Esto se hizo hace 45
años, en unos experimentos que se proyecto en un hangar de la Base Aérea de
Villanubla en Valladolid, y recogido por un diario de Huelva.
Todo un experimento
mundial realizado en la Cuenca del Duero. Sobre la “Maquina para hacer llover”, haciendo bombardean las nubes con ioduro de plata.
Donde un periodista
de Huelva, participa cubriendo la noticia durante una semana en agosto de 1981,
informando de esta manera: El hombre no sólo está empeñado en dominar a la
máquina, sino también controlar los fenómenos naturales. La regulación del
clima sería uno de ellos. Por el momento, producir lluvia artificialmente. En
España y, concretamente en la Cuenca del Duero, se investiga esta posibilidad.
El estudio realizado servirá de pauta para el resto del mundo. Por ello,
científicos norteamericanos, canadienses, soviéticos y franceses. Colaboran
con las autoridades meteorológica españolas, entre ellos dos técnicos del Centro de Experimentación del Arenosillo, en Mazagón, de Moguer (Huelva).
Todo esto dentro del
“Proyecto de Intensificación de la Precipitación”, que surgió a consecuencia de
un acuerdo internacional, durante el séptimo congreso de la Organización
Meteorológica Mundial en el año de 1975. Allí, se estableció cuando y en que,
condiciones se podía conseguir un incremento artificial de lluvia, en una
región determinada de nuestro planeta.
Dieciséis países
solicitaron que el experimento se realizarse en sus territorios. Después de una
segunda criba, que estudiaron las condiciones de los Estados. Por último, fue
escogido España en la provincia de Valladolid y, concretamente en la Cuenca del
Duero, el lugar elegido está dentro de una extensión de diez mil kilómetros
cuadrados sufrirá las consecuencias, positivas o negativas de la ventura.
Primero habría que
profundizar en la posibilidad del hombre para controlar el clima. Hasta el
momento es muy poco capaz. Si el clima pudiera cambiarse artificialmente los
países poderosos, hubieran jugado ya esa baza. Sería un elemento más en la
discordia mundial.
Este escéptico
comentario proviene del director general de Meteorología, Amadeo Modesto
Hernández, es quien profundiza en los métodos y objetivos del “PIP”. El estudio
que se realiza en la provincia de Valladolid ha levantado polémica, sobre todo
por parte de los grupos ecologista; objetan… entre otras cosas, que la
experimentación influirá negativamente sobre la fauna y flora de la zona
investigada y de sus proximidades.
Concretamente en
Valladolid, no se ha producido a experimentarse todavía. Estamos estudiando la
física de las nubes y las condiciones necesarias para lograr las
precipitaciones. Cuando haya terminado la investigación, lógicamente habrá que
analizar la gestión con los sectores directamente afectados. Supongo que el
Instituto de Meteorología del Gobierno español actualmente sin tener en cuenta
a las personas a quienes se le pudiera beneficiar o perjudicar, unas
precipitaciones provocadas en el lugar en que en vez de tener resultados
positivos se obtuviera todo lo contrario.
Provocar la lluvia,
consiguiendo la precipitación artificial cosiste en regar con induro de plata la
nube previsiblemente adecuado. Se produce un fenómeno de condensación y cae la
lluvia de forma controlada. Precisamente la acción del induro de plata y la
imposibilidad de regular la lluvia son dos temas conflictivos.
En cuanto el induro
de plata, lo básico es que se insemina en cantidades muy pequeñas. Por otra
parte, es un compuesto químico inactivo. Un elemento extraño en la composición
natural del aire. Un símil sería acusar que el alquitrán de los cigarrillos va
a la atmósfera en el humo y, cuando llueve, cae sobre la gente y puede
provocarle cáncer o matarla. En cuanto a la regulación de las precipitaciones,
lo primero que tenemos que definir es si podemos conseguir lluvia artificial de
forma rentable. Si lo que nos hemos gastados en induro de plata se corresponde
económicamente con la que haya llovido.
Aunque el estudio
está a mitad del camino, una empresa privada norteamericana actúa por su cuenta
en la lucha antigranizo, también en España.
Efectivamente. La
empresa tiene unos objetivos. Dice que vende un artículo. Hace un trabajo y el señor que paga recibe el
servicio que ha pedido. En estos momentos no hay, control oficial. Es más, yo
he planteado ya el tema. Los técnicos agrícolas conocen los daños que determinados
fenómenos meteorológico producen y son ellos los que nos marcan las
directrices. Casi al final, solicitan un funcionario al Instituto de
Meteorología para que vaya a asesorar.
Desde luego, nuestra
intervención tendría que ser mayor. Mi opinión personal es que estos ensayos
que se hacen, con un control claro del programa, no son negativos. También es
cierto que no tiene grandes repercusiones económica a nivel de rentabilidad.
Llega el momento,
el citado conocido como “PIP” no parece haber, conseguido los objetivos que, en
principio se propuso. En estas fechas finaliza la recogida de datos. Científicos
de distintos países se dedicarán a investigarlos y, a final de año, se formarán
nuevas decisiones sobre el proyecto.
De momento, el
objetivo previsto inicialmente no ha demostrado que se pueda producir
precipitaciones. Esto no es llegar y empezar a inseminar para producir lluvias.
Por donde hay un plazo de 6 años para continuar la investigación, dado que este
el tiempo que se requiere para que de fruto el citado experimento.
Personalmente, dudo de que, hoy por hoy, sea rentable el elemento de
precipitaciones artificiales, a nivel general. Pero ello no requiere decir que
concretando y estudiando la física de las nubes, no se pueda actuar sobre
determinadas, facetas y lograr un provecho.
Los ecologistas,
acusan cualquier intento de dominar a la naturaleza. Según ellos, en Estados
Unidos se produjo una catástrofe en la que murieron “más de doscientas personas”
por hacer un intento similar al que se desarrolla en la Cuenca del Duero.
Provocaron una precipitación artificial con induro de plata, y el resultado fue
una gran tormenta de agua que provocó crecidas e inundaciones de la zona en que
se llevaron los citados experimentos. Actualmente, hay un proceso entablado
contra el gobierno americano.
Desconozco ese
hecho, pero si sabemos que se realizaron diferentes tipos de experimentos en
todo el mundo. Por ejemplo, los rusos han inseminado grandes bloques de hielo,
en Siberia, con polvo de carbón y han tenido bastante éxito. Los franceses han
disipado nieblas en los aeropuertos utilizando una fila de motores a reacción y
poniéndolos a funcionar todos a la vez. Pero todos estos experimentos son muy
locales. También un experto español opina que es factible actuar en la ladera
de un monte sobre un frente nuboso de manera rentable. Se podría provocar una
precipitación de nieve, regulándola y transportándola, y de esta forma
contribuir apoyar determinadas estaciones de montaña. En principio parece
asequible.
Mil estudios diferentes,
se realizan por todo el mundo en busca de dominar a la naturaleza y evitar que
la sequía asole a grandes zonas que sufren las más terribles condiciones
climatológica.
José García Díaz.