viernes, 5 de septiembre de 2025

Cuando el mundo quiso hacer llover en España.

 


                                                                     

   Esto se hizo hace 45 años, en unos experimentos que se proyecto en un hangar de la Base Aérea de Villanubla en Valladolid, y recogido por un diario de Huelva.

    Todo un experimento mundial realizado en la Cuenca del Duero. Sobre la “Maquina para hacer llover”, haciendo bombardean las nubes con ioduro de plata.

   Donde un periodista de Huelva, participa cubriendo la noticia durante una semana en agosto de 1981, informando de esta manera: El hombre no sólo está empeñado en dominar a la máquina, sino también controlar los fenómenos naturales. La regulación del clima sería uno de ellos. Por el momento, producir lluvia artificialmente. En España y, concretamente en la Cuenca del Duero, se investiga esta posibilidad. El estudio realizado servirá de pauta para el resto del mundo. Por ello, científicos norteamericanos, canadienses, soviéticos y franceses. Colaboran con las autoridades meteorológica españolas, entre ellos dos técnicos del Centro de Experimentación del Arenosillo, en  Mazagón, de Moguer (Huelva).

   Todo esto dentro del “Proyecto de Intensificación de la Precipitación”, que surgió a consecuencia de un acuerdo internacional, durante el séptimo congreso de la Organización Meteorológica Mundial en el año de 1975. Allí, se estableció cuando y en que, condiciones se podía conseguir un incremento artificial de lluvia, en una región determinada de nuestro planeta.

   Dieciséis países solicitaron que el experimento se realizarse en sus territorios. Después de una segunda criba, que estudiaron las condiciones de los Estados. Por último, fue escogido España en la provincia de Valladolid y, concretamente en la Cuenca del Duero, el lugar elegido está dentro de una extensión de diez mil kilómetros cuadrados sufrirá las consecuencias, positivas o negativas de la ventura.

  Primero habría que profundizar en la posibilidad del hombre para controlar el clima. Hasta el momento es muy poco capaz. Si el clima pudiera cambiarse artificialmente los países poderosos, hubieran jugado ya esa baza. Sería un elemento más en la discordia mundial.

                                                         


      

   Este escéptico comentario proviene del director general de Meteorología, Amadeo Modesto Hernández, es quien profundiza en los métodos y objetivos del “PIP”. El estudio que se realiza en la provincia de Valladolid ha levantado polémica, sobre todo por parte de los grupos ecologista; objetan… entre otras cosas, que la experimentación influirá negativamente sobre la fauna y flora de la zona investigada y de sus proximidades.

  Concretamente en Valladolid, no se ha producido a experimentarse todavía. Estamos estudiando la física de las nubes y las condiciones necesarias para lograr las precipitaciones. Cuando haya terminado la investigación, lógicamente habrá que analizar la gestión con los sectores directamente afectados. Supongo que el Instituto de Meteorología del Gobierno español actualmente sin tener en cuenta a las personas a quienes se le pudiera beneficiar o perjudicar, unas precipitaciones provocadas en el lugar en que en vez de tener resultados positivos se obtuviera todo lo contrario.

   Provocar la lluvia, consiguiendo la precipitación artificial cosiste en regar con induro de plata la nube previsiblemente adecuado. Se produce un fenómeno de condensación y cae la lluvia de forma controlada. Precisamente la acción del induro de plata y la imposibilidad de regular la lluvia son dos temas conflictivos.

   En cuanto el induro de plata, lo básico es que se insemina en cantidades muy pequeñas. Por otra parte, es un compuesto químico inactivo. Un elemento extraño en la composición natural del aire. Un símil sería acusar que el alquitrán de los cigarrillos va a la atmósfera en el humo y, cuando llueve, cae sobre la gente y puede provocarle cáncer o matarla. En cuanto a la regulación de las precipitaciones, lo primero que tenemos que definir es si podemos conseguir lluvia artificial de forma rentable. Si lo que nos hemos gastados en induro de plata se corresponde económicamente con la que haya llovido.

  Aunque el estudio está a mitad del camino, una empresa privada norteamericana actúa por su cuenta en la lucha antigranizo, también en España.

   Efectivamente. La empresa tiene unos objetivos. Dice que vende un artículo.  Hace un trabajo y el señor que paga recibe el servicio que ha pedido. En estos momentos no hay, control oficial. Es más, yo he planteado ya el tema. Los técnicos agrícolas conocen los daños que determinados fenómenos meteorológico producen y son ellos los que nos marcan las directrices. Casi al final, solicitan un funcionario al Instituto de Meteorología para que vaya a asesorar.

                                                       


            

   Desde luego, nuestra intervención tendría que ser mayor. Mi opinión personal es que estos ensayos que se hacen, con un control claro del programa, no son negativos. También es cierto que no tiene grandes repercusiones económica a nivel de rentabilidad.

    Llega el momento, el citado conocido como “PIP” no parece haber, conseguido los objetivos que, en principio se propuso. En estas fechas finaliza la recogida de datos. Científicos de distintos países se dedicarán a investigarlos y, a final de año, se formarán nuevas decisiones sobre el proyecto.

    De momento, el objetivo previsto inicialmente no ha demostrado que se pueda producir precipitaciones. Esto no es llegar y empezar a inseminar para producir lluvias. Por donde hay un plazo de 6 años para continuar la investigación, dado que este el tiempo que se requiere para que de fruto el citado experimento. Personalmente, dudo de que, hoy por hoy, sea rentable el elemento de precipitaciones artificiales, a nivel general. Pero ello no requiere decir que concretando y estudiando la física de las nubes, no se pueda actuar sobre determinadas, facetas y lograr un provecho.

   Los ecologistas, acusan cualquier intento de dominar a la naturaleza. Según ellos, en Estados Unidos se produjo una catástrofe en la que murieron “más de doscientas personas” por hacer un intento similar al que se desarrolla en la Cuenca del Duero. Provocaron una precipitación artificial con induro de plata, y el resultado fue una gran tormenta de agua que provocó crecidas e inundaciones de la zona en que se llevaron los citados experimentos. Actualmente, hay un proceso entablado contra el gobierno americano.

   Desconozco ese hecho, pero si sabemos que se realizaron diferentes tipos de experimentos en todo el mundo. Por ejemplo, los rusos han inseminado grandes bloques de hielo, en Siberia, con polvo de carbón y han tenido bastante éxito. Los franceses han disipado nieblas en los aeropuertos utilizando una fila de motores a reacción y poniéndolos a funcionar todos a la vez. Pero todos estos experimentos son muy locales. También un experto español opina que es factible actuar en la ladera de un monte sobre un frente nuboso de manera rentable. Se podría provocar una precipitación de nieve, regulándola y transportándola, y de esta forma contribuir apoyar determinadas estaciones de montaña. En principio parece asequible.

  Mil estudios diferentes, se realizan por todo el mundo en busca de dominar a la naturaleza y evitar que la sequía asole a grandes zonas que sufren las más terribles condiciones climatológica.

 José García Díaz.