La cueva de los Bermejales del trabajo de Doña Elena de W.
Hallazgo
Arqueológico en Niebla.
En las orillas del Tinto, en las laderas pétreas de los Bermejales,
junto a las canteras romanas, procedentes indudablemente de las excavaciones
llevadas a cabo hace seis años en la caverna enclavada en dichos sitios, un
pastorzuelo encontró no hace mucho dos guijarros interesantes, uno de ellos es
un atizador de hachas neolíticas y otros instrumentos cortantes de la Edad de
Piedra. Hasta ahora habíamos visto en las grandes piedras, sobre todo en las
que forman el magnífico y soberbio dolmen de la Lobita, las ranuras para el
pulimento de las hachas y otros objetos
para el uso doméstico y de la caza del hombre primitivo; pero la piedra que ha
estado en nuestro poder es pequeña y manual, adornada con dibujos esquemático y
arcaicos con figura tosca y pueril de la cabeza humana, labrada con una hachita
o punzón de pedernal o metal de la época neolítica. La piedra lleva su ranura
para el objeto a que es la destinaba; es de piedra durísima y de carácter
ferruginoso.
Esto nos induce a creer que la caverna prehistórica de Niebla, todavía
no concluida de explorar era un taller donde se elaboraban instrumento de
piedra, pues sabido es que en la remota
época neolítica comenzó el intercambio comercial de objetos pétreos entre los
diversos clanes, una vez que ya había pasado el terrible periodo glaciar, en
que el hombre estuvo a punto de desaparecer refugiándose en cuevas
naturales y en la cual sostuvo luchas
temibles con diversas clases de fieras de la época, como los terribles osos de
las cavernas, el león enorme de grandes melenas etc. cuyos huesos y dientes
terribles se encuentran a veces aglomerados y confundidos con los restos
humanos en las cuevas, signos de sus luchas fantástica para apoderarse de los
refugios, pues todos huían de las inclemencias horrorosas de los fríos que
reinaron en Europa al principio de la época cuaternaria, caracterizada
especialmente por la aparición del hombre sobre la tierra.
La directora de las excavaciones con un desconocimiento, supimos de lo
que se traía entre las manos suponiendo que la caverna era una mina y que
varios clanes de la Edad Neolítico trataron de explotarla, pero en vano porque
nada se ha encontrado digno de explotación de riquezas algunas.
Sin embargo si, indudablemente fue
una mina para algunos...
El tragaluz que existe en la parte
superior de la caverna está bien explicado, era una entrada fácil para el
hombre por medio de escalera o cuerda de raíces o tal vez de palmar abundante
en estos terrenos, que, además de dar luz en su interior, constituía un acceso difícil
para las fieras, como se ha observado en las cavernas de otros sitios.
Los dientes y colmillos enormes y otros restos
de fieras como de osos, elefantes, lobos, hienas, tigres, leones y otras fieras
que se han encontrado en su interior fueron cazados por el hombre primitivo en
las selvas vírgenes del Tinto, entonces de aguas azuladas y cristalinas,
valiéndose fuertes hondas, arcos y flechas de piedra, de las cuales han llegado
a nuestro poder varios ejemplares, como raspadores, roderas para comer tétanos
y los sesos de los animales cazados, después de tostados los cráneos y huesos
al fuego.
El otro objeto interesante que ha
llegado a nuestra manos es un trozo de piedra dura de carácter ferruginoso,
representando la mitad superior del cuerpo de una Venus Neolítica; cuyos
ejemplares son escasos en los Museos Arqueológico de Europa y aún del mundo.
Sabido es que el hombre en aquellos remotos
tiempo gustaba de reproducir figura de la mujer desnuda, tosca imperfectas
correspondía a las infancias del arte.
En la
época del Reno antes de la terrible época glaciar, el hombre reproducía la
figura de una mujer desnuda en marfil o huesos procedentes de las astas del
rumiante y colmillos de otros animales, tipo de hombres paleolítico, y de largos cabellos que concurrías por sus
hombros. Este arte casi se interrumpió en la época glaciar, apareciendo después
las Venus o las mujeres desnudas labradas toscamente en piedra en la época
neolítica.
Estos curiosos y raros ejemplares
encontrados en las cavernas refugios del hombre primitivo, con vientre muy
desarrollados así como los brazos y demás parte del cuerpo.
Como ejemplares raros o sea de la
primera época, periodo del Reno se alla la Venus encontrada en la caverna de
Brasempury de medio cuerpo con brazos caídos y gran abdomen. Esta fue hallada
sin cabeza, pero se la reconstituyó con otra de mujer hallada en la misma
caverna.
La Venus Neolítica hallada en Niebla
y procedente indudablemente de la caverna de los Bermejales ofrece todos los
detalles de la Venus de la Época Neolítica, ya mencionada, toscamente labrada
tiene la cabeza inclinada hacia el lado derecho, llevando sobre el izquierdo
los largos cabellos.
Tiene perdidas algunas de las
facciones y otros relieves por haber sido a nuestro juicio canto rodados en los
periodos diluviales. Sus brazos son gruesos y adiposos, llevándose hacia la
parte del vientre que es voluminosa, como el tipo de Brasempury, siendo también
gruesos los muslos en la parte superior, así como la espalda en el nacimiento
de los hombros y brazos.
La edad de la Venus de la caverna de
Niebla, aunque más moderna que la de Brasempury, pude calcularse en ocho o diez
mil años teniendo presente que el escultor Praxiteles, ya en la época
histórica, labró la primera imagen de la mujer desnuda.
La ignorancia de los directores de
las excavaciones de las grutas de los Bermejales más atentos en que los
colmillos de los animales cuaternario, antecesores de la fauna actual, fueran
conocido en el Museo Arqueológico de Nueva York y en el de Londres, dejaron de
escapar y tirar a los escombros los objetos más interesantes procedentes de
ella, el vaciador manual de hachas e instrumentos de piedra y el interesante
escultura de la Venus Neolítica, uno de los pocos y más raros ejemplares que
existen en los Museos del mundo.
Por don Cristóbal Jurado, Representante de la Real Academia de la
Historia en la ciudad de Niebla en el año de 1931.
José García Díaz.
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