Dentro del recuerdo de este pueblo sobre la
aviación, tenemos que destacar sin duda como al primer piloto local militar al
señor don José Flores Moreno, Alférez en la Maestranza Aérea de Sevilla alojada
en la “Dehesa de Tabalada” desde su formación en una academia de vuelo española
en 1941, cuya instrucción y adestramiento lo realizó en la Base Aérea de San Javier
de Murcia, en la Escuela Premilitar que le llevó seis meses de formación
teórica y práctica para conseguir superar las 150 horas de vuelo donde obtuvo
las difíciles y apreciadas “Alas de Piloto”, aunque ingresó con el grado de
Sargento, puesto que se incorporó en el Ejército Nacional a penas de cumplir
los 17 años para salir de Piloto Alférez; ya que tuve la suerte de ver toda la
documentación acompañado de tan ilustre y ducado señor gozando de un alto nivel
cultural, y su admiración por la Historia y Arqueología local observando sus
diferentes trabajo sobre el tema y su paciente desarrollo. (En 1950 la Compañía
de Aerolínea Española Iberia, da comienzo una nueva etapa internacional con los
aviones Douglas DC´-4, por donde escogen a la mayoría de los pilotos de la
promoción del señor Flores con el incluido, pero se encontró con una dificultad
familiar que le obligó que desistir, motivado por el terror que le imponían a
que condujeran uno de estos grandes aparatos).
Para que el
segundo piloto conocido, era sin duda el conocido y famoso conductor de
avioneta era el señor “Juan Pérez Carrasco” conocido por sí mismo con el apodo
del “Guaito” el joven que se ofrecía hacer piruletas en el aire con su
aeroplano por los cielos de este pueblo en días elegidos y determinados
llamando la atención a todos los lugareños, que ejerció un tiempo como chofer
privado del señor Martín Berrocal, propietario en aquellos días de la empresa
de autobuses de línea “Damas”.
Donde se da el
curioso caso que su padre el señor “Cristóbal Pérez”, fue conductor de la
camioneta de la citada empresa Damas, haciendo el recorrido de Bonares a Huelva
y viceversa durante más de veinte años, y a su vez era el propietario de una
“fonda” en la calle Santa Justa nº 7, se da el caso que, durante la Guerra
Civil, este señor prestó servicio militar bajo el mando del Capitán Vara del Rey,
como auxiliar de aviación en la citada Base de Tablada.
Fueron muchos
Oficiales de este pueblo formado en esta Base Aérea, algunos portando con los
años el grado de Coronel, lo que motivó que muchos jóvenes locales prestasen
servicio animados como voluntario en la citada Base Militar.
Pero sin duda
alguna, dentro de la historia de la aviación en este pueblo, hay que destacar
la azaña acompañada de valor y arrojo de un viejo vecino de este pueblo, allá
por los años veinte del siglo pasado, recién abierta la línea de correo de
España al Norte de África.
Corría el año de 1921,
cuando por tierras africanas en el mes de junio, se produjo el conocido
“Desastre de Annual” donde miles de españoles, cerca de diez mil murieron en
manos de unos mil quinientos harapientos rifeños morunos, donde fueron sacrificados,
quemados con la mayor sanguinaria trapería, entre ellos siete jóvenes de este
pueblo; donde muchos padres quedaron consternados y desesperados, sobre todo
aquellos que no habían recibido el “telegrama de sangre” donde le confirmaban
la muerte de sus hijos.
Es por donde el
vecino Juan Luís Coronel Montañina “El Canelo” se entera por los periódicos de
aquellos días. (En este pueblo se ha leído siempre muchos diarios, tanto en el
casino, como en las barberías y bares de los más concurridos; este vecino vivía
en la casa esquina con la Ermita y la Plaza de Consumo en la calle San
Sebastián). De que se había inaugurado una línea postal de correo aéreo, entre
Sevilla-Larache, donde dicho aparato podía llevar y recoger pasajero. Tras
recibir carta de su hijo Isidro Coronel Cintado, que se encontraba enfermo en
el Hospital de la Maestranza de Larache, no había participado en el desgraciado
“Desastre de Annual”.
Se arma de valor contando con la ayuda del
Cura de este pueblo, que tenía un familiar Oficial en el Cuartel de Ingeniero
en Sevilla, le recomendase y le reservarse una plaza para esta aventura aérea,
como así lo consiguió´.
Fue el primero de
los vecinos este pueblo en montarse en un aparato volador, un siglo atrás,
cuando se presentó en el Cuartel de la Compañía Africana de su hijo, se
encuentra prestando servicio de centinela, otro de Bonares el señor Antonio, el
que fuera más tarde director de la Banda de Música local. Toda una apasionante aventura,
para conseguir visitar a su hijo enfermo.
Cuando los vecinos
locales, le preguntaban cuanto le había costado el viaje, él siempre decía: con
el aparato y la fonda se llevó la viña de los Cerenales.
José García Díaz.
Cuando la ciudad de Niebla apadrinará la
XXVII promoción Militar Nª 270 del Arma de Artillería.
Comentada por el ilustre cronista e investigador de
esta ciudad, el señor don Ramón Ortega Egurrola, Diplomado de honor
de la Asociación Española de Amigo de los Castillos.
Siendo el martes,
día 23 de febrero de 1982 en el Ayuntamiento de Niebla, ya propuesta por parte
de su alcalde Eduardo González Moreno, se propuso al pleno dirigirse al Capitán
General de la 2º Región Militar, por medio del Gobierno Militar de Huelva, para
solicitar el apadrinamiento de la citada XXVII promoción de la Academia General
Militar 270 del Arma de Artillería.
Por el cual se
recibió en este Ayuntamiento el oficio de dicho Gobierno Militar, que dice
textualmente:
“El Eximo. Sr.
Capitán General de la 2ª Región Militar en escrito nº 876, de fecha del 1 de
febrero de 1982, me dice lo siguiente:
“La dirección de
Enseñanza, del Mando Superior de personal del Ejército, en escrito Rf. ª 611
SRECN, nº 147 de fecha de enero pasado, me dice lo siguiente: “En contestación
a su escrito de referencia, comunico V. E. que propongo para que sea
apadrinada, por la ciudad de Niebla, la XXVI promoción General Militar 270 del
Arma de Artillería”.
“Atendiendo al
desarrollo del plan de curso, la fecha más conveniente el día 12 o 13 de junio,
ya que esa fecha citada está programada el viaje de práctica dicha promoción a
Cádiz y Algeciras”. Debiendo por parte de ese Gobierno Militar poner dichos
extremos en conocimiento del Ayuntamiento de la ciudad de Niebla, continuando
las gestiones necesarias para la elaboración de un plan programa definitivo,
que remitirá a esta Capitanía General una vez finalizado. Lo que comunico a
V.E. para su conocimiento y efecto. Igualmente le traslado a V.I. para su
conocimiento y efecto. Dios guarde a V.I. muchos años. Huelva, 9 de febrero de
1982. El General Gobernador Militar, Juan Ollero Gómez. - Sr. Alcalde
presidente del Ayuntamiento de Niebla.
La fecha exacta aún
no está confirmada sobre los días para que coincida también con la fiesta del
Patrón San Walabonso, donde pudiera retrasarse el Patrón unos días para que
coincida también con el Corpus Cristi, como se ha hecho en años anteriores y,
por tanto, en vez de comenzar el día 7 dichas fiestas, que comenzaran el día 10
que es la fiesta del Corpus hasta el Domingo día 13 y, por consiguiente, podía
escogerse bien el día 12 o el 13 para este apadrinamiento.
Es muy significativo
este acto y, además, el que por el Ejército se haya escogido el Arma de
Artillería, ya que no debe olvidarse que, si Niebla tiene la denominación de la
“Ciudad de la Pólvora”, es por haberse empleado la misma por primera vez en
España, precisamente por el Arma de Artillería, que ya los musulmanes
utilizaban. (Pero hasta el día de hoy, nadie ha podido confirmar que fueran los
primeros los moros de Niebla, la empleara contra los cristianos o viceversa).
Tuvimos que esperar
el sábado día 12 de junio, cuando varios diarios recogieron en sus portadas la
siguiente noticia:
“En el día de hoy, se
celebrará un homenaje a la Bandera Nacional en la histórica ciudad de Niebla”.
El mimo día de sus fiestas en honor su Patrón San Walabonso.
Por donde a la diez
de la mañana habrá pasacalles por la ciudad la Banda del Regimiento de
Infantería Soria 9. A continuación, recepción en el Castillos de los Guzmanes
de los CC.AA.CC. de la 27 promoción de la Academia General de la Segunda Región
Militar y demás autoridades militares presenciaran la Parada Militar.
Tras el nombramiento
del acuerdo municipal por el secretario de la Corporación, se hará entrega del
nombramiento de hijo adoptivos de Niebla, a la promoción homenajeada. Después
de las palabras del alcalde, se hará entrega del Pendón de la ciudad al general director de la Academia
Militar, con la ofrenda de la corona de
laurel como homenaje a los caídos y después se procederá a la inauguración del
Stand-Militar y demostración de actividades por la C.O.E. número 22, tras la
clausura del citado Stand, se arriará la bandera.
Por la noche, habrá
un concierto en la Plaza de Santa María, por la Banda de Música de la División Mecanizada Guzmán el
Bueno número 2.
En el
Stand, que se encuentra situado en el Polideportivo en la carretera de
Niebla-Valverde se van exhibir, varios tanques, veinte camiones, equipo de
reparaciones y evacuación, etc.
Han llegado al mando
del comandante Alonso doscientos hombres del ejército, que estarán presentes,
en los actos castrenses que, con motivo del homenaje a la bandera nacional, va
a tributar la ciudad de Niebla, que por sus murallas milenarias, la adhesión a
los hombres que tienen la noble misión de servir a la Patria.
José García Díaz.
En el
grabado que exponemos arriba, es un original de un oficial de uniforme
reglamentario de la Infantería de Sevilla, que venían como recluta a la villa
de Niebla en 1770, para formarse como soldado al servicio del Duque. Pertenece
a la colección del médico holandés HJ Winkhuizen.
En la primavera del año de 1704, de nuevo la provincia de Huelva, se prepara nuevamente para otra guerra abierta, por donde el Condado de Niebla tiene concentrado un regimiento de 315 hombres bajo el mando del coronel Martín Boneo. Lo que pasó a ser la segunda guerra portuguesa comprendida entre los años de 1706 a 1709, donde se provocó los momentos de más tensión y peligro de esta guerra con los portugueses, donde se esperaba que fuese mayor y peor el enfrentamiento.
Para terminar, enfriándose en el mes de octubre, en toda la provincia onubense, quedándose las fuerzas españolas solo manteniendo y vigilando la frontera, durante cinco años más para dejarla quedada finalizarla y olvidada esta guerra entre ambos vecinos países.
Por lo cual se toma nuevas medidas, que
afectaría a la frontera portuguesa en la
actual provincia de Huelva, por decreto de 27 de febrero de 1734, es la
formación de nuevas levas y el acomodo de los soldados en las casas vecinas de
las poblaciones donde se ubican,(del lugar de Bonares, no se ha encontrado
documentación sobre este complejo asunto) debido a que la villa Niebla es considerada
como “plaza de armas”, de aquí en este citado año de 1774, una de las doce de
las compañías que forman el “Regimiento de caballería provincial de la costa de
Andalucía”, llamado de “Quantiosos” contando con 600 caballos al mando del
coronel Rafael Días, los que serán
trasladados a los Lugares del Condado de Niebla, para su marcha provisional con
destino para Ayamonte.
Sobre este
Regimiento, la poca información que encontramos en A.M.N. es de suponer que
dependían del entrenamiento que hacían sobre sus caballos, ya que estos
militares clasificado como “cuantiosos” eran los que suponemos serían los que
se movilizaban al toque de arrebatos, que se hacían por las torres almenaras
desde la playa hasta Niebla, puesto que estaban formado, por comerciantes,
labradores, ganaderos y algunos granujas que sabían que podían sacar algún
beneficio de esta labor en su rapiña.
Para hacer cumplir el
decreto, el Ministerio de la Guerra, se nombró al Ingeniero Jefe Gerónimo
Amici, quien en 1738 se encontraba en Sevilla, que después de efectuar un
reconocimiento por los pueblos de Huelva. Donde informa al ministro, de la mala
condiciones que vivían los soldados en Niebla, y de la mala distribución que
tenía el regimiento en la provincia. (J.C. Hernández Núñez). Donde le se
sugieren realizar en la mayor brevedad posible la construcción de un cuartel en
Huelva y otro en Moguer, para complementar repartir las tropas alojadas en
Niebla, pero no so se construyó, quedando solo los planos de los citados
cuarteles en el Archivo de Simancas.
En 1753, en el
Archivo Municipal de Niebla, encontramos la orden para que se cumpla el
repartimiento de ropas y armas para las milicias de los pueblos de la
demarcación de Niebla, a propuesta de la Junta de Guerra de Sevilla, bajos las
órdenes de Juan Fernández de Guzmán y Bazán.
El día 20 de abril
de 1773, el Coronel del Regimiento de Infantería de Sevilla don José de Avalos,
se dirige a la Alcaldía de Niebla presidida por Juan Recio, pidiendo atención
antes la próxima partida de recluta de esta citada Infantería para proceder a
su formación como soldado, dentro de un periodo de tiempo de dos años, por donde se veían obligados a utilizar de
nuevos los uniformes portados y ocupados por sus anteriores soldados una vez
licenciados, donde podemos creer que contaría con más de un remiendo.(A.Bonilla).
Comenzando que para proceder en su alojamiento de los citados reclutas, se
deberán de alquilar y pagar las casas en Niebla dentro de una tasación formal dentro
de su principal valor se le abonarán el importe establecido, igualmente se le
provean a la tropa de camas, manta, leña o carbón, que según le corresponda las Ordenanzas conforme a las Prevenciones,
que manda que hacer esta Intendencia a todos los pueblos en el año pasado,
recogiendo una relación mensual de todos los suministros firmada por el
Comandante de la partida, y visada de la mano de la Justicia en cuyo documento
se justifiquen todos los precios efectuados, para pasarlos a la tesorería de
este Regimiento.
Los Corregidores de
esta villa, recogen las incomodidades que le supones esta desagradable labor,
que la pobre y arruinada Niebla llevan manteniendo y soportando al Ejército del
Duque, junto con sus pueblos bajo su jurisdicción, que son los que estaban
obligados a mantenerlos, incluso a pesar de todo esto, las autoridades locales
tienen tiempo de cursar una invitación para el Comandante, de una casa junto a
la Iglesia de propiedad del vecino José Gómez, que tiene habitación y cuadra.
(A.M.N.)
Dentro de este Archivo Municipal, encontramos fuera de estas fechas citadas, como era un inventario municipal, reflejando calle por calle las casas que podían ser alquiladas para alojar las tropas durante tantos años en la sufrida Niebla.
En 1774, es donde se
puede encontrar referencia sobre la vida local y social de este pueblo de
Bonares a través de la publicación de las Respuestas Generales del Catastro de
Ensenada.
Por donde en Bonares
encontramos que esta población sometida a un interrogatorio de 40 preguntas
realizadas por el Cura Párroco local don Diego Garrido: Confirmando que estos
lugares cuentan actualmente con casi mil trecientos habitantes, entre ellos 128
son pecheros pelantrines; luego braseros de labranza por cuenta de su señor
145, pobres de sol 13, eran aquellos con
dificultades para trabajar, ancianos y huérfanos, formando un grupo de
jornaleros sobre 300 personas, pero lo mejor que teníamos era lo de mantener
cinco curas parroquiales.
Este singular lugar
tiene 28 arrieros, más que el doble que poblaciones como Bollullos y la Palma
juntas, hecho dado por muchos siglos hasta el día de hoy en el mundo del
transporte. Teníamos un tratante de carne, otro de pescado junto con el
dedicado al bagaje, dos traficantes como era de la sal, junto con el del vino y
cereales.
Fundiciones
herrerías tres, carpintería y maderas dos, curtidores de pieles y cueros
cuatro, tienda de vendedores de alimentos hay cuatro, un maestro alarife y otro
elaborando cerámica casera.
La ganadería la
componían en aquellos años, eran 627 vacunos, caballos hay 11, más cuatro que
se encuentra en el Batallón de Niebla, mulos y mulas hay 22, ovejas 1725, cabríos
408, burros de labores 416, cochinos 435, colmenas hay colocadas por los campos
hay 776, que aportan todos juntos a la hacienda del Duque la suma de 23, 633
reales. Ya en este término se siembra 95 fanegas de tierra, que para ello
cuenta con 26 bueyes para esta labor y 55 vacas para el transporte.
Hay 20 fanegas para
siembra de regadío en la 13 huerta, se cosecha anualmente 40 fanegas, quedando
con la aportación 400 arrobas de frutas para el consumo local, más 150 fanegas
para el sembrado de viñas.
Trece años después en
1787, encontramos en Censo de Floridablanca, donde nos da que teníamos 343
jornaleros que viven de la agricultura, contando que en el Ejercito del Duque
prestan servicio 28 militares entre soldados y oficiales.
José García Díaz.
Corría el año
de 1981, cuando en primero de octubre, el Arqueólogo den Jesús Fernández Jurado
declara en un diario provincial que, a partir del día de hoy, se puede visitar
sin problema el citado Dolmen, dado que dentro de poco tiempo la Dirección
General de Bellas Artes emprenderá su restauración.
El Servicio de
Arqueología del Instituto Onubense, dependiente de la Diputación Provincial,
que comenzó a funcionar en este año en el mes de junio. Siendo responsable de
esta sección el citado Jesús Fernández Jurado, arqueólogo de Huelva, que ha
empezado sus trabajos en varios de los puntos de interés de nuestra provincia,
como son ya el citado Dolmen de Soto, Almonte y en la propia capital de Huelva,
aunque los proyectos son muchos, para lo que, a todas luces, es necesario
ampliar el servicio.
“Llevamos muy poco
tiempo funcionando- nos comenta a este diario el arqueólogo titular, Jesús
Fernández Jurado- y nos queda mucho que hacer porque Huelva, es una de las
provincias más rica de toda España en resto arqueológicos. El problema es que
aquí no tenemos arqueólogos que permanezcan todo el año trabajando, puesto que tienen más obligaciones fuera de Huelva. Concretamente, sólo, hay dos profesionales de
la arqueología aquí, Mariano del Amo, director del Museo Provincial, y yo. El
resto sólo trabajan por temporada, aunque poco a poco vamos abriéndonos y
preparando los equipos necesarios para acometer las obras”
En el Dolmen de
Soto, la Diputación Provincial subvencionas las diferentes excavaciones que en
época estival se organizan, pero sólo mantiene a una persona en su Servicio de
Arqueología, la cual se encarga de organizar sus propios equipos de trabajo,
que normalmente no cobran por su actividad.
Una de las primeras
obras que cometió Jesús Fernández Jurado fue el adecentamiento del Dolmen de
Soto, fue con motivo de la visita que hizo a nuestra provincia el capitán
general de la II Región Militar, Manuel Saavedra Palmeiro.
El dolmen está
situado en el término municipal de Triguero, junto a la altura del punto medio
del kilómetro 619 de la vieja carretera a Sevilla, donde hay una desviación
que, por un camino de tierra, conduce al monumento megalítico. La visita al
dolmen durante este invierno se hace poco posible dada la calidad a las malas
condiciones que se encuentran el camino, y la basura que allí se había acumulado.
Además, la finca donde está ubicada en una propiedad que es privada.
“El
Dolmen de Soto” es un monumento funerario que se conserva extraordinariamente
bien- nos dice Jesús Fernández- que a pesar de sus tres mil años de vida. Se
trata de una construcción de piedras verticales sobre las que se han colocados
horizontales. Posteriormente fue recubierto con un túmulo de arena por lo que,
de lejos, no es más que una pequeña colina.
Allí los moradores de
esta zona enterraban su gente a modo de panteón familiar, a pesar de que aquí
hemos encontrados hasta ahora pocos enterramientos.
“El monumento tiene
unas dimensiones-continua- por tres y medio de ancho y la piedra de cierre pesa
nada más y nada menos que veinte y una tonelada. Según hemos podidos calcular, los
granitos del dolmen debieron de traerlo del campo de Escacena, y otros
materiales de Niebla, lo que viene a demostrar las perfectas vías de
comunicación de aquellos onubenses y su equilibrada vida social, que les hizo
crear esos monumentos, comparables a cualquier catedral.
El dolmen recibe su
nombre de uno de los propietarios de la finca donde está enclavado, llamado
Soto, que excavó la zona en 1923. Este avisó al alemán Obermaier que terminó
los trabajos de excavación, publicando una memoria que aún hasta el día de hoy
es utilizada por los expertos. Según ha podido saber el diario Odiel, en el
Ayuntamiento de Trigueros existe un acta del año de 1823, donde ya se cita al “Cabecillo
del Zacarrón” como límite de división de parcela de tierras. El Cabecillo no
era otro que el dolmen y allí, según dice la leyenda, está enterrado un
matemático musulmán, creador de las ecuaciones de segundo grado.
El dolmen-dice
Fernández Jurado- está en muy buen estado de conservación, hasta hace poco
tiempo se encontraba lleno de suciedad. Nosotros lo limpiamos de cara a la
vista que haría el Capitán General citado anteriormente. Ahora está
perfectamente pulcro, y tiene una cancela protegiendo la entrada. Por ello, es
perfectamente visitable, gracia a las facilidades de los dueños de la finca.
Ahora lo que falta es arreglar el camino hasta la carretera, y darle la
publicidad que necesita”.
Según ha sabido
este diario, el proyecto por parte de la Dirección General de Bellas Artes, que
ha tomado la iniciativa en las labores de recuperación del citado dolmen, para
disfrutar de todos los interesados; ya que todas las formas, cabe decir que en
Huelva hay catalogados actualmente más de ochenta dólmenes, repartidos por toda
la zona de la Sierra y el Andévalo. Concretamente, el Ministerio de Cultura ha
encargado a Fernando Rimó que catalogue y haga una muestra de todos los
existente en la provincia.
Don Jesús Fernández
Jurado, falleció el 23 de mayo de 2019, siendo un referente del mundo de la
Arqueología, desde los años setenta del siglo pasado como funcionario de la
Diputación de Huelva.
José García Díaz.
Era el día 31 de enero de 1734, es cuando
se publica la Real Orden de su Majestad Felipe V, siendo este el primer rey
Borbón en España, hasta su muerte en 1746.
Declarando las Ordenanzas sobre la
formación de los 33 Regimientos de las Milicias Provinciales, disponiendo a
Niebla dentro este número como uno de los más importante del Sur Occidental de
España, dentro de una organización militar rural y urbana. Siendo su mayor
defensor de este proyecto el ministro don José Patiño y Rosales. Estas unidades
estaban formadas para ser reserva barata a el Estado dentro de la infantería y
caballería, dado que en aquellos difíciles años Andalucía aportaba la mayoría
de los soldados del Ejército Español.
Su demarcación en el Condado de Niebla, estará
a su vez compartida junto con el Regimiento de Sanlúcar de Barrameda, dentro
del mismo presupuesto económico del Estado, quien les pagará el salario
correspondiente de las tropas, según grado de escalafón que goce militarmente,
mientras el vestuario y su mantenimiento correrán por cuentas de los
Ayuntamientos.
En la formación de los citados treinta y
tres Regimientos, comprendido en las antiguas Compañías, cuyos Oficiales si
fueran actos podrán continuar en el servicio activo.
Cada Regimiento lo formará un Batallón, y
cada uno de ello tendrá siete Compañía, y cada una de ella contará con cien
hombres efectivos, con cuatro Cabos de Escuadra; enfrente de ellos un Capitán,
un Teniente, Alférez, dos Sargentos y un tambor, que son los que formarán la
Compañía de los cien hombres citados.
La Plana Mayor, de cada Regimiento la
formarán el Coronel, y el Teniente Coronel, un Sargento Mayor, y dos Ayudantes,
no se contará con el Cirujano ni con el Capellán, dado que pueden ser de más de
falta en los pueblos de los partidos.
Los hidalgos, y nobles que formen este
Regimiento serán considerados como militar cadetes, y con dicha distinción
estarán siempre formado en las primeras filas, y en los puestos de ventajas.
Las Compañías se formarán en los lugares de
cada partido, a medida de su vecindad, y el repartimiento que les haga los
Capitanes Generales, Intendente, Gobernadores o Corregidores entre la gente de
más provecho, menos ocupadas en el cultivo de haciendas, los menos golfos, y
estén dispuestos acudir donde les mande. El oficial tendrá el sueldo igual que
el de las tropas profesionales, los sargentos, cadetes, soldados y tambores,
más las comidas. Los mayores de plazas por la edad, o que estén inválidos
dentro del Regimiento, gozarán de los mismos beneficios que los activos. Para
los sargentos y cabos destinados en los Regimientos de Inválidos, (estos
soldados que ya no pueden servir en el combate activo, debido a su edad o bien
están mutilados, eran destinados a prestar solo servicio secundario, como hacer
guardia, preparar municiones y custodiarlas entre otras actividades de pocas
importancias y responsabilidad). y que dentro de su edad no se hallen ya en
estado de mucha fatiga, cobraran la paga arreglado al servicio que presten, más
su ración de pan.
Siempre que algún soldado muriese, o
enfermara por algún motivo de estas Compañías, mediante la aprobación del
Capitán, ordenará al Sargento Mayor, informe al correspondiente Alcalde, e haga
informar a la familia.
Se le confiere a este Regimiento de Milicia,
23,000 fusiles con sus bayonetas, más la pólvora que necesitan, para sus
prácticas de tiros estas armas se guardarán en las casas de los Ayuntamiento,
si no tuviese pararían al cuartel de Niebla, a cargo de sus Mayordomos, o por
personas puesta por cuenta del Ayuntamiento que mantegan sus vigilancias bajo su
responsabilidad.
Para su formación, y practicar los ejercicios de fuego, se Ordena, que cada por tres meses se junten todos los miembros que la forman esta fuerza en el Regimiento de Niebla, donde se alojarán durante tres días señalados por las Mandos Superiores, Sargento Mayor y Ayudante, haciéndoles entregar las armas guardadas en el Depósito, para adiestrar a los soldados en las disciplinas, y en el manejo de las armas, así como la forma de cargarla a las órdenes del cabo y del sargento, donde desde el primer día a “mangas”, de cuatro en cuatro, el segundo por pelotones, y el tercero por hileras, haciendo cada día tres descargas, para lo que hará dar el Comandante General. Intendente, o Corregidor de esta Provincia de Sevilla, la pólvora necesaria y suficiente; donde los referidos Oficiales citados, tendrá que vigilar los disparos y que las piedras pedernal sean de buena calidad.
Los sargentos, contarán bajo su mando
cincuenta soldados cada mes para ser revisados, y no podrán faltar a ningún
ejercicio, ni podrán recibir ninguna gratificación, en caso de no presentarse
serán puesto en mano de la Justicia. Los soldados cobrarán íntegramente los ocho
cuartos de pan en especie, junto con el salario diario de doce maravedíes por
equivalente de ella, por los tres días de las citadas maniobras, desarrollada en
cada tres meses. Todo el Regimiento se juntarán cuando se le ordena para su
Revista General, y ejercicio empezando por la Compañía Coronela, teniendo
presente la lista de cada una, para ir llamando por ella a cada individuo; para
cuyo acto destinará el Intendente un Cuestionario de Guerra, que intervenga en él,
y certifique haberle hecho la entrega, con expresión de los soldados que se
hayan presentado de cada Compañía.
Además, deberán de estar preparados este
Regimiento, para que tengan vestidos uniformes cuando se junten los tres días, que en
cada tres meses que han de recurrir para la revista; quedando siempre un retén
para cuando haya que marchar, por motivo de avisos a las costas y frontera. Quedando
obligado todos los lugares del Condado de Niebla, el deber de comprar los
uniformes del citado Regimiento, que lo componen de la casaca, chupa, medias,
zapatos, sombrero, cartuchera, correa, y el saco de cuero para la pólvora.
Serán exceptuados de prestar servicio de
armas, los ministros de la Iglesia, de la Inquisición y de la Cruzada, los
anulados por Consejos de Guerra, y por los Tribunales; los notarios de Audiencia,
Juzgado, Obispos y profesores, pero sus hijos tienen obligación de servir, igual
que a los oficiales de la Casa de la Moneda.
Los Mayordomos
de las villas, los sacristanes, y sirvientes de la Iglesia. También queda
exceptuados los labradores de arados de mulas, o bueyes; los maestros de
escuelas y gramática.
De la fuente del Archivo Municipal de Niebla.
José García Díaz.
Ya que esta fue
conocida como la guerra de Restauración de Portugal, entre los años de
1640-1668, por donde Huelva y el Condado de Niebla, sufrieron daños como
territorio fronterizo; los ejércitos de los vecinos portugueses, se dedicaron
en más de una ocasión hacer incursiones en muchos pueblos vecinos, para saquear
a sus habitantes encimas destruyendo y quemando sus bienes, que en un momento
dado llegaron hasta las mismas puertas de las murallas de Niebla, en una simple
escaramuza.
Todo este conflicto,
fue motivado por la revuelta y alzamiento portugués en contra el dominio
español mantenido desde el año 1580 unidos bajo la misma corona, formando la
conocida Unión Ibérica, pero los portugueses quedaron hartos de prestar
personal para las levas, y de pagar impuestos a la corona española.
Es en el año citado anteriormente de 1640, el
día 1 diciembre fue el día del alzamiento civil, haciendo motivar a que el
Duque de Medina Sidonia, junto con su primo el señor de Ayamonte, se encargara
de organizar una repuesta militar desde esta ciudad que era el puerto principal
del Condado de Niebla, iniciándose así una dura guerra de baja densidad entra
ambos países hermanos que perduró durante 27 años, y que fuertemente quedó en
el más grande de los olvidos históricos españoles.
Al quedar Niebla en
el camino que conducía hasta la Plaza de Arma de Ayamonte, tuvo que soportar la
recepción de las numerosas compañías de soldados españoles para ponerlos al
servicio del Duque, destinados para atacar a los rebeldes portugueses. Dentro
de un periodo de tiempo que padecía en decadencia la actual provincia de
Huelva, afectado por un descenso de las poblaciones motivados entre otras
cosas, por las enfermedades contagiosas como fue la Peste Mediterránea, y seguido
que, en cada poco tiempo se producía cambios políticos y sociales, donde los
vecinos se debían obligados pagar más tributos, junto con las frecuentes malas
cosechas provocadas por las sequías y los temporales, marcaban las vidas
locales entre la vida o la muerte.
Además, el Duque
Medina Sidonia se encontraban con la obligación de reclutar más soldados en sus
dominios, aplicando aquello de uno por cada 100 vecinos, a pesar que en muchos
lugares apenas contaban en aquellos días con habitantes. (Domínguez Ortiz).
Dado que en tiempo de la morería Niebla tenía mil alquería o aldeas,
(Al-Drisi), y de eso quedó solo para el recuerdo de la historia. En esta
ocasión se le ordena a la citada Niebla y a sus lugares, a realizar un padrón
de varones mayores de 14 años, y que valgan para participar en esta guerra y
que, puedan ser alistado; mientras se concentrará los soldados en ella,
contando además que, estos mozos deberán ser atendidos por los Ayuntamientos en
sus vituallas, alojamiento y equipamientos, evitando por todo los medios que
huyan de sus mandos, quejándose por las muchas veces que han prestado servicio
de armas, además de ver la corrupción que mantenían sus oficiales. Seguidamente,
se recurre de nuevo a esta Alcaldía, requiriendo sal y vino mucho vino para las
tropas, además cebadas y paja para los caballos, mulos y jumentos, para dejarlo
completamente en la ruina.
Igualmente, se le
ordena por parte de Vicente Sánchez de la Calle, de la Junta de Guerra de
Madrid, que se abonen dos reales diarios a las mujeres casadas con hijos,
mientras sus maridos presten servicio en su Regimiento. (A.M.N.) En el mismo
Archivo en el apartado de correspondencia de la Alcaldía, ya en el año de 1593,
se hace nombrar el Consejo de Justicia del Regimiento de Niebla, como una
institución militar con su cuartel.
Desde agosto el año
de 1637, ya se estaba calentando el conflicto, que provocó en un intento de
rebelión en toda la zona del Algarbe, siendo sofocada de inmediato. por el
Duque de Medina Sidonia, con las ayudas de la milicia de Niebla, y las demás
que se encontraban en su territorio feudad, pero no tardó más de tres después
años cuando de nuevo comenzó el estallido en toda la zona portuguesa,
provocando unos gastos al Duque, de 350,000 ducados.
Para encontrar y recurrir información sobre
este conflicto, debemos recurrir principalmente a los documentos, que se
encuentra alojado en el Archivo Municipal de Niebla, para conocer algunos
detalles militares, económicos y sociales ocurridos por aquellos días.
Con fecha del año
de 1646, es donde encontramos un cuaderno que contiene la Orden de Don
Francisco Hereda y Alvarado, para que se prepare la caballería y la infantería
de la ciudad de Moguer, y de las villas de Lepe, Cartaya, Gibraleón, Trigueros,
Beas y Niebla, ante una posible invasión del ejército portugués.
Sobre 1652.-
Cuaderno para formar lista de hombres con armas en prevención de un
enfrentamiento contra Portugal, que es donde el Duque estableció su cuartel
general para preparar la reconquista portuguesa, contando con un ejército de
diez mil hombres desde toda Andalucía. Pero esta operación quedó muy retrasada
por su lentitud para concentrar las tropas, ya que no contaban con los suministros
que le prometieron desde Madrid.
Quedando Niebla, y
sus aldeas más cerca receptoras de tropas, enviadas desde Sevilla por el
asistente García Sarmiento de Sotomayor, como era uno de ellos el Regimiento de
Caballería de Andalucía; a parte de los dos mil napolitanos desembarcados en
Sevilla, dejando toda clase de incidencias y atropellos por donde marchaban y
acampaban.
Encontramos que se
cita que en este lugar de Bonares, teniendo por aquellos años 404 habitantes,
cuentan con 43 viudas producidas por las diferentes guerras, y la marchan
provocadas por parte de sus vecinos jóvenes para encontrar algún sitio mejor
para vivir sus ya difíciles vidas. Es así, cuando el Corregidor don Pedro Plaza
Bocanegra, se dirige al Consejo de Justicia y Regimiento de Niebla en marzo de
1642, donde se les pide que recauden más dineros dentro de sus lugares de su
jurisdicción, aportando la suma de 11,200 maravedíes, a los ya sufridos
moradores como tributo para la guerra.
José García Díaz.