martes, 9 de diciembre de 2025

Atraco al Banco Español de Crédito.

 

                                                             


  

     Corría el año de 1982, cuando el martes día 2 de marzo, dos individuos encapuchados, perpetraron sobre la una y media del mediodía a mano armada de punta de pistola, un atraco en la sucursal del Banco Español de Crédito de este pueblo, ubicado en la calle Esperanza, número 68, y tras reducir a los empleados, se apoderaron de un botín de 912,000 pesetas se dieron a la fuga en un coche Renault 9, con matrícula H–8838-G, que tenían estacionado en las inmediaciones, del banco citado. En la entrada del local los ladrones levaban la cara cubierta por una capucha, y en su huida, los atracadores fueron interceptados por miembros de la Guardia Civil que se dirigían al lugar de los hechos, entablándose un tiroteo (en la hora que los niños estaban recién salidos de la Escuela, y muchos de ellos fueron testigos mudos de los hechos). Los ladrones hicieron caso omiso de la orden de detenerse y respondieron con otros. No obstante, los atracadores continuaron con la fuga en el citado vehículo, que tuvieron que abandonarlo al ser alcanzado unos de las ruedas por los disparos de la Guardia Civil. Posteriormente, los delincuentes se internaron en el campo donde fueron localizados, cercados y reducidos tres horas después a las 4,45 en la zona conocida como el “Coto del Villar” entre Bonares y Rociana. ´

   El primero de los atracadores responde a las iniciales V.M.M. es oriundo del vecino pueblo de Niebla, persona muy apreciada y conocida por muchos jóvenes locales, ya que llegó a regentar un conocido Bar-Pub en la esquina de la Plaza de los Peros, frente al cine local. El segundo es vecino de la villa de Almonte, responde a las iniciales A.T.P. este hombre estaba recién llegado de Nicaragua, tras haber participado como mercenario en las guerrillas de los “Contras”, pagado por los dolores norteamericanos para combatir a los miembros del F.L.N.

    Resumiendo, los hechos de nuevo sobre estos dos hombres, que entraron de golpe brusco en la en la entidad bancaria armados con una pistola y una escopeta de cañones recortados. Una vez dentro, los atracadores amenazaron a todos los empleados del banco, donde obligaron a su director a hacerles entrega del mencionado botín, para luego emprender la fuga a toda prisa.

     Fue el momento de dirigirse hacia el coche, que tenían aparcado en el llano, de lo que es hoy la actual Plaza de Andalucía, es cuando fueron interceptados por una patrulla de la Guardia Civil. El vehículo citado anteriormente con matrícula de Huelva, pertenece al cuñado de unos de los atracadores.

      Según un vecino local, se encontró como testigo presencial, cuando este hombre se dirigía a la oficina para realizar una operación bancaria como pudo observar, antes de entrar en el banco, que las personas que se hallaban en su interior tenían los brazos en alto y dos individuos de espaldas parecían amenazarles con alguna arma, por lo que supuso que estaban atracando el banco y se apresuró a toda prisa avisar a la Guardia Civil de lo sucedido. Fue entonces cuando se encontró con un miembro de la Policía Municipal el cual alertó a una pareja de la Guardia Civil que se encontraban de patrulla por el pueblo.

    Enseguida el coche de los ladrones fue interceptado cuando intentaban la huida, y hacer estos casos omisos al alto, es cuando se establece un tiroteo entre los guardias civiles y los malhechores, en el que, según testigos presenciales, uno de los atracadores resultó alcanzado en el hombro por unos disparos.

También en opinión de los testigos allí presentes incluidos niños, a la orden de detenerse por parte de los guardias civiles unos de los ladrones respondieron con un disparo, que estuvo a punto de alcanzar a unos de los civiles, con lo que tuvo que replicarle.

    Sin embargo, los atracadores consiguieron darse a la fuga y la patrulla de la Guardia Civil se dispuso emprender la persecución para darle alcance. Posteriormente, los dos delincuentes tuvieron que abandonar el coche en el que intentaron la huida al haber sido alcanzado, en el momento del tiroteo, unos de los neumáticos y el cristal trasero del coche.

   A partir de este momento, los miembros de la Guardia Civil de este pueblo alertaron a las patrullas de su mismo cuerpo de Almonte y de Rociana para intentar detener a los atracadores que se habían internado en el campo. Los medios desplegados por la Guardia Civil, muy efectivos, acordonaron el lugar para que a las 4 y 15 de la tarde, apresaron a los delincuentes en la zona conocida como el “Coto de Villar”.

    El botín recuperado asciende a 744,000 pesetas, cantidad que no coincide con la del Banco Español de Créditos declaró que fue de 912,000 pesetas, aunque es muy probable que los responsables de la entidad bancaria no realizaron el recuento debidamente, fruto según ellos del estado nervioso de los mismos tras producirse el atraco. (cuando la Justicia firma el inventario del dinero robado, resulta que hay 17,000 pesetas de más en la cuenta, que era propiedad de uno de los gafes atracadores).

    La Policía no descarta la participación en otros atracos en el mismo pueblo de Bonares en la Caja Provincial de Ahorros, otro en Punta Umbría y en Hueva capital, que sigue las investigaciones sobre ellos, mientras estos ladrones pasaran de inmediato a disposición del Juzgado de Guardia.

José García Díaz, y del Huelva Información.

 

 

viernes, 5 de diciembre de 2025

Apuntes y notas sobre la matanza del guarro.

 

                                                     


          

     La matanza casera del cerdo tiene en toda España una gran costumbre sociocultural, derivada de su papel en la alimentación de la conocida clase media rural.

       Las raíces de este significado pueden buscarse en el Paleolítico, según el historiador y sociólogo alemán Arnol Hauser y otros especialistas cuando se observan las pinturas rupestres una magia de índole utilitaria, creada por el hombre con el exclusivo fin de asegurarse el alimento, siendo estos los primeros actos rituales en relación con el ciclo alimenticio humano que encontramos en las páginas de la historia, sin considerar otros ritos dudosos muy anteriores.

      Con el transcurso de los milenios, las actitudes del hombre a propósito de sus fuentes alimenticias van cambiando, merced a la introducción de nuevas tecnologías, que en el Neolítico-domesticad a los animales- despegan espectacularmente para que el mundo alcance una población social y comience a presidir el devenir histórico.

     Por lo que respecta a la matanza como factor alimenticio. En la Hispania romana se harán célebres por todos el Imperio los jamones cerretanos – del Pirineo-, de los cuales ya hablaba con entusiasmo Estrabón. Conservarán su importancia asta finales del siglo III, ya que figuran en las listas de productos, precio y salarios -Edictum rerun venalium- que en su organización general del Imperio público Diocleciano. Tenemos también documentación para la Sierra de Aracena, las matanzas en la época visigoda, naturalmente sin los datos necesarios para reconstruirlas hasta el nivel deseable.

    La invasión musulmana de zona (711-1239), constituye un corte cultural decisivo para las raíces de costumbrismos matanceril, pues sabido es que los musulmanes no utilizan el cerdo como alimento. Hay que esperar a la Reconquista y subsiguientes, para ver de nuevo implantado –e importado- el hábito de las matanzas caseras en la Sierra de Huelva, y ahora, con tal empuje que llevará a Jabugo, Aracena y Cumbres Mayores a los primeros puestos mundiales en cuanto a productos derivados del cerdo.

     Siendo pues finales del siglo XIII y principio del XIV la introducción de la matanza, nos haremos eco a continuación de la sugestiva teoría que nuestros amigos de los Romeros-Jabugo- entre ellos el “poeta de la Sierra” están tratando de documentar, según la cual, unos Rumeo del Pirineo cátalo-aragonés –recuérdense los jamones cerretanos- habrían llegado a principios del siglo XIV a un principios del siglo a un paraje próximo a Jabugo (el actual Los Romeros), estableciéndose allí para dedicarse a la matanza del cerdo.

      Los argumentos que poseemos, en el estado actual de esta investigación, aconsejan por ahora tal hipótesis, ya que todos los elementos, vocabulario, usos y costumbres de la matanza –el cerdo, el hogar, los utensilios y el sacrificio propiamente dicho-, apuntan una vez más a orígenes leoneses, no exentos de influencias bajo extremeñas para esta “fiesta de la alimentación”.

                                                         


   

    De los cerdos o gorrinos, se dice que cuando están mamando son lechones (Los Marines) o pirinos, (Valdelarco, Navahermosa). Si no crecer lo debido respecto a su edad, se les llama agostizos (Fuenteheridos), galaflantes, o que sean quedado como cuínes.

En las zahúrdas o porcina, se crían y engordan los cochinos. El estierco que producen se aprovecha como excelente abono. Comen en el dornajo donde se hartan de rollón, agua, pringa y desperdicios. Para cebarlos se usarán luego castañas, maíz, bellotas, pero caídos y lo corriente hoy – piensos artificiales. Antiguamente, cuando estaban estirando el lomo, iban en piaras al campo conducidos por el porquero o concejil. Este, mientras estaba guardando guarros, los gobernaban dándoles jurrios y golpes con una varita fina de acebuche o de adelfa que cimbreaba.

     Si el guarro carece de rabo o lo ha perdido, se le llama curto. Cuando se quiere evitar que rocen el terreno o jopeen en la puerta de la cuadra, se los coloca una anilla en el hocico y si tiene plaquitas blancas en la papá se les llama marmellados. Sus enfermedades más corrientes. –aparte la terrible peste africana para cuya erradicación tantos esfuerzos la sanidad española, además la morriña, la pesuña, llamada también como la pizota y la triquinosis, triquina, trichina o trianchina, sólo detectable al microscopio del veterinario. Para el engorde se suelen capar, hoy por titulados, antaño también por los capadores.

    Una vez gordos, cuando pesan de 10 a 12 arrobas, más o menos están listos para la matanza. En la casa que se va a matar un guarro, se tiene preparado ante todo un buen lacho de candela; los avíos deben encontrarse en perfecto estado junto a la chimenea: las atenazas, o bien los muelles, el morrillo, un buen tueco de encina sobre el que descansan los palos y las taramas; los llares de las que cuelgan el caldero, en la que el agua hierve a borbotones, el asador para el tocino granilloso, las castañuelas o castañetas, las pajarillas y otras presas que se pueden asar el mismo día de la matanza.

    Las espartillas y la espumadera tendrán también su oportunidad, completando las es trébedes y el badil el ajuar del fuego, que chisporrotea alegremente dando calor a los que van ayudar en la matanza, durante las gélidas tardes del invierno serrano.

    En el patio, o corral -según la casa-, esperan los lebrillos vidriados, los tableros, el banco, el cubo de hojalata para la sangre, los ganchos de abrir y los casos, o bien unos hierros para despellejar llamados respetas. No faltan en el escenario un par de haces de carquesa o de abulagas para chamuscar al guarro, y por supuesto, las herramientas como el cuchillo, el hacha y la chaira.

Tras el sacrificio, el cerdo, ya desangrado y raspado, se tiende boca arriba y mientras varios hombres lo sujetan por las cuatro patas, el matador procede a abrir, rasgando el cerdo de uno a otro extremo. Enseguida se extrae la hiel- que hasta eso se aprovecha del cochino, pues colgada y seca tiene propiedades curativas- Luego se van dando cortes con habilidad, hasta sacar todas las tripas, que van al tablero grande o artesa, donde comienza ir a lavar las tripas al arroyo, o al barranco. Al lavarla se encallan con sal y naranjas y después se hierven en la caldera. El cerdo, ya desprovisto de las vísceras se deja partido en dos mitades en el suelo de la bodega durante 24 horas, para que se enfríe y esté bien tieso al otro día, en el que, de nuevo el carnicero en casa, procede a deshacer, separando jamones y paletas, cortando en trozos el tocino (de papada, panceta y tocino blanco) junto con el espinazo, que sale adherido al rabo, y descuartizando en fin todo el animal. Como las mantas con las costillas, etc.

       La cabeza se deshace también, y se extrae la sesada, con el pectoreo y las orejas.  (como en Bonares y en su Comarca). Toca el turno ahora la operación de picar carne. Esta se realiza bien a mano –a cuchillo, por varios hombres, que revelan la singular destreza de trinchantes-. Las primeras morcillas que se hacen en la matanza son las de los pueblos de la Sierra; luego las de sangre, los chorizos, la morcilla de entraña, el salchichón, el chorizo-lomo en blanco, y el rico lomo embuchado. Para embudar chorizos y morcillas, que se usan en este pueblo desde el medievo, la máquina de embutir, se llama el porro. Su estructura de madera, sus embudos de chapa, su larga palanca y el émbolo de roble o encina le confieren un aspecto de armatoste de otras épocas. Hemos conseguido documentar la aparición de este artefacto, lo más al Norte, en la Sierra de Gata (Cáceres) donde es conocida con el nombre de masón, por donde en la Sierra de Huelva, es donde se utiliza actualmente. En la zona celebres de matanzas más al Norte, como en la Alberca (Salamanca) es desconocida.

    Con hacer de las empellas la manteca blanca y colorada a través del pimiento molido y los chicharrones; luego hay que colgar la chacina de la talanquera para que escurra y freír la higadera o asadura que se conservará en manteca o aceite de oliva, sólo nos falta salar los jamones en la bodega para considerar terminada la popular matanza.

 Por Rodolfo Recio, en Alajar en 1981. José García Díaz.

 

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lunes, 1 de diciembre de 2025

El misterio de las minas de fosforitas.

 

                                                                             


   

 

     Una de las tres de ella, se llamó con el nombre “San Pascasio”, y fue tan singular y curiosa como el nombre de su bautismo.

       Dentro de las grandes aportaciones y curiosidades, que ha presentado la vida local de este pueblo es algo original, la mayor parte del terreno de su término ha sido conocido como “los barros, están formado por yacimientos de "caolita" de 1ª categoría para la elaboración de cerámica y materiales de construcción como ladrillos, tejas etc.

    Además, tenemos, algo de “tierras raras” cono así lo califica la Consejería de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía y la determina de la siguiente manera:

    Las conocidas como “Arenas de Bonares”, es una formación geológica del periodo Plioceno superior, que se encuentra cerca del pueblo de Bonares. Y no son las arenas de una playa moderna, sino depósitos de sedimentos marinos de esa época que quedaron expuestos con el tiempo, caracterizados por su composición arenosa y, en ocasiones, por la presencia de conglomerados y óxidos rojizos, que la encontramos en la parte altas de los cabezos locales, encima se reservan el valor económico que podrían tener actualmente su explotación, si es que fueran necesario.

          La incógnita mina llamada “San Pascasio”.

             Gobierno Civil de la Provincia de Huelva.

   Expediente de la concesión minera de Fosfato de fosforita el 22 de febrero de 1892.

     Don José Pérez de la Vega y Coto vecino de la ciudad de Huelva, con cedula que ya tengo presentada, me dirijo a usted señor Gobernador, con el debido respeto, expongo que en el término de los pueblos de Bonares y parte de Niebla, conocido con el nombre de Hilo de Piedra, cuyo propietario del terreno es de don Rafael Prieto Carrasco, y hermanos vecino de Bonares, linda al Norte con el Carril de los Moriscos, y con el camino que va de Niebla a San Juan del Puerto y por los terrenos nombrado Bermejal perteneciente a don Joaquín Carrasco vecino de Niebla.

                                                       


  

              Al Sur con don José Vega Carrasco vecino de Bonares, al este con las estacadas de olivo en tierra de don Juan García Molín, y de nuevo con don José Carrasco Vega, y al Oeste con terreno de don José García Pulido y de don Diego Guzmán, es por donde deseo adquirir, treinta y cinco pertenencias mineras con el nombre de San Casiano, para la extracción de fosfatos de cal y otros metales que me propongo descubrir.

       Verifico la designación registrada anteriormente, situada junto de la piedra conocida como “La Pisada del Caballo de Santiago” tan querida y apreciada por los vecinos locales.

    La mina cerró un mes después, el 30 de marzo, debido a su bajo rendimiento económico, pero lo más curioso que a tan solo cincuenta metros de esta, en el mismo mes se abre y explota otra del mismo material de Fosfato de cal de fosforita, por otro fuerte industrial de Minas de Huelva, como era don Manuel de la Corte Delgado, encima la bautiza con el nombre de la mina  "Calle de la Amargura” para cerrarla 8 meses después el 17 de diciembre de este año de 1892.

     Pero es que, en otros cincuenta metros, ya se había abierto la primera mina de fosfato en enero de 1867, que perduró por tiempo de 12 año, ya que cerró en 1872, que portaba el nombre de “Fortuna” por su gran rentabilidad económica para el industrial don Francisco Pinto del Valle. Todo estas actividades sobre el Fosfato de cal, se debía al alto rendimiento que ejercía en el sembrado del trigo y demás cereales como abono fertilizantes gozando de buen precio en aquellos días, ya que lo que se utilizaban normalmente era el estiércol como guano.

     Como es posible que esta zona minera de este pueblo, alojada en el paraje conocido como “La Cantera” podían contener en sus terrenos hasta la explotación de 16 minas de minerales, que comenzaba en el puente de la autopista de Bonares a Niebla, para terminar en el puente sobre el Río Tinto.

No cabe duda alguna que esto solo pasa en este pueblo.

José García Díaz.