sábado, 20 de febrero de 2021

El jarro del Palmarón.

 

                                                              


 El conocido Cabezo del Palmaron en el término de Niebla, lo componían una cantidad determinada de parcelas o besanas de tierras calma de los agricultores bonariegos y Niebleros, pero siendo una de las más grande le que recogía la necrópolis de la Edad de Hierro, que contenía un individuo acompañado de ajuar dentro de una construcción megalítica, era de los abuelos de Juan Antonio Morgado de la citada Niebla.

      Este descubrimiento, sigue todavía cargado de incertidumbre a pesar de los años que se demostró que hubo un expolio del Patrimonio Nacional y una venta ilegal de un rico ajuar.

       En aquellos años, Niebla y sus alrededores se encontraba en lo más parecido a su Siglo de Oro sobre lo que sería La Arqueología en España. contando para este fin con el ilustrado cura don Cristóbal Jurado, y la señora doña Elena de Whishaw.

   Fue don Cristóbal Jurado el primero en ser informado del singular enterramiento, que a pesar de su edad en víspera de cumplir los 70 años y algo grueso, no les faltó tiempo para coger su charrete y hacer un estudio superficial del descubrimiento en 1933 y hacer una descripción del contenido de la tumba.

  No podemos echar en el olvido, que don Cristóbal ganó las oposiciones discutidas y complejas como ser licenciado en Arqueología, Teología e Historia en 1890, para saber en aquel tiempo juzgar y catalogar la nota que escribió primero en la prensa de Huelva para después hacerlo en diferentes diarios católicos de gran tirada por toda España ya que ejercía y cobraba como corresponsal.

                                                            

Este influyente diario católico recogió todos los trabajos publicado por don Cristóbal Jurado. 

  Podemos creer que la información que se publicó en aquellos años, puso en alerta a más de algún contrabandista del Arte. Para que el ajuar llegará a manos de los coleccionista y anticuarios de varias provincias, según iba creciendo su valor.

   En Bonares, por aquellos días los mayores del lugar que gozaban de tener algo de cultura histórica sospecharon siempre de la venta ilegal a doña Elena por ser la persona con los conocimientos necesario para tal empresa, de echo disponía y pagaba a un retén de fieles trabajadores acostumbrados a tales menesteres.

   Saltó en murmullo por lo bajo la denuncia interpuesta por don Cristóbal Jurado contra doña Elena, contra la venta ilegal de material encontrado en varias excavaciones que formaban parte del Patrimonio Nacional, ya que hasta ahora se sabía que ella disponía para su museo una parte de lo encontrado, pero la otra quedaría en juicio de los expertos del tema para su traslado al Museo Arqueológico Nacional, dado que nada de esto se realizó.

  Don Cristóbal Jurado resalta un escrito en víspera de la exposición internacional de Sevilla en 1929 con la siguiente nota: El M.I. Vicario General S.P. de Santiago de Compostela. Extendida por todos los pueblos y rincones de España una verdadera plaga de mercaderes que, con el pomposo nombre de “anticuario” que con el único fin comercial se esfuerzan em adquirir los pocos objetos que todavía restan, de nuestro patrimonio artístico….

   De cómo en 1935, llega este ajuar a manos de unos de los anticuarios más importante de España, residente en el viejo Madrid el conocido con el nombre de “Apolinar” que junto a sus hermanas en su tienda surten a los mejores museos internacionales y a las mejores colecciones privadas, seguidos de Juan Lafora, quedaron como los mejores contrabandista de obras de arte del todo el reino.

  Pero la descripción más completa del famoso y apreciado jarrón encontrado en el Palmaron la hace el profesor don Javier Jiménez Avila, presentando su ficha técnica dentro del inventario núm. 2999, cuyas dimensiones son: Altura: 37´4 cm. Ancho: 16´6 cm. Anchura máxima: 17´70 cm. Peso: 4.625 Kilógramos. Capacidad: 3120 CC.

                                                             


    Es un jarrón piriforme de base anular, el asa esta rematada por la parte inferior en palmera fenicia de 12 pétalos, ye la zona superior por tres serpientes que se abre en abanico para apoyarse en la ancha boca, mientras las serpientes laterales giran sobre las mismas antes de apoyarse en el borde. El cuello y cuerpo están separado por un ancho baquetón mientras que la palmeta está unida al asa mediante un tramo rectangular decorado en todo su recorrido con molduras horizontales.

  Contando de un punto de vista técnico se puede calificar que está en perfecto estado de conservación.

   Contamos en lo siguiente que apareció junto al citado jarrón en el ajuar del Palmaron Es la parte central del brasero, que se conserva en el Museo.

  Contando con una longitud : de 14´5 cm. Ancho: 1´8 cm.Peso:154 g.

                                                       


   Quedando lo que queda de los restos del bracero de bronce, es el soporte del asa y la roseta que adornan los clavos de sujeción. El soporte curvado.

 El citado anteriormente el broche de cinturón.

Sus dimensiones son las siguientes: Alturas: 14´4 cm .y la anchura de cada placa es de 3´4 cm. De este broche no se ha hecho ningún análisis que permita saber de que material esta hecho la pieza. 

                                                                

   Las armas de hierro se conservan en el Museo de Huelva, como se puede ver en la vitrina destinada para este fin.

    José García Díaz.

 

 

 

 

 

 

jueves, 18 de febrero de 2021

!! El último Sacristán !!

                                                                           


 Antonio García Rodríguez el “Sacristán”.

  Así fue y así lo cuento que el señor Antonio el Sacristán, fue el más longevo y el último que ejerció en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de esta villa ejerciendo esta profesión que la atendía perfectamente a pesar de tener más de 60 años en sus espaldas no faltó nunca a su misa.

  Con diez años entró a prestar sus servicios como acólito(monaguillo) en esta citada iglesia. Cuando entonces regía los destinos de la parroquia, el cura don Cristóbal Pérez Romero, hijo de este pueblo.

  En febrero de 1886 nació este buen hombre y en junio del año de 1906 fue nombrado suplente sacristán y crucero mayor de la villa. Donde debido a su noble comportamiento y a su excelente condición para su cargo, meses después el día 6 de diciembre del citado año, gano la propiedad de dicho cargo, en cuya época ejercía el cargo el párroco don Francisco Manchado Reina.

   Además del citado cura, que por aquellos años se les conocía por ejercer como ministro del Señor, el veterano y longevo sacristán ha conocidos rigiendo los sagrados destinos de mencionada parroquia los sacerdotes siguientes: Don Antonio Sánchez Florido, oriundo de Cádiz; don Antonio Sánchez Rodríguez, de Sanlúcar de Barrameda; don Francisco Labrador Montero de, de Puente-Genil; don Antonio Brío García, de Salamanca; don José Rodríguez Ruiz de Moguer, y el actual en 1945 el señor don Elías Rodríguez Martín de San Juan del Puerto.

   Dicho Sacristán recuerda perfectamente y hace magnifico elogio del hermoso acto religioso celebrado en esta parroquia hace ya unos cincuenta años atrás, con el motivo de la repatriación de los soldados de la Isla de Cuba, haciéndose un solemne traslado procesional de la Patrona por las calles del pueblo, seguida de una hermosa función principal, en estos actos a los que asistieron casi todo el pueblo. Aquel día fue una verdadera festividad en toda la población que perduró en el recuerdo de todos los vecinos durante muchos años.

                                                     


            

   En primero de enero de 1897 ayudó a la celebración de la primera misa del presbítero don José Luís Barba Cruces, hijo natural de este pueblo. Hoy, en este año citado anteriormente este anciano ministro del señor, vive entre nosotros ya jubilado.

       En los tiempos revuelto que trajo la Segunda República, mencionado sacristán, se expuso con su propia vida, poner a salvo algunas imágenes de gran valor, varios vasos sagrados y ornamento, guardándolo en su casa y en varias casas particulares.

  Algunas de ellas quedaron en el olvido por motivo de los celos en esconderla donde consiguió aparecer una de las hermosas coronas cargadas de historia y de siglos pasados, que lucía nuestra Virgen Santa María Salomé en los años del dominio rojo, para aparecer cincuenta años más tarde.

    El día que aparecieron los rojos para quemar la iglesia, en vez de tomar las medidas como hiso el párroco, se resguardó y se escondió en el doblado de una conocida casa. El viejo sacristán se puso de guardia en la puerta de la Iglesia, por donde fue en seguida detenido e ingresado en la cárcel durante varios días.

                                                               


  Actualmente en octubre de 1945, el citado Sacristán se encuentra en estado viudo contando con dos hijos y una hija.

   La hija Antonia García, ejercía de carnicera en el Mercado de Abasto local junto con su marido José Moró Pérez, también carnicero matarife. Otro hermano Timoteo junto con el otro que era el padre de Paco García Martín el albañil.

  Su muerte en los años cincuenta del siglo pasado, dejó en el recuerdo de este pueblo de ser el último sacristán de la Iglesia de este pueblo

  José García Díaz.

 

   

 

miércoles, 10 de febrero de 2021

El dolmen del Palmerón.

 

                                                               


   El jueves 23 de enero de 1933 en la prensa de Huelva, nos comenta de un descubrimiento Arqueológico Protohistórico.

   A unos tres kilómetros de la ciudad de Niebla, en el sitio conocido como el Palmaron, un labrador ha descubierto un pequeño dolmen, orientado hacia la salida del Sol, cuyo plano pequeño es parecido a uno existente en Cangas de Onís en Oviedo, en forma de una pequeña sartén.

    Su corredor mide unos seis metros de largo por dos de ancho y metro y medio de altura, siendo en forma de herradura la cámara o dómech propiamente dicho. Las piedras o pilares del corredor son informes y de tosca labor, alternándose los pizarrones con las de caliza. La gran piedra cabecera de la cámara sepultar es de dura caliza en forma de mesa redonda. Los grandes cantos de la cubierta han desaparecido.

      En su interior no se han encontrado más restos de un solo cadáver, con señales de tostadura, rodeados de numerosos guijarros blancos, como tributo de veneración y piedad hacia el difunto. También se han hallado como ajuar del muerto y ofrenda de los parientes o individuos de la tribu, una artística ánfora de bronce, de cuelo y boca estrechos, con panza ovalada y su única asa formada por acanalados de bronce, terminando en la parte inferior en forma de cola o abanico y por la parte superior con tres cabezas de serpientes (sierpes).

    Dicha ánfora, es muy semejantes a las cerámicas del arte púnico encontrada en Formentera, conservando la tradición greco--fenicia en las asas, con el remate en forma de abanico redondeada, semejantes a las que tiene una patera pequeña de plata hallada en Amato, de la Isla de Chipre, actualmente en el Museo de Louvre de París.

     También se ha extraído del interior del dolmen una fuente de plata redonda y ovalada, requemada y hechos pedazos, exceptuando los bordes, con parecidos en su forma a la encontrada con dibujos en un sepulcro de Melusín, en la isla de Chipre, de origen fenicio, actualmente en el Museo de Berlín.

     Asimismo, se ha descubierto una curiosa patera, en forma de brasero, para funciones crematorias, todo de bronce con curiosas asas terminadas por largas y estrechas manos de bronce en forma de estrellas dobles con remates en forma de hojas de rosas.

                                                    

                              

           (De estas dos postales de Iglesia de la Santa Cruz, con el dolmen en su sótano en Cangas de Onís en Asturia, que según el cura don Cristóbal Jurado, era el más parecido al encontrado en el  dolmén del Palmarón)

    Además, se han encontrado como ajuar del difunto, una espada en forma céltica, de bronce, con ligera cruz inicial con empuñadura para su mejor manejo y no cortarse los dobles con los filos.

     También han sido hallada varias lanzas de hierro de metro tres cuartas de largas, para los usos de la guerra con orqueste para poderla fijar en un palo de madera, como los cazos actuales, semejantes, una lanza igual como a la encontrada en un pueblo Córdova. También se habló de un clavo de hierro con una gruesa cabeza.

       De todo lo expuesto se sugiere que el Monumento o Dolmen descubierto puede catalogarse en la edad de los Metales, cerca de dos mil año antes de Jesucristo, como lo demuestra el haberse encontrado unidos objetos de bronce y de hierro, conservada en forma de viejas tradiciones señales encontradas en la postura del cadáver, cuya tumba fueron frecuentes en la Edad de los Metales, pues los huesos humanos como todos los objetos encontrados presentan la influencia de la acción del tiempo, incluso el ánfora, la fuente, y la patern...??? que junto con el brasero sirvió, tal vez, para la cremación, después del banquete fúnebre con el que se le honraba la memoria de sus muertos.

    Los huesos humanos serían descarnados primeramente y después tostados al fuego o ambas cosas. Además, con la tierra del dolmen aparece mezclada con las cenizas de la hoguera. No se vieron al principio restos de cerámicas rojas poco después aparecieron alrededor del cráneo del cadáver algunas hachas de piedra y trocitos como doradas y de colores como de collares, y algunos pedazos de bronce.

 Solamente en una piedra de la galería aparecen signo esquematizados, de una figura humana parecidas en otras ocasiones como si fuese un jeroglífico, a los que eran muy aficionados los hombres primitivos, o de una imperfecta figura, de ídolo dolménico.

       De todo lo cual se requiere importancia del Monumento hallado en término de Niebla, no solo para su historia, si no para la provincia, por lo cual lo recomendamos a la Comisión de Monumentos.

    Por don Cristóbal Jurado en Niebla 1933.

   Pero el que mejor supo desglosar y clasificar las piezas encontradas fue el señor don Antonio García y Bellido, dentro del inventario sobre los jarros púnicos tartésicos casi 20 años después.

  Don Antonio, aclaró una misteriosa desaparición sobre lo que sería la pieza más noble e importante encontrada en este ajuar que se descubrió en el citado dolmen el “Jarro del Palmaron”.

                                                                 


  “Este monumental jarro, lo he publicado varias veces, recogiendo la noticia, imprecisas y errónea, de su aparición en la Ría de Huelva, cuando se hacía un dragado. Luego que apareció en Río Tinto, hasta que pude precisar recientemente en agosto de 1964, pude encontrar el lugar exacto de su procedencia, sin duda era el Cabezo del Palmaron. Contando con la ayuda del ingeniero don Carlos Cerdán Márquez, que pudo ponerme con el testigo presencial del hallazgo, al que mostré las fotografías de algunos jarros de bronce similares junto con la interesada que importaba saber su procedencia. El interrogado supo distinguir enseguida que era el jarro del Palmaron. De este testigo y del archivo del profesor, Cerdán, pude conseguir los siguientes datos: Al parecer era una sepultura para que fue reutilizada un pequeño dolmen (donde abunda gran cantidad de dólmenes neolíticos en esta zona). Además del citado jarro de bronce y de las piezas sueltas que publiqué en 1960, como perteneciente al ajuar funerario en mi trabajo sobre los jarros de bronce púnicos ya citado, consistentes en una hebilla de cinto y trozos ornamentales de un “bracero”, esta vez de plata, medio calcinado, de unos 45 cm. De diámetro; una especie de diadema de unos 25 cm. de diámetro, también de plata, con perlas ya calcinadas; varias cuentas de oro y unos puñales y espada de hierro. Las piezas más finas de este rico ajuar pasaron por varias manos de varios coleccionistas y anticuarios, sin que hoy se sepa dónde han ido a parar. Las armas de hierro se hallan actualmente en poder de don Jesús García del Soto, en Sevilla. Gracias a su buena voluntad de este señor junto con la mediación del señor Cerdán, que tanta ayuda me ha prestado, me pudo ofrecer ahora una fotografía de las armas, es insuficiente pero provisionalmente puede valer. La falta de autopsia no me permite intentar siquiera una descripción de ellas y, mucho menos, una interpretación. Quede para cuando se pueda.

                                                            


   Añado la imagen de una piedra labrada que es de la misma colección sevillana se tiene como oriunda del lugar de hallazgo del jarro del Palmaron. Y como arqueólogo me reservo mi opinión sobre los hechos acontecidos. 

José García Díaz.    

 

martes, 9 de febrero de 2021

!Cuando el señor don Saavedra, visitó el Dolmen. !

 

                                                              


  El 20 de septiembre de 1981, hacía casi una semana, que la prensa en Huelva recogía la noticia de la visita del capitán general de la II Región Militar don Manuel Saavedra Palmeiro. Era en aquellos días era un gran acontecimiento en la vida local.

   Traía la misión de inspeccionar las fuerzas destacadas y el proyecto para la instalación de una base de misiles antiaéreos, en el Médano del Oro en Mazagón, todo ante la deriva que iba tomando el gobierno marroquí, pidiendo para ellos Ceuta y Melilla.

  Se preparó todas las medidas de seguridad que requería en aquellos momentos los militares de esa responsabilidad. Pero en los últimos momentos, se tuvo que cambiar en parte el protocolo ya que don Manuel Saavedra, pedía realizar una visita al Dolmen de Soto y al Museo de Huelva, dada su vocación por la historia.

  El señor don Manuel Saavedra Palmeiro, contó como cicerone al director del Museo Provincial don Mariano del Amo.

  El Dolmen se encontraba en la cuarta reparación que había sufrido a pesar que estaba declarado monumento nacional desde el 3 de junio de 1931 donde debieron organizar a toda marcha una parte que quedaba de arreglar el camino con gravilla.

   El otro arreglo se realizó en el verano de 1972, donde a través de los fondos del Ministerio de Cultura es cuando se arregla la parte final de la bóveda del techo para dejarla colocada.

  Teniendo en cuenta que anteriormente el mismo don Armando de Soto, ha estado pendiente de corregir algunos daños que salieron improvisadamente, como la ocasión del hundimiento de varios ortostatos de la cubierta sobre la cámara mandó a construir una bovedilla de mampostería, que ha sido quitada en una de las últimas intervenciones de la restauración en este dolmen por el Ministerio, que dirigida por el arquitecto restaurador don Ismael Guarner.

       De hecho, la bovedilla citada, fue sustituida por la placa de hormigón, donde técnicamente resultó del todo satisfactorio por parte de los técnicos que participaron en lo que se llamó la “Carta de Restauro” del año citado de 1972.

Anteriormente en los años de los  50 del siglo pasado, es cuando se supone que me dijeron que se colocó en la entrada la reja de hierro forjado ya que se estaba utilizando el dolmen para guardar el ganado cabrío por parte del pastor Pedro “El Panecito” oriundo de la vecina Niebla, veterano trabajador de la dehesa “La Lobita” comenzando desde niño cuando se encontraba esta regentada por el ganadero hasta los años 20  don Manuel Morón, en que cada año hacían el herradero de añojo, donde se invitaban a casi todos los profesionales del mundo del toreo huelvano, como el Litri II, Álvarez etc.

     Nunca podremos saber como era el suelo original, dado que todas las excavaciones realizadas en el dolmen no se han encontrado nada que lo verifique. Por lo que en esta ocasión se ha decidido echarle uno de gravilla con el fin de evitar el lodazal que se forman cuando llega las lluvias. Ya que anteriormente el suelo se trataba con albero, donde en ocasiones era una gran aventura pasar por el sin tener un resbalón.

   Seis años después, a primero de año del 1987, la delegación de Cultura y Hacienda de la Junta de Andalucía, han firmado la escritura de compra de los terrenos del dolmen de Soto, ya que es calificado como uno del conjunto megalítico más importante de toda la Comunidad Autónoma, dentro de la campaña para la protección del patrimonio arqueológico. Dado que son muchos los dólmenes importantes y conjunto dolménico de primera fila que no están todavía bajo control de la Administración.

                                                                       

El cartel publicitarios del dolmen en los años 80 del siglo pasado.

   En septiembre de 1973, se celebró en Huelva el XIII Congreso Nacional de Arqueología, en donde se concentraron en el Dolmen los mejores arqueólogos de todas España, junto con algunos extranjeros con M. Almagro, L. Pericot, F. Kalb, J. Carriazo, Garrido Roiz, J. Luzón, etc. Que después de visitar la ciudad de Niebla, se marcharon a la finca de la Lobita, donde fueron invitado a una fraternal fiesta campera, por quien era en aquellos momentos el actual dueño el señor don Tomás Prieto de la Cal y Divildo, que después del almuerzo asistieron a la plaza tendero para que se torease una vaquilla.

  El Dolmen de Soto, recibió una fuerte publicidad por parte de la prensa nacional. Al mismo tiempo se aprovechó los días siguiente la ocasión para inaugurar lo que es el extraordinario Museo Provincial de las Bellas Artes, de la mano del Ministro de Educación y con el erudito Director General de Bellas Artes, el aracenero, don Florentino Pérez Embid.

   En noviembre de 1987,es en donde estos terrenos que se encuentran en la finca de la “Lobita” se han pagado cerca de dos millones de pesetas de aquella época. Esta parcela de formación plana la forma unos veinte mil metros cuadrados y se encontraban las mayorías del año arada; se hallaba representada por don Federico Molina Orta, el antiguo alcalde de Huelva. Contaban con unos 13 árboles de eucalipto  y varios pequeños recogidos por los alrededores de la casa y de lo que fue una plaza de tendedero de ganado bravo, que actualmente se encuentra destruida. Y desde el año pasado, en el mes de octubre ya se cuenta con un guarda para las visitas.

José García Díaz.

 

miércoles, 3 de febrero de 2021

El pequeño dolmen junto al de Soto.

 

                                                           


   

 Muy cerca al Dolmen de Soto, como tanto se ha tratado de describir en algunos artículos, se alla las ruinas de otro Dolmen más pequeño, a una distancia aproximadamente de unos trecientos metros en línea recta sobre la ladera.

    Construido como el anterior dentro de otro montículo artificial, en la actualidad se presenta muy aplanado, tal vez por la acción conjuntas del hombre y los elementos naturales. Sus losas, sobre todo las de la cubierta, han sido arrancadas posiblemente en diversas épocas, por los habitantes de la región y quizá con el objeto de fragmentarlas y dedicarlas a otras construcciones, como algunos han querido encontrar en la vecina ciudad de Niebla.

  Sobre sus ruinas se puede hacer una idea y calcular más o menos que se componía de un corredor de unos diez metros de largo por uno y medio de ancho y una cámara ovalada de siete de largo por dos de ancho. Su altura no era muy considerable.

   Igualmente, que su hermano el dolmen mayor, también fue excavado por don Amando de Soto y estudiado por Obermaier.

   Según parece estaba lleno de sepultura por toda la extensión de su corredor y de su cámara, apareciendo, completamente destrozados por la capa de arcilla y cantos rodados que materialmente los aplastaba, gran cantidad de cráneos y otros restos de esqueletos. Por lo se puede deducir de la situación de los mismos una gran cantidad de cadáveres entre 15 a 20 personas habían sido enterrados junto a las losas verticales de la cámara, sentados en cuclillas mientras que otros habían sido depositados en posición decúbito supino orientados verticalmente en relación al eje del dolmen.

  Pocos objetos pudieron salvarse del ajuar funerario del dolmen, debido al lastimoso estado en que este se encontraba; pero hay algo muy curioso que nos servía para fijar la época en que fue utilizada esta necrópolis. Aparte de algún hacha, punta de flecha, de algún trozo de punzón de marfil, de un extraordinario peso de cuarzo cristalizado de punta hexagonal y de un kilo de peso más o menos, se encontró una hoja de puñal de cobre de diez centímetros de largo por cuatro de ancho, cuya espiga es cuadrada y termina en punta muy aguda.

                                                           


    Es de demostrado que la construcción de este pequeño dolmen es más antigua que su hermano mayor. Por aparecer este, del que estamos hablando lleno de cadáveres debieron de tener en cuenta de la construcción del nuevo y hacerlo más grande el hipogeo. No se pueden conocer las causas por la que este, que sólo recibió unas pocas sepulturas, fuera cerrado y abandonado miles de años. Y no deja de ser extraño el hecho de que, siendo mayor, el conocido con el nombre de Dolmen de Soto, de fecha posterior, no se encontrarse entre su ajuar un solo objeto de cobre y sí en el pequeño.

     El docto y erudito profesor Obermaier, mantiene esta teoría; pero algunos historiadores se atreven aventurarse en esta hipótesis. ¿No podría haber sido el dolmen mayor destinado a hipogeo de una familia de una casta superior, jefe tribal, por ejemplo, y el otro a enterramiento general? ¿No pudo esta familia desaparecer y ser cerrado el dolmen antes que el pequeño, en el que siguieron haciendo enterramiento hasta la fecha posterior que alcanzara a los albores de la edad del cobre y de ahí la existencia de ese puñal en su ajuar funerario?

    Aparte de esto sólo se recogieron de este pequeño dolmen gran cantidad de restos de cerámicas totalmente sin ninguna validez.

  Respecto a los grabados se puede hacer destacar uno que se aparece en unas de las losas. Este extraño grabado que hasta ahora no se ha podido ser del todo interpretado, y lo más curiosos es lo quiere representar es la forma de un arado romano.

    Antes de terminar estas notas divulgadoras sobre los monumentos megalíticos del término del pueblo de Trigueros; dando por seguro, que una vez más que el dolmen de Soto como su vecino, el pequeño pertenecen de lleno al período del Neolítico y su construcción se remonta a unos tres mil años antes de Cristo.

   Por lo tanto, debemos preguntarnos quien sería aquellos geniales constructores que habitaron nuestras tierras por aquellas fechas. Está claro que las teorías que los atribuyeran a los Celtas y a los cultos Druídicos no tengan nada que ver con estos hechos.

                                                                


  Dado que ya se sabe bien que los Celtas entraron en la Península procedente de Francia, unos 600 años antes de Cristo. También ha sido desechada la teoría de un “pueblo de los dólmenes” que recorrieron Asia, África y Europa dejando a su paso esa gigantesca y grandiosa construcciones. El profesor Bosch Guimperá considera que los constructores de los dólmenes en nuestra Península fueran los descendientes de los pueblos que habitaban aquellas regiones en la época de la piedra tallada. Peo todo hasta hoy son sólo hipótesis. Y la verdad se queda envuelta en la niebla de los tiempos como una eterna tentación para el estudioso que se afana en la desvelación de los orígenes de nuestra raza y de nuestra civilización.

  Fuente de la aportación del profesor: Don A. García Bellido.

José García Díaz.

 

 

viernes, 29 de enero de 2021

La Cultura dolménica en la provincia de Huelva.

                                                            


 

    El dolmen de Soto.

  Por el ilustre profesor Historiador, catedrático de Arqueología de la Universidad de Madrid:

   “Pretendo iniciar con este artículo, que no pretendo ser erudito, ni aún siquiera original, una serie de ellos en la que procuramos e intentamos llevar al conocimiento del lector conceptos y datos elementales de los que fueron las culturas dolménicas en esta provincia. Para ello vamos a ir describiendo a grandes rasgos los dólmenes descubiertos en nuestras tierras, así como algunos emplazamientos creemos conocer. Y entorno a estas descripciones iremos hablando muy someramente de las culturas de los constructores de tales monumentos.

   Empezamos con la atención al Dolmen de Soto. Está enclavado en la finca de “La Lobita”, del término de Trigueros, situado al margen de la carretera de Huelva a Sevilla, entre los pueblos de San Juan del Puerto y Niebla. Hay un monolito que señala el comienzo de un ramal de carretera que conduce hasta el famoso hipogeo, situado a una distancia de un kilómetro aproximadamente.

    Cronológicamente se puede situar este importante megalítico en los albores de la edad del Cobre. Es uno de los más importantes monumentos de este tipo en toda Andalucía y tal vez de toda España, según la autorizada opinión del profesor alemán Obermaier, que le dedicó especialmente una gran atención y un meticuloso estudio. Parece ser que su antigüedad se remonta a unos tres mil años antes de Cristo.

   En “La Lobita”, cerca de la casa del guarda, se alza sobre un suelo llano llamado Cabezo del Zancarrón. No es esta otra cosa que un túmulo artificial en cuyo interior se encuentra el dolmen que venimos estudiando. El diámetro aproximado de este cabezo artificial, de forma semicónica, es en su base de unos setenta metros. El hipogeo construido en su interior es de los llamados de corredor o galería cubierta; su longitud excepcional en esta clase de monumentos, es de veintiún metros; está orientado de Este a Oeste. El corredor se desvía de la horizontal desde la entrada, inclinándose en ligera pendiente que vuelve a nivelarse en la proximidad de la cámara para mantenerse ya oriental hasta el final. En la actualidad la altura en la entrada es de un metro cincuenta centímetros y su anchura de un metro aproximadamente. Son de gran peso y dimensiones tanto las piedras que forman sus paredes como las de sus cubiertas.

                                                 



        Las fotos son cedidas por el profesor de la Univercidad de Sevilla don Antonio Palau, realizadas en marzo de 1963.

    La más pequeña de estas pesas siete toneladas y la mayor de ellas, que cubre la cabecera de la Cámara, unas veinte y dos aproximadamente; siendo sus dimensiones de tres metros cuarenta centímetros de altura por tres metros quince de ancho.

   Tanto las paredes como la cubierta están formada en exclusivamente por monolitos, graníticos en su casi totalidad. Hemos de hacer notas que las canteras de granito más próximas se hallan en Escacena del Campo, a unos treinta y siete kilómetros, sorprendiendo por tanto la preferencia que dieron a este material para la construcción del gigantesco enterramiento. Para el transporte de estas enormes piedras debieron construirse pistas especiales y emplear gran número de trabajadores que las arrastraban sobre grandes rodillos de madera, que debían de ser mojados constantemente para evitar que se incendiasen por el gran calor producido por el roce. Por el mismo procedimiento llevarían hasta el lugar las grandes piedras de arenisca que forman parte del monumento.

    La técnica empleada para la construcción del dolmen debió ser la siguiente; En primer lugar debieron acumular la acilla suficiente para formar el túmulo artificial que alberga al monumento en su interior; una vez realizado este trabajo se procesaría a vaciar en su centro el espacio de lo que había de ser corredor y cámara del mismo; a continuación se arrastrarían hasta los bordes de la fosa las grandes piedras que habían de formar sus paredes, dejándolas deslizar en la posición que habían de quedar, esto es en la vertical; para evitar que se moviesen se acuñaron sus base con cantos rodados y se consolidaron con una argamasa compuesta  de arcilla y pequeñas piedras calizas que formaron una especie de hormigón de gran dureza. Para colocar las colosales piedras de la cubierta es casi seguro que sus constructores procedieran a rellenar de tierra toda la oquedad, al objeto de evitar peligrosos deslizamientos que hubieran podido arrumbar todo el trabajo con tanto esfuerzo realizado, retirando dicha tierra una vez colocadas y consolidadas las citadas piedras coberteras.

       Grabados en estas piedras que forman las paredes del dolmen aparecen extraños signos, siendo de notar que todos los restos humanos descubiertos en las excavaciones efectuadas aparecieron siempre al pie de las piedras que ostentaban estos signos o dibujos. Varios de estos grabados parecen representar de manera esquemática figuras humanas y parece ser el resultado de una larga evolución de la representación de tales figuras que puede seguirse a través de las pinturas rupestres esparcidas a lo largo y ancho de la Península. Es muy significativo un grabado que aparece en una de estas losas laterales representando en esquema a una persona mayor protegiendo a otra más pequeña.

                                                        


   Efectivamente al pie del mismo se hallaron los esqueletos de una mujer y un niño. Todos los dibujos sepulcrales coinciden con otras manifestaciones artística de la época del cobre en España. Vemos en algunas losas dibujos de puñales contrapuestos con empuñaduras en forma de bolas y al parecer metidos en vaina cuya punta parece estar protegida por un regatón. Se repiten estos grabados representado puñales triangulares típicos de la Edad del Cobre. También se aprecia en otra losa unos grabados en forma de cazoletas de significados probablemente religioso. Según Obermaier estos emblemas arrancan sin duda del periodo Azilliense, cuyo foco más importante parece extenderse n la península a lo largo de la costa cantábrica.

   Creemos con el profesor Wernet, que estos grabados esquemáticos están en íntima relación con el culto de los antepasados. Posiblemente cada uno de ellos es el símbolo del difunto que recibió sepultura a su pie. Y como, según las ideas de la época, el alma de los muertos seguía morando en el cuerpo hasta tanto se descomponía, así como los egipcios recurrían a la momificación de los cadáveres, nuestros coterráneos del Eneolítico llegaron a la misma solución por un camino más especulativo, más ideológico, más intelectual: la pervivencia mágica del alma sobre un esquema simbólico que representaba a la persona bajo el yacente.

  De esta manera hacemos comprender a nuestros comprovincianos el lugar prominente que ocupa nuestra provincia como cuna y asiento de los albores de nuestra provincia como cuna y asiento de los albores de nuestra civilización.

  Siendo el Jueves 25 de marzo de 1964.

 José García Díaz.

miércoles, 20 de enero de 2021

!!! Las cebollas de Bonares !!!

                                                                          


 ¡!!! Más se perdió en Cuba ¡!!!.

    Este viejo dicho, que formó parte en el transcurrir de la vida local y en toda la vieja España, sobre todo en Bonares era una solución para reconocer como disculpa por la pérdida de algo querido y necesitado, que perduró hasta hace pocos años. La isla de Cuba, que fue perdida sin duda antes de comenzar el conflicto por un Gobierno en manos de la Masonería.

 España que apoyó a las Estados Unidos, para logra su independencia les dio emprestada la Florida por un periodo de 300 años (Ya le quedas poco tiempo, y ahí voces que piden la reubicación de nuevo a España, mediante autonomía acompañada del P.E.R como en Andalucía) de cuyos puertos, Cayo Hueso y Tampa, salen los navíos cargado de filibusteros mercenarios, para invadir la Cuba combatiendo a los españoles a cambios de algunos pesos. Financiando esta revolución están los grandes tabaqueros apoyado por multitud de banqueros, para destruir la industria cubana en beneficio de la de ellos, explicando de esta manera el gran amor que les tiene a la libertad y la democracia.

 Si de primera hora España se hubiera atrevido hacer remontar el río Hudson con una veintena de acorazados las juntas cubanas no hubieran encontrado apoyo de los Estados Unidos, ni de sus costas hubiera salido un solo fusil, ni un solo cartucho para mantener la moral de los insurrectos en medio de los bosques, de los que salen a combatir a nuestros soldados.

   Qué razón tenía el General Prim antes de haberlos asesinados y hubiese estado vivo, tanto como pidió la venta de la isla Cuba como él quería, cuanta sangre se hubiese evitado de los cien mil soldados allí enterrados, con un gasto al tesoro de dos mil millones de pesetas, estando el país sobreviviendo a duras penas en la miseria.

  No faltaron mitin republicano por toda Huelva, sobre todo en el teatro Colón, pidiendo un servicio militar obligatorio, para que no vayan solo los hijos de los pobres a la guerra para morir en la manigua, por no tener los 6000 reales y disponer de influencia, pues en este pueblo se ha visto reclutas dados por inútiles, por tísicos y corto de vista, pero muy robustos gozando de muy buena salud acompañado de excelente cartera.

         Las cebollas de Bonares:

                        


   Los americanos importaban las cebollas en pequeñas cantidades, como reza en escritura de este pueblo. Pueblo que gracias a sus huertas mantuvo durante muchos años las fruterías del Mercado del Carmen hasta bien entrado los años setenta del siglo pasado. Pueblo que fuimos pioneros en mandar y poner en venta los higos chumbos en Inglaterra, dado en aquellos años a la gran cantidad de chumberas que había en la salida del pueblo.

   Pueblo que abastecía parte de la Cuenca Minera, los economatos de Río Tinto, la Cooperativa de Aguas Teñida etc.

   En Huelva, aran conocidos los vendedores bonariegos, que iban casa por casa vendiendo rábanos y acelgas, con más de una denuncia por parte de las autoridades, sobre todo el célebre Blas el “Moyita”.

   Los vapores norteamericanos sacaron una sana costumbre de la marinería, comer las cebollas dentro del viaje de regreso a las Américas, desde que empezaron con el transporte de mineral, se documenta que, a los primeros días del año de 1864, una fragata anglo-americana saliendo para la barra con rumbo al puerto de Filadelfia, le entró un viento de Poniente que la varó hacia la entrada del canal “Padre Santo” donde quedó completamente destrozada, dejando la allí la carga del mineral.

  Las cebollas de Bonares, se encontraba en parte para su venta en un sitio privilegiado como era la tienda comercial del bonariego Anastasio Borrero, (nombre más común en este sagrado sitio que el paraje del  “Corchito”) se encontraba situada  junto al puerto en el muelle del Dique, cerca de la Vega Larga, tocando la fábrica de jabones. De aquí salió, y de sana manera la compra de las cebollas por partes de los navíos norteamericanos.

   Pero como los Yanquis tienen poco de tonto, y gozan de buen ojo para los negocios, además importar los minerales y las cebollas les dieron también por la compra del jabón. Y les dio muy buenos resultados, dado que el considerado como el “blanco” por gozar de la mejor calidad, se vendía a 24 reales la @. Para que una ves en puerto americano, llegase a costar casi el doble de su valor además de gozando de gran estima por su calidad, que lo bautizaron con el nombre de “Jabones de Castilla” dejando lo del nombre de Huelva, para mejor ocasión.

     Hoy en Bonares no hay huertos ni hortelanos ni pozo con agua para regarlo, pero seguimos siendo más listo que el hambre como todos los españoles. Bastaba leer el diario de “Las Provincias del Levante” del 26 de julio de 1898 extraemos lo siguiente: En España cobran nóminas del Estado, de la Provincia o del municipio, más de 400,000 ciudadanos. Estas nóminas que las tiene que mantener el pobre contribuyente, sufrido aparte de otras cargas abrumadoras. Tenemos más empleados que los Estados unidos, que Rusia, que Inglaterra y de cualquier potencia económica de primer orden y así seguimos.

    Fuente: Del Diario Comercial de Cádiz y de La Provincia.

José García Díaz.