martes, 4 de abril de 2017

Doña Elena y el turismo en Huelva.

                                             
                     
                  Elena y las carreteras españolas.

      Bajo este epígrafe en el diario inglés "Te Times" del día 26 de Noviembre del año de 1929, publica un artículo firmado por doña Elena Whishaw, directora de la Escuela Anglo Hispano-- Americana de Arqueología en Niebla, que dice lo siguiente:
     "En el mapa que acompaña el citado artículo en el mencionado diario, por su corresponsal en Madrid, sobre las carreteras españolas, se nota la omisión de la que transcurre desde Sevilla a Huelva. Esta que sigue el camino romano de la misma época que los monumentos de Niebla, situado al final del siglo último antes de J. C."
      La carretera responde a las necesidades modernas, debería encontrándose terminada su construcción próximamente completa el año  pasado.
    No solamente llega al puerto floreciente de Huelva, tan favorecido por las empresas mineras británicas, sino a unos diez kilómetros más allá del puente romano.
    Al pie del castillo romano de Niebla, hay una carretera secundaria tan excelentemente acondicionada como la real, carretera que conduce desde Bonares hasta Palos y La Rábida, lugares que deben ser visitados por todo turista por el interés único en la historia y por la preciosa vista del Estuario del río Tinto, a lo largo de cuya orilla se extiende.
       El Patronato Nacional de Turismo, acaba de instalar una de sus confortables hostelería o casitas de descanso en los pinares que circundan el famoso monasterio, existiendo un servicio de primer orden de autobuses que facilitan el tráfico turístico entre Sevilla y Huelva.
    Tenemos noticias de otro diario huelvano de que tan pronto apareció dicho suelto en el periódico inglés, comenzó a recibir carta la señora Whishaw pidiéndole las señas del mencionado Patronato referido, que facilita los itinerarios de viajes proyectados para la actual temporada turística.
   Con el nombre  " El turismo en Huelva y su provincia" se titula este artículo de la mano del corresponsal don Ramón Ortega.
    Hace pocos días, la ilustrada arqueóloga, doña Elena M. Whishaw, publicaba un razonado artículo en el periódico inglés, "The Thimes", en el cual su representante de este diario en Madrid, comentando que no solo terminaban la carreteras españolas en Sevilla, sino que también había una  que ,partiendo de esta última capital, y pasando por la antigua Ilipla, llegaba hasta el puerto de la vieja Onuba.
      Doña Elena ponía de manifiesto a sus compatriotas, que en este trozo de carretera de inmejorables condiciones para el turismo, no podían admirar las bellezas de la Rábida y, de paso ver el antiguo castillo y el museo de la antigua Niebla.
      Días atrás otro artículo relacionado sobre el turismo, firmado por Amalio R. Castillo, y también de hacer ver en el olvido que todos tienen sometidos a esta Huelva nuestra y sus lugares históricos del descubrimiento del Nuevo Mundo, citando como no a las murallas árabes de Niebla.
     Antes el cariño que demuestran tanto como la señora Elena como don Amalio, hacia este viejo y olvidado pueblo, nosotros hijo de él, no podemos por menos que sentirnos orgullosos de que una extranjera y un onubense ensalcen a este viejo pueblo.
     La ilustre arqueóloga, directora de la Escuela Anglo--Hispano Americana, ha sido, la que, dando gran impulso a las excavaciones que se realizan por cuenta de dichas Escuela, de la cual es presidente honorario S. M. el Rey de España, fomentando el turismo hacia Niebla, para admirar las galerías subterráneas del castillo y sus antiguas murallas.
     Admiración total hacia esta ilustre extranjera ha sido siempre muy grande, por su trabajo y la fé que a pesar de los años, se ha puesto siempre dirigiendo los descubrimientos realizados desde hace varios años, hasta la fecha.
    Pero más grande es nuestra gratitud y admiración hoy, por no haberse olvidado en su artículo, de estos lugares, que, si pobres y humildes son, muy ricos y muy noble serán siempre, por su historia.
    Y dando las gracias también a don Amalio R. Castillo. Puesto cuando se ha vivido varios años en el recinto de estas murallas, es muy difícil borrarse la impresión que produce en nuestros sentimientos estas derruidas murallas, y eso le ha pasado a nuestros citados amigos. Le ha bastado vivir varios años al pié del  castillo, para, que, su corazón se inunde de amor hacia la antigua Ilipla, y defienda por igual el olvido en que tiene, tanto a la vieja Niebla y a los lugares colombinos, como floreciente y bella Onuba.

                  José García Díaz.

  

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