Tristeza y muy mala
suerte, para el soldado profesional de este pueblo de 32 años, José Domínguez
Toro, hijo de José Domínguez Carrasco y de María Salomé Toro Muñoz.
Soldado de la 18
Compañía de Caballería de los Cazadores de Albuera, muerto por disparo enemigo
en el pecho en la Guerra de Marrueco, en la mañana del 23 de marzo de 1860, en
un conflicto bélico, que tan solo comenzó en 7 meses atrás y ya había dejado en
el campo de batalla más de 7000 fallecidos.
En donde el mismo
día del infortunio, por la tarde se firmó la rendición del enemigo marroquí,
mediante el acuerdo y tratado de Wad-Ras en Tánger.
Los hechos de armas
ocurridos, fueron redactado por el diario Oficial de la Gaceta de Madrid el
jueves día 5 de abril de 1860:
En la mañana del 23
de marzo, llegando al valle de Wad-Ras, después de atravesar el río Buceja, en
la mitad del camino entre Tetuán y Tánger, el ejército español al mando del
General Echágue con dos baterías de montaña, junto con toda la fuerza de
Ingenieros, y un escuadrón de caballería de Albuera, donde participaba el
soldado José Domínguez, hasta la entrada de la sierra del Fondack, fueron sorprendidos
por los enfrentamientos de repetidos disparos por parte de las agrupadas Kábilas
morunas, provocaron la muerte de José Domínguez junto la vida de 137 españoles, que regaron con su sangre, las
secas y mugrientas tierras africanas; dejando además de mil heridos, de estado
muy grave en su mayoría.
El 25 de mayo de
1860, se redacta y se certifica el parte de defunción del soldado veterano de
este pueblo, el informe va dirigido a este Ayuntamiento por parte del Teniente
Coronel Jefe del Regimiento 18 de Albuhera don Juan Moreno de la Peña, afirmando,
que su Compañía de Cazadores de Caballería 18, fueron trasladados desde Badajoz
a la ciudad de Ceuta, por Real Orden el día 16 de junio de 1859, para formar
parte la Campaña de África, habiendo prestando el citado soldado 12 años de
Servicios, incluyendo las contiendas en el Norte, contra los Carlistas, tiene
en su haber la suma de 65 reales pendiente de abonarse, dentro de los 2 con 25
céntimos que le correspondía por la soldadesca diaria.
En el mes de junio,
el señor Alcalde don Bonifacio Carrasco mediante la aprobación de la
Corporación, comienza a desarrollar las gestiones necesarias para que el vecino
y padre del soldado fallecido, José Domínguez Carrasco (hortelano), presente la
documentación exigida certificada por el Secretario Municipal y el Cura Párroco
de esta villa don José Gómez Feria, como es la partida de nacimiento del
soldado, y la del matrimonio de este con su madre María Salomé Toro, además de
la información del estado de pobreza que padece este hombre actualmente, por la
cual las Leyes les ampara y les protegen económicamente.
Tubo el pobre
hombre, que esperar hasta el 2 de octubre de este año citado de 1860, cuando le
responde la Delegación del Gobierno Provincial, firmada por el Gobernador don
José María de Cosío, que le otorgan la pensión vitalicia de 755 reales anuales,
en donde por cada día le corresponde 2 reales con 13 céntimos, que le abonarán
cada día primero de cada mes, más los 65 pendientes del salario del finado
soldado en África.
Dos años después, el
día 1 de marzo de 1862, mediante la publicación de un diario Oficial en Huelva,
se resalta de nuevo la muerte del soldado de Bonares José Domínguez, declarado
muerto en la Guerra de Marruecos, cuando la Junta de Distribución del donativo para
los heridos e inutilizados en la Campaña de África, de la Provincia de Huelva
habían recaudado la suma de 62,735 reales según liquidación practicada por la
Contaduría de Hacienda. En donde la sesión celebrada en el día de ayer se hace
cargo del expediente propuesto por la Comisión clasificadora, después de haber
procedido a un escrupuloso y detenido examen y comunicado a este Ayuntamiento,
el nombre de este soldado por cuyo contingente ha servido, y donde sus familias
podrán hacer las oportunas reclamaciones.
Por donde esta nueva
recompensa, viene a aliviar un poco la maltrecha economía de la pobre madre del
soldado, que se encuentra en estado de viudez ya que su marido murió meses
atrás; cobrando la correspondiente pensión vitalicia que mantenía su esposo.
Expediente Militar del citado José Domínguez.
De nuevo, la madre
se ve con la obligación moral de pedir la cuantía que le corresponde, dentro de
la aportación voluntaria con que han contribuidos la mayoría de las gentes de
esta Provincia. Los ricos y los menos, pero en general la mayoría dentro de sus
posibilidades, para formar la cantidad expresada anteriormente.
La solicitud, redactada
y certificada por el señor Secretario, va en esta ocasión dirigida al
Gobernador Civil, don Francisco Javier Camuño, al Gobernador Militar don Joaquín
Moreno, al administrador de Hacienda don José María Arguelle, y al Presidente
de la Diputación don Pedro Pérez Ponce. La documentación presentada por la
señora María Salomé Toro, va firmada en el reverso dando fe de la citada súplica,
por los señores locales como el Cura don José Gómez Feria, don Rafael
Prieto, don Juan Gómez, y don Leandro Márquez.
El día 1 de junio la madre del Cazador de Caballería, recibe la siguiente notificación; que por la muerte de su hijo el Secretario de la Delegación del Gobierno, don José de Lastra y Villar, le confirma que le corresponde la misma cuantía que a los 34 militares fallecidos de esta provincia en esta Guerra de África, en la suma de 1725 reales, con 97 céntimos por cada uno.
En esta pequeña
guerra con el Sultanato de Marrueco, solo sirvió como casi siempre para
mantener, tapar y desviar la atención de la corrupción del Gobierno de la Borbona,
que se llevó la vida de más 4000 combatientes españoles, más otro 3000 que
fueron víctimas atacados por el “cólera” todos muertos en tierras africanas.
Ya que la pequeña
ciudad de Ceuta en aquellos días se vio sobrepasada por motivo de la expresada
Guerra, ya que, recibió a un Ejército concentrado de más de 36,000 hombres, que,
junto con sus aseos personales, y sus mantenciones alimentarias provocaron la
contaminación de sus aguas potables provocando la terrible pandemia.
José García Díaz.
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