La ciudad de Niebla,
clama siempre justicia por el estado de las murallas, mientras nosotros
mantenemos silencio ante la realidad.
Por el cronista
oficial, don Ramón Ortega Uguerrola.
Cuando en el mes de
febrero del pasado año dimo la voz de alarma, siempre en la defensa de nuestros
tesoros arquitectónicos, al derrumbarse uno de los torreones uno de los
torreones de la barbacana del Castillo, se acogió nuestro S.O.S. en un interés
inusitado, no solamente en el ámbito local, sino en el provincial, donde se
consiguió con la mayor rapidez, la consignación de un crédito de quinientas mil
pesetas de la Dirección General de Bellas Artes.
Ante la presión por
parte de varios diarios, se logró que la consignación que se había hecho de
ochenta mil pesetas el año anterior, se dedicarse para conservar el torreón
derrumbado; visitó nuestro pueblo el arquitecto, se envió un maestro de obras y
comenzaron la reconstrucción; lenta, muy lentamente, pero se invirtieron varios
meses en obras; estas, terminaron sin que el torreón quedase completo, siendo
verdaderamente lamentable que después del dinero invertido, las obras quedasen
amenos de la mitad y hoy, con el invierno encima con los temporales y con el
abandono, estamos con unos metros de obras realizadas, expuestos a que el
dinero invertido sea nuevamente sepultado por cualquier derrumbamiento. Es una
pena que llevamos treinta años clamando sobre lo mismo para que todo siga
igual, para que nadie se preocupe de que las obras que se comiencen para su
conservación de nuestras milenarias murallas, sean terminadas; es una pena y
una vergüenza para todo los niebleros, que los torreones que empezaron a
reconstruirse con las primeras ochentas mil pesetas concedidas, fuesen
solamente remendado, mal remendados, por cierto, y ya de esto se ha hablado en
la prensa en más de una ocasión.
Escribimos con la autoridad que nos da el ser hijo de Niebla y nuestra experiencia de tantos años; escribimos porque nos sale del alma todo lo que sea de Niebla; escribimos crudamente, por que estamos saturados de los más preciado que pueda tener un hijo; querer a su madre y defenderla . Y Niebla es nuestra madre, además de la matrona excepcional de la provincia de Huelva y tenemos que defenderla, no los extraños, sino los que hemos nacido en ellas y ella le debemos, lo que somos.
Hemos llegado ahora,
después de este estatismo, después de este silencio, a la realidad cruda, de
que todo lo hecho ha sido en balde, dado que siempre hemos estado presto a la
lucha en defensa de nuestros monumentos nacionales, para que todos aquellos que
lo deseen, que estén interesados en la reconstrucción y conservación de nuestro
castillo y murallas; se ha invertido ya ciento
sesenta mil pesetas en dos o tres años, que fueron consignadas y
concedidas antes de las quinientas cincuenta mil de este año; se remendaron con
las primeras algunos torreones (¡ que dan vergüenza de verlos ¡) y con las
segundas, se ha atendido al torreón derrumbado hace poco tiempo, algo, pero
algo son unos metros de murallas, que el verlo pone indignación en la mente y
dolor en lo más frágil es de nuestro cuerpo cuando se trata de algo que nos
afecta por aquello que más queremos.
Cierto, que el
antiguo Museo Arqueológico se ha destinado parte de este dinero, pero,… ¿se ha
invertido debidamente, o se ha hecho igual que con las murallas y castillo…? Un
poquito aquí, otro poquito allí y… que el tiempo o el Estado provean. Mientras
tanto, las autoridades de Niebla, sin tener arte ni parte en estas cosas, se
encuentran amarradas de pies y manos sin poder intervenir.. ¿Porqué..?.
Mi silencio se ha
roto gracias a ese suelto que Miguel González Jiménez, mi buen amigo y mejor
iliplense, que ha publicado en el ABC de Sevilla no hace mucho; es un aldabonazo
que ha roto mi silencio y ha puesto en mi alma algo de lo que ya, por
imperativo de la indiferencia de muchos, se había cerrado como se cierra la
corola al morir la flor consumida por el tiempo, y la realidad de la vida.
Tenemos ante
nosotros, ahora, una concesión que, siendo insignificante para lo inmenso de
las obras de la reconstrucción y conservación de las murallas y castillo de
Niebla, supone un paso adelantado conseguido por el celo de las autoridades de
la provincia y de nuestro pueblo; son quinientas mil pesetas que ya se
consignaron en los comienzos de nuestra campaña, y que ahora se han concedido y
que, con la aportación obligatoria del Ayuntamiento de Niebla con- unas
cincuenta mil pesetas para que aquellas
se pudieran conceder, ,o que hará a base de materiales por serle imposible
hacerlo con dinero- hacen las quinientas cincuentas mil concedidas por la
Dirección General de Bellas Artes.
Es una perspectiva
brillante de un comienzo de reconstrucción y conservación de murallas y
castillo, pero es una ridiculez para llegar a una consecución de definitiva de
poner el Monumento Nacional más importantes de la Historia de España, en el
lugar exacto que le corresponde ante esta Historia de España, en el lugar que
le corresponde ante esta Historia y ante el turismo general de España.
En Niebla, en febrero
de 1963.
José García Díaz.
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