoba, el de infantería Colón y el Alfonzo XII.

  De su Boletín de operaciones, extraemos los más significantes de los hechos de armas: el día 12 de noviembre de 1896 al mando de su coronel Segura tuvo encuentro con una partida negra que mandaba el cabecilla Ibáñez y Duchase, que fueron abatidos por las tropas en el valle de Río Hondo al sudeste de las Lomas de Rosario en la provincia de Matanzas. Donde encontraron la muerte un capitán de su batallón y dos soldados, mientras el citado Ducasi cayó herido de gravedad. Dado el 22 de diciembre, participó en el combate librado junto en la compañía del general Luque contra la partida de Serafín Sánchez, en las Damas habiendo muerto un centenar de rebeldes contándose entre los muertos el mismo cabecilla, el que gozaba de mucho prestigio en el paraje de las Villas. Restos del tiempo de marcha y control en la troya de Júcaro- Morón. Hasta agosto de 1897, prestando guardia en la vereda de Arroyo Plátano hasta el bujìo Niño Jesús, el día 11 una bala le atravesó un pulmón que le provocó la muerte. El 16 de febrero de 1897.

                                                            


          Dado que había dejado viuda y una hija se establece 50 céntimos de pesetas diarias a las familias de los reservistas del reemplazo de 1891, que en virtud de un llamamiento extraordinario marcharon a la isla de Cuba para combatir en defensas de la integridad de la Patria, se tuvo en cuenta la necesidad de no dejar en la miseria a las esposas, hijos o padres pobres de aquellos soldados.

 Atendiendo a esta consideración no puede menos de estimarse perfectamente equitativo que se continúe abonando la pensión citada a las familias de dichos reservistas, aun cuando sus causantes hayan fallecidos, pues precisamente puesto que esta situación les hace más acreedores a que la Nación les atienda por haber perdido para siempre a sus deudos, ya en acción de guerra, ò de sus resultas, ya del vómito o por las enfermedades adquiridas a consecuencia de las penalidades de la campana, o bien por otras causas. Y por parte del Ayuntamiento se le socorre con 285 pesetas, ya que al padre del Martín se concedió unas 250 por el hijo anterior, y así de esta manera se le daba el valor económico a la vida de dos pobres soldados de este pueblo.

   Parte de esta pequeña historia militar comienza el lunes día 12 de agosto, se adelanta veinticuatro horas por orden telegráfica la marcha de los reservistas de esta zona que se hallaban reconcentrados en Huelva desde hacía tres días, el alcalde de la capital, señor López Hernández, hizo circular en la noche del sábado la siguiente nota por parte de la Alcaldía.

    A las cuatro de la tarde de este día marcharán de esta ciudad los soldados reservistas de la Provincia, acudiendo al llamamiento de la Patria, para defender en la isla de Cuba la honra nacional y la sagrada integridad del territorio.

                                                             


    La Excma. Diputación provincial, en representación de todos los pueblos de la provincia y el Ayuntamiento local, que ha dispuesto, de acuerdo con el señor Gobernador Cano Coronel y las autoridades militares, asociarse al duelo que aflige a multitud de familias al separarse de sus seres más queridos, que corren llenos de fe, energía y de entusiasmo a pelear y vencer bajo la sacratísima enseña de nuestra Patria.

   No se consideraría digno de representar a esta nobel Ciudad, si no tradujera sus sentimientos y sus deseos en hechos prácticos, que de halláis poseídos, y, en su consecuencia, aceptando los generosos ofrecimientos de la Excma. Diputación provincial, de acuerdo con las autoridades antes mencionadas, he dispuesto obsequiar y agasajar hoy a la una de la tarde a los reservistas, en las Casas Capitulares y acompañarlos a la Estación en la más solemne forma.

      Al participarlo al vecindario de Huelva, siempre dispuesto a reflejar estas patrióticas manifestaciones del entusiasmo público, réstame solo rogarle que en muestra de sus sentimientos, cuelgue sus ventanas y balcones en las calles del tránsito a la Estación y haga cuanto esté de su parte por manifestar su entusiasmo al despedir a los valientes hijos de esta provincia, que van a pelear contra los traidores enemigos de la Nación y contra las más traidoras enfermedades de aquel clima, bajo el cual ondea entre el fuego de los insurrectos, grande y santa como siempre invencible la bandera gloriosa de nuestra patria.

 Las calles encontraban llenas gente, principalmente de mujeres, viéndose muchas de ellas llevarse a menudo el pañuelo a los ojos.

  Era un gran espectáculo, mezcla de alegría y pena, de entusiasmo y de triste pensamientos, fue de lo más hermoso que hemos presenciado, y muchas debía influir en el alma y los sentimientos de todos los que marchaban para la estación, como aquellos que miraban marcado en el mayor de los silencios, solo la banda dejaba oír su trompetería y los reservistas con sus palmoteos y ¡vivas!

     Sin la oportuna llegada de la suficiente fuerza de los guardias civiles, que pudo despejar el andén, hubiera sido imposible que el tren hubiera salido a su hora.

   Acomodados, no sin gran trabajo, en los coches los quintos reservistas, siempre haciendo manifestaciones de alegría y dando vivas a España, al Ejército y a Huelva, partió en tren a las cuatro en punto, llevándose cerca de trecientos hijos de la provincia arrancados del seno y cariño de sus familias y abandonado los arados y las azadones, fuente de vida para derramar su sangre y entregar su vida, por la integridad de la patria.

   Además del Ayuntamiento y la Diputación, contribuyeron al obsequio de los quintos reservista el señor Burgos Mazo con 250 pesetas y cigarros, el señor Sánchez Dalp con 100, don Adolfo Rey con algunos centenares de cajetillas de pitillos, don Francisco Gómez con dos barriles de vino para el viaje, y la Asociación de la Cruz Roja con algunas botellas de vino.

   Así lo espera vuestro alcalde. Rafael López Hernández.

  En Huelva agosto de 1896. Parte del diario La Provincia, y del A.P.S. de los Archivos Nacionales.

José García Díaz.

 

viernes, 11 de diciembre de 2020

! Cuba ! en el recuerdo.

 

                                                          


 

Del gran polifacético don José de Echegaray, además de dramaturgo, ingeniero, matemático y gran político español. Premio Nobel de Literatura.

  Rescatamos de sus obras el cuento con el siguiente nombre: “El tercer sueño del Colilla”.

  ¡Un gran personaje, para que nadie se acuerde de él! Yo mismo, que lo saqué de la obscuridad, o, mejor dicho, que lo encontré tendido sobre unas aceras en una noche de invierno, apenas me acuerdo de su vida y de sus hazañas: con que no es fácil que los lectores del diario “El Liberal” hagan memoria del insignificante chicuelo.

  De todas las maneras, bueno es tener presente, para ir atando de cabos, que yo he escrito los dos primeros sueltos del Colilla. Uno de ello fue dentro de un socavón de San Isidro, donde perdió una moneda de oro que le habían dado por equivocación al hacerle una limosna. El otro fue una noche de Navidad; y la dorada estrella que guio a los Reyes Magos brillo más en aquel sueño infantil, que la moneda de oro antes de perderse entre las arenas del socavón. Al despertar, la moneda y la estrella se habían desvanecido; la una con su dorado redondel; la otra con sus puntas centelleantes. ¡Así son los sueños ¡y así se desvanecen ¡.

   Y ahora, vamos al tercer sueño, que será muy corto, aunque ¡quién sabe si será muy largo para el pobre Colilla. Pasaron muchos años, y el Colilla no volvió a soñar. El sueño es algo así como una manifestación de las ilusiones que vagan por dentro del cerebro, y el pobre chico no tenía ilusiones; vivía en plena y prosaica realidad. Haciendo la vida siempre, vagando por las aceras, pidiendo limosna en ocasiones, vendiendo periódicos otras, y en momentos solemnes, decimos de Lotería, fue creciendo el Colilla, hasta llegar a ser hombre, sin dejar de ser granuja.

   Un día recibió una gran noticia una gran sorpresa. Era quinto, sin haberlo sospechado; lo habían sorteado, sin que él se enterarse, y fue soldado de pronto, sin previa solicitud suya. La administración de la Guerra había llegado a saber lo que el no supo nunca: su nombre y apellido, y además los años que contaba. Todo esto se había averiguado sin que a Colilla le costase trabajo ninguno averiguarlo. No hay que decir que su agradecimiento fue grande. Y, además, la vida de soldado le gustaba, La verdad es que él había sido soldado de afición. ¡Cuántas veces había corrido delante de las músicas de los regimientos, por las calles de Madrid¡¡A cuantas revistas había asistido! ¡Cuántas guardias había visto relevar! ¡Cuántas tardes había hecho el ejercicio con un palo o con una caña! ¡Y que tremendas batallas habían tenidos con otros amigos!

  Pero en aquellos pasados tiempos era un pilletes descalzo y andrajoso; ahora vestía un uniforme nuevo y le habían entregado un soberbio fusil Mauser. El Colilla había crecido cien codos; se mostraba orgulloso y hasta sentía que brotaban dentro de él sentimientos nuevos, a que acertaba a dar nombre, pero que le obligaban a llevar la cabeza muy alta y a mirar con cierto altivo desdén a los paisanos.

   Su regimiento fue destinado a la guerra de Cuba, y con su regimiento fue Colilla. Nadie lo despidió en la estación más que una chicuela que le había acompañado muchas veces, cuando vendían periódicos o de decimos de Lotería. La chicuela lloro mucho y él hubiera llorado de buena gana, pero no lloro; que era un militar no puede llorar nunca. Le dio un beso y un abrazo y la mando que esperara tranquila, que él había de volver al fin y al cabo de la guerra con unos cuantos galones.

  Después, al tren, y sin tomar billete.

   Después, al buque y sin pagar pasaje.

   Después, a cruzar el Océano y sin las miserias y vergüenzas del mareo.

                                                           


   El Colilla con el uniforme; Colilla cortando las olas formidables de Atlánticos. Algunas veces, al pasear sobre cubierta y al ver una punta de cigarro por el suelo, se acordaba de su niñez y de su juventud y sentía tentaciones de bajarse para cogerla; pero solo de pensarlo se le enrojecía el rostro de vergüenza y pasaba desdeñoso, separando la colilla con el pie. Decididamente Colilla se había regenerado. Y luego miraba al Océano, ¡qué grande es el mar¡¡Nunca había visto él tanta agua junta! En el Manzanares no se diga, pero ni siquiera en el estanque del Retiro. Lo pequeño achica; engrandece lo grande, Y el Océano con su grandeza iba despertando ideas hasta entonces dormidas, pero que al brotar a la luz tomaban las lejanías de lo infinito. Al fin, llego a Cuba y entro en operaciones, Colilla era fuerte, la miseria le había curtido. ¡Que le importaba a él el sol de las Antillas, si con la cabeza descubierta había recibido tantos soles de agosto de las calles y plazas de Madrid! ¡Qué le importaba la humedad de las noches, sin más de una y más de cien, acurrucado en un portal, había sufrido el viento del Guadarrama, con sabanas de nieve encima del cuerpo y almohada de granito bajo la helada!

   Por lo demás, Colilla era valiente, lo había sido en las pedreas de las Vistillas; lo fue en los sangrientos combates de la manigua cubana. Además, lleva un Mauser; y con un Mauser, ¡quién tiene miedo a nada! Hay que decirlo todo; y es lo cierto que la primera vez que Colilla entró en fuego, estuvo a punto de volver la espalda y echar a corres tan aprisa, como corrió cierto día, cuando otros pilluelos le obligaron a robar un pañuelo, y se vio perseguido de cerca por dos guardias de orden público. Pero pronto se hizo por lo mismo que corrió en aquel vergonzoso lance de su niñez no podía correr aquí que la bandera del regimiento estaba al frente, y le habían explicado y él había comprendido, que en aquella bandera estaba su honra. Con un pañuelo robado, se corre, con la bandera del regimiento delante, o se espera a pie firme, aunque no hagan gracias las balas, o se avanza, si la bayoneta se pone de punta hacia adelante. ¡Pues si parece que está diciendo “vamos allá”! Todas estas reflexiones se hacían à su modo Colilla; ¡que en pocos meses así había aprendido a discurrir!

                                                            


  A la caída de la tarde cayó su compañía en una emboscada y cayó Colilla herido en el pecho. Cuando volvió en sí era de noche cerrada. Los árboles formaban una cúpula negra; más negra que la bóveda de arena del socavón de San Isidro. Y el suelo era de barro; no era seco y arenoso como aquel otro, Colilla quiso levantarse, pero no pudo; había derramado mucha sangre; estaba muy débil y perdió otra vez el conocimiento. Entonces sonó. Sonó con los caprichos del sueño mezclados a los delirios de la fiebre. Y este es "el tercer sueño del Colilla". Con el socavón de San Isidro, sonó que algo llevaba oculto en el pecho. Pero no era la moneda de oro; era un redondel rojizo, aquel por donde había entrado la bala; y como en el primer sueno, también vio entre las sombras un bulto, que avanzaba hacia el pero no como entonces, una mujer hermosa que venía a robarle su moneda haciéndole caricias en la carne y deslizando suavemente la blanca mano, sino un negro, un negrazo horrible, que empeñado en llevarse la ensangrentada herida se la iba ensanchando más y más y más. ¡Ah, la fiera que quiere robarle a Colilla el rojo redondel, la moneda de sangre, el sello valiente!

  Y aquí el seno fue pesadilla o fue angustiosa calentura. Colilla se revolcó por el suelo; se desgarró el uniforme, y contra la encharcada tierra aplicó el dolorido pecho y la ensangrentada herida. Cuando al amanecer le encontró la Sanidad Militar, aún vivía, pero deliraba, y apretando contra la rojiza martirizada boca por donde había penetrado el proyectil, un puñado de barro rojizo, murmuraba como en vago recuerdo de su primer sueño: “Me robaron aquella moneda porque era de limosna; pero esta tierra no me la roban que la tengo amasada con mi sangre”.

 José García Díaz.

.