Según un
comunicado del puesto de carabinero de la playa llamada "Mazagón" de
término de Moguer, que un grupo de trabajadores dedicado a la pesca de coquinas
y de otros moluscos.
Disponían para
guarecerse de la intemperie, cerca de un barranco, junto el arroyo
"Julianejo" de una chocilla.
Desde hacía varios
días que dicha playa fue sacudidas por fuertes tormentas con abundante lluvias
y fuertes vientos que produjo, que el barranco viniera abajo, con tan mala suerte, que los tres
individuos que dormían sin temores ni sobresalto.
Cuando al día
siguiente, el cabo de carabinero Fernando López y su compañero, haciendo ronda
de vigilancia se percataron del derrumbe, dieron parte a la autoridades.
Al llegar el
Juzgado y numeroso público a dicha playa, vieron los cadáveres, que
identificados resultaron ser los vecinos de Almonte Francisco Martín apodado El
Currito el Abuelo, Daniel Díaz el "Lería" y Manuel Franco El Sanchunga". Los cadáveres estaban
horriblemente mutilados.
Según los
testigos presentes que fueron reclamados por los carabineros para colaborar en
el rescate, oyeron grandes y profundos lamentos de una triste agonía,
observando que la tierra en una gran cantidad había sepultado el pequeño
cobijo.
A pesar de los
rápidos auxilios, que se prestaron a los pobres infelices sepultados cuando
fueron extraídos, eran ya cadáveres.
Al entierro de las
víctimas en la villa de Palos de la Frontera el 27 de Octubre de 1913 por el
corresponsal de "La Provincia" en esta. Al fúnebre acto puede decirse
que asistió todo el pueblo en general, acompañado por las autoridades.
Las familias de
las víctimas que llegaron de Almonte fueron atendida cariñosamente por el señor
Alcalde, que le prodigó halagadoras frases de consuelo, adoptando ayudas en
todo lo que le fuesen necesario, tanto para la conducción de los cadáveres
desde el lugar de la catástrofe al pueblo, como para el enterramiento cuyo acto
presidió.
Cuando los
familiares se disponían a regresar de nuevo para Almonte, todos tuvieron en sus
labios palabras de gratitud y reconocimiento para el Alcalde y vecindario en
general por el cariño demostrado en el amor al prójimo cuando este más lo necesita.
Pero como
las desgracia nunca vienen sola, días después apareció un cadáver en la misma
costas alejado casi unos 15 kilómetros, en un paraje llamado las
"Atarazanas" cerca de la conocida Matalascaña.
Avisado el
Juzgado Municipal de la villa de Almonte, se personó en aquel lugar, el juez,
don Diego Torres Endrina, el secretario, don Julio Kao y Gómez de la Miel y los
médicos señores Triana González y Acevedo Endrina.
Llegado el
juzgado al referido sitio e identificado el cadáver, resultó ser el del
marinero Domingo García Vega, apodado el "Flamea", natural y vecino
de Sanlúcar de Barrameda, de 28 años de edad, el cual deja viuda y dos hijos.
Era el patrón del barco "Juan Sevilla" naufragado en la barra de
Sanlúcar hace más de un mes.
El cadáver se
hallaba en estado avanzado de gran putrefacción, y fue enterrado a unos 150
metros de la costa.
Con el tiempo, ya a
través de los carabineros se conocería este lugar como la "Mata del Difunto"
teniendo cerca una caseta de vigilancia.
José García Díaz.