lunes, 8 de abril de 2024

Notas y apuntes sobre el año de 1847.

 

                                                                 


    El periodista y corresponsal del diario El Clamor Público en  Huelva Tomás Bastoh, informa que el Comandante General Militar del Condado de Niebla,  pasa  un aviso oficial al Coronel Gobernador de Ayamonte, donde se le pide mayor vigilancia sobre la costa y frontera portuguesa motivado por el contrabando, donde goza de información de los numerosos realizados de ropas del vecino país portugués, sobre la playa del Rompido y la Antillas, junto con las con las lanchas que cargadas suben el río Tinto en el amparo de la noche cargada de toda clase de géneros en perjuicio sobre las rentas públicas.

   Mientras tantos los periódicos del vecino Cádiz, comenta sobre los asuntos citados de Huelva, donde es fácil de contemplarlos cerca de sus costas, caravanas de contrabandistas de doscientos, trecientos y más hombre de los pueblos vecinos. Donde se acaba de desembarcarse un gran contrabando, que por cientos de ellos lo escoltarán a lo interior de la Provincia.

   Es cosa que irrita ver como faluchos de los contrabandistas se ponen a la capa en cualquier punto de esa costa, esperando oportunidad del desembarco de los géneros, sin que nadie le diga una palabra; y al mismo tiempo vemos dentro del puerto anclados los buques de guerra nacionales.

  Esta Circular oficial dirigida a este Ayuntamiento de Bonares, de las muchas mandadas sobre este tema en este año por parte del Gobierno Político de Huelva, es debido a la observación de la baja renta que se observa en el estanco local en la venta del tabaco, junto con la que práctica dentro del comercio de la sal y ropas, implicando a su vez los pueblos de los alrededores donde el negocio nacional está casi arruinado.

  En este año donde dos vecinos arrieros locales fueron apresados transportando un cargamento de sal, pero en poco tiempo devuelto en libertad bajo fianza, en el sumario se expone “que, de las salinas de Poniente, para travesar la Casa del Guarda, Palacio de Doña Ana para coger el camino de Almonte a Lucena del Puerto llamado la Raya”. Contando con la complicidad de un empleado pesador, que ejercía la curiosa labor del conocido dos por uno, me llevo dos sacos y pago uno, lo demás beneficios se repartían para ambas partes. Los transportes se hacían en carros que portaba dos barricas boca arribas con tapaderas, mientras en lomo de mulo y burros lo hacían por medio de las conocidas “talegas” que eran unos sacos enlonados más estrechos que los normales de mallas, que terminaron con los años destinados al envase de cereales.

     En Bonares los arrieros locales contaba con cerca de 100 carros para el transporte animal, lo que le hacían los mayores acarreadores de todo el Condado por aquellos años.

    El almacén depósito principal de la venta de la sal, se encontraba en la casa comercio en la calle Niebla, siendo su propietario el señor don Cristóbal de la Vega Muños, industrial y Regidor de este Municipio

   Circular Oficial. -Ayer, en la noche del 5 de octubre llegó a este pueblo un correo extraordinario con pliegos de S. M. a través de la orden del señor Intendente de esta Provincia.

   Ordenando que el día 15 de este mes actual, a las diez de la noche se servirá V. pasar con un escribano, o si no lo hay con el Secretario de Ayuntamiento, al estanco de este pueblo, o lo que haya si son más de uno, y girar una visita exacta, reconociendo todas clases de tabaco que resulten existentes, extendiendo testimonio expresivo de ellos, si concurriere el escribano, o certificación autorizada por V. si fuese el Secretario del Ayuntamiento; y concluida la referida diligencia se le entregaran al estanquero la tarifa que incluyo a V. haciendo que se fije a la vista del público, y abertiendo que con arreglo a los precios que ella marca se ha se han continuar vendiendo los tabacos desde el día si 16; debiendo V. remitirme por el primer correo el testimonio o certificado de la diligencia y existencia que se encontrasen.

                                                           


    Al día siguiente el señor Presidente le contesta a la orden recibida “En el lugar de Bonares, siendo el jueves día 18 de octubre de 1847, don Francisco Márquez Alcalde Constitucional situado en la casa estanco de esta población a cargo de don Marco Cabezas, y dentro de ella con el señor Secretario haciendo comprobación de la visita en relación del tabaco existente después de medido y pesado:

Tabaco picado en cajetillas, una libra y media; de Virginia y filipinos una libra y 5 cuarterones; cuarenta y seis paquetes de papel; tres libras más de los mismos; una libra de tabaco para masticar y seis onzas de tabaco rapé. (este tabaco citado era para esnifarlo por la nariz, empezó su moda en la aristocracia hasta que llegó al pueblo llano y obrero, se comprueba que es el más consumido en este pueblo por su precio y elaboración, ya que se preparaba con hojas de tabaco seca y molida con tres partes de ella mezclada con media de cenizas de sarmientos que era la más fina y sobraban en todos los inviernos en cantidades de los braseros locales en labor de la mesa camilla).

   Exponemos el edicto oficial, que debería de colocarse en el estanco y en la puerta del Ayuntamiento, con los precios oficiales del tabaco, sí que es verdad que tan solamente se ha publicado el diferencial de los dos precios que funcionaban en la venta local.

  La primera y las más vendida, era el tabaco en polvo y cucarachero junto con el rapé una libra el primero 32 reales, y el segundo 24 rs.  Los artesanales elaborados por los locales les salían por 12 a 13 reales. Y el segundo vendido es el tabaco de Virginia y Kentucky americano costaba cerca de la mitad de precio, debido al contrabando inglés que mantenían el Monopolio de las colonias antillanas realizadas su elaboración mediante las manos de obra esclavas.

                                                                     


   Estos precios quedan resaltados en varios diarios y en denuncias determinadas. En este pueblo todo el mundo lo sabían de sobra, quien era el mayor contrabandista y hacendado como casi siempre en la historia de la vida, y como un soldado de este pueblo licenciado invalido en Tarragona del Batallón de la Reina, en combate con los Carlista ejercía esta venta menudeo en el pueblo además de pedir limosna en la puerta de la Iglesia.

   Pero la mayor fama local dentro de este mercado negro, era de bien seguro que el aguardiente y el buen tabaco clandestino se encontraba en la “Cuesta de la Venta” que era así misma de la “Venta de Isidro el Manco” frente en la Casa del Pino separados por la carretera de Niebla. Esta era la venta la más famosa del pueblo, pero cayó en desgracia tras su abandono, motivado por el rebaje de la citada inclinada cuesta, que actualmente con un poco de atención se puede observar dentro del proyecto de las Obras Pública en la Dictadura de Primo Rivera en los años veinte del siglo pasado.

  Esta curiosa venta de “Isidro el Manco” disponía de un sótano cueva insertada en la pared trasera de ella metida en la linde del vecino, de capacidad igual que la citada venta ya que era la cuadra de animales con pajar incluido y otras vituallas.

   Toda esta actividad contrabandista motivó que el Gobierno cediera antes la presión ejercida por la Delegación de Aduanas y Rentas, aportando de nuevo tres faluchos, destinado este año a complementar la vigilancia de estas costas, junto con las escampavías “Pez” al mando de su patrón Juan de Montes y la nombrada “Toro” del resguardo marítimo de Huelva, serán las que prestarán servicio en la costa citada, incluyendo la frontera del Guadiana por motivos acerca de estado de Portugal, donde este país se encuentra en un estado de anarquía.

   Pero las autoridades de Moguer, siguen preguntando por segunda vez, la primera el Intendente Militar de Marina y la segunda por el Comisario de Protección y seguridad pública, acerca del bergantín goleta con pabellón inglés, con resguardo en la ría de Moguer cuyo capitán se encuentra alojado en este pueblo.

 José García Díaz.

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