Alarma de los
pescadores del litoral de Huelva.
Todo se debe a las
prospecciones petrolíferas que se realizan en el Golfo de Cádiz y Mazagón, y en
donde la Dirección General del ramo ha ordenado un informe al Instituto
Oceanográfico.
Se ha propagado, con
expresiones alarmantes, el hecho que, en virtud de las prospecciones
petrolíferas en el Golfo de Cádiz y en Huelva, frente a las playas de Mazagón,
ha de provocar grandes perjuicios y daños para la industria de litoral
onubenses, en cuanto que las especies autóctona de aquellas aguas resultan
muertas.
Informada la prensa
por persona autorizada al efecto se puede aclarar lo siguiente sobre dicho tema
tan particular:
Ante la realidad de
lo que hubiese acerca del mismo, por la Dirección General de Pesca se autorizó
la verificación de estudios y experimentos para precisar cuanto se pudiera
sobre aquellos perjuicios, y proceder de la forma más justa y conveniente a
todos los intereses.
Con tal motivo, se
desplaso a Huelva hace unos días, el biólogo del Instituto Oceanográfico, don
Fernando Lozano, quién montó en ésta el correspondiente laboratorio para dichos
estudios.
Como se ha dicho en
la prensa estos días, hasta ahora sólo se ha realizado una fase experimental
sobre las prospecciones en la influencia que pueda ejercer en los distintos
tipos de peces. Parece ser, según los informes recogidos que los daños que se
originan sólo afectarían a los peces que se mueven en las aguas a unos veinte
metros de profundidad, por lo que la pesca de arrastre que se efectúe a
cincuenta y más metros no queda perjudicada.
También se nos dice
que las repetidas prospecciones se realizarán periódicamente, con lo que el
perjuicio queda atenuado. El informe del señor Lozano ha sido enviado a dicho
Instituto, y por la citada Dirección General de Pesca se tomarán las medidas y
decisiones que se estimen procedente.
Es esto cuanto
hasta el momento hay una relación a los rumores, que ya han tenido constancia
en la Prensa, por los que se pondera el posible y grave riesgo de desaparición
de la pesca que constituye la materia prima y el básico medio económico de los
pueblos del litoral onubenses.
Días después, la
prensa publica la siguiente nota el 22 de agosto de 1966 por parte de la Subsecretaría de la Marina
Mercante desde Madrid: No se perjudica para nada la pesca de arrastre en la
costa de Mazagón en Huelva. Porque antes de efectuarse las prospecciones petrolíferas,
con explosivos, se comprueba la existencia de bancos de superficie. Donde la Subsecretaría
citada envió a dicha zona dos biólogos especialistas del Instituto Español de
Oceanografía, al objeto de investigar los daños que las explosiones pudieran
causar a la pesca en aquellas aguas.
Se hicieron las
pruebas utilizando los servicios de un pesquero de arrastre, que realizó pescas
experimentales, en unos casos inmediatamente después de verificarse las explosiones,
para estudiar los efectos inmediatos, y en otros, cuarenta y ocho horas
después, para comprobar asimismo la duración de dichos efectos.
En primer caso se
comprobó que en fondos de veinte metros la mortandad sólo alcanzaba al diez por
ciento de los peces capturados por la red, y que los parcialmente afectados por
la explosión de las cargas se recuperaban totalmente a los diez minutos de ser
depositados en tanques de agua de mar corriente.
En fondos de treinta metros, los efectos sobre los peces de
fondo son pequeñísimos, y a partir de los fondos de cincuenta metros desaparecen
los efectos totalmente.
En cuanto a los peces
de superficie (sardinas, caballas, etc.) la mortandad es también relativamente
pequeña y se ha comprobado que, pescando en una zona determinada, como es
frente la Torre del Oro, a las cuarenta y ocho horas de haber lanzado las
cargas explosivas de prospección, la pesquería se ha recuperado íntegramente.
Para evitar
interpretaciones maliciosas, que pretenderán deducir de estas experiencias que
la pesca con explosivos no es dañina, la Subsecretaría de la Marina Mercante
advierte que lo sería en grado sumo si se provocasen las explosiones con continuidad
y mas cerca del fondo, que no es el caso de estas prospecciones, que se efectúan
por tiempo muy limitado y comprobando con el “sonar” la no existencia en el
momento de bancos de pesca de superficie.
Estudios científicos
extranjeros realizados con el mismo motivo corroboran totalmente el resultado
obtenido por nuestros expertos en sus experiencias de Huelva.
Los pescadores, pues,
pueden estar tranquilos, ya que las pruebas que se efectúan, si bien son espectaculares
y pueden impresionar su ánimo, sólo causan daños mínimos en el momento y los
efectos desaparecen completamente en corto plazo.
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