La Perona pasó por este pueblo sobre las 11 de la noche del
viernes 20 de junio de 1947; pasó y paró cerca de media hora y no
se bajó por motivo de seguridad ya que debía de estar en el hotel en Sevilla a las citada 11 y llegó a
las 12 y media de la noche.
Pero un mal contratiempo
ocurrió en este pueblo, que en principio lo padeció la señora Eva Duarte Perón, dado que este grato acontecimiento, donde este pueblo se volcó de nuevo para atender tan
amada visitante, diez años después de recibir el paso de las fuerzas italianas
dentro del conflicto civil declarados entre los españoles y que tanta amargura
trajo a este pueblo.
Al principio poca
gente comprendía lo de pasar por este pueblo, cuando la Divina venía de Palos y
de Moguer debiendo hacer la carretera general de Huelva a Sevilla por San Juan
del Puerto.
Pero algo había por
medio, ya que antes de pasar la comitiva formadas por diez coches oficiales
al mando del Almirante Estrada. Uno de ellos se adelantó desde Moguer una hora
antes a la citada comitiva oficial para visitar un poco tiempo este pueblo,
aparcando el coche junto al Pozo de Los Bueyes, quedando vigilado por oficiales
de la escolta, era un señor muy alto vestido de negro y le acompañaba otro
señor con cámara de ser fotógrafo.
¿Pero quien era
este hombre? Para que la Perona y su séquito se vieran obligado a perder su
precioso tiempo para pasar por Bonares. Pues ni más ni meno que el secretario
personal de la señora Eva Duarte, hombre de máxima confianza del General Perón,
el señor don Francisco Muñoz Azpiri hijo del bonariego José Muñoz Cordero que
emigró para la Argentina en 1906.
Contaba en la
prensa del Diario Español que empezó a llorar al entrar en este pueblo, pueblo
de su padre que tanto recuerdo le traía cuando lo escuchaba de su boca. Nadie
reparó en los dos visitantes, cuando el mismo cuenta que entraron en un Centro
Agrario y pidieron dos chatos de vino, preguntándole el repostero si ustedes también
habéis venido a ver de pasar a la Perona, contestándole ¡Che! ¡Ahora me entero
yo, sonriéndole! Durante el paseo se encontró abierto la Parroquia, donde le
extrañó por la hora para aprovecharlo para visitarlo un corto tiempo.
Seguía comentando el señor don Francisco Muñoz
que mayoría del pueblo se encontraba aguardando el paso por la calle de la carretera,
en medio de improvisadas fiestas donde pudo saludar al director de la Banda
señor Antonio y de nuevo nadie sospechó de que persona se trataba tan ilustre
personaje.
Pero en la espera de
la comitiva, es cuando pasó el desagradable suceso cuando los dos policías motorizados
que estaban abriendo la comitiva por la calle del Pilar tuvieron que para en
seco en la puerta de la casa de los “Capaores”, ahora la calle nueva que tiene
enfrente la cuesta para la Iglesia, en donde el burro que llevaba de reata el “Mateo
el Espantao” se para medio asustado por
el extraño ruido de las sirenas en el centro de la carretera y dijo que ni para
atrás ni para adelante, se volvió un problema improvisado que intervino la
Guardia Civil y los jóvenes del pueblo que cogieron el burro en peso y lo
llevaron a la casa del Mateo donde lo introdujeron, hoy es la actual casa de “Diego Risita”.
Todos estos
hechos quedaron inmortalizados en la historia local por el fotógrafo que
acompañaban al señor don Francisco Muñoz y publicado en el Diario Español de Tarragona
del 22 de junio, donde se puede observar en la foto junto al burro al joven
Salvador Saiz el de “La tienda”.
Unos hechos graciosos
cuando más la gente vieron que los guardias civiles y militares de la escolta hacían
saludos de ordenanzas al forastero que nadie conocía y que era el secretario de
la Evita, sin hacer el menor comentario de lo sucedido, por lo que tuvo que
esperar la Perona cerca de media hora en Bonares.
¿Cuánto había dado el
alcalde y las autoridades de la Falange? por haber conocido y saludar a tan
distinguido caballero que pasó varias veces delante de ellos, sin tener la
molestia de preguntarle aquello, ¿Cómo estáis Ud. Señores forastero?
Sigue contando el
señor don Francisco Muñoz, en el Diario Español, que después de dejar el pueblo
de su padre, tubo al poco tiempo que salir varios coches de la comitiva, para
dirigirse al surtidor de la vecina Niebla, (regentado en aquellos días por el
industrial Juan Domínguez Díaz, antiguo trabajador en las Mallas que sentó casa
en este pueblo cuando se casó con la hermana de “Rodrigo Pacheco”).
Otro pequeño suceso ocurrido en este día sobre
las 10 de la noche fue toda una confusión, cuando algunos vecinos creyeron ver,
que los coches de la Perona, habían dado la vuelta en Niebla y venía a Bonares
bajando por la carreta de la Casa del Pino. Había que ser algo bruto para
creerse lo siguientes hechos.
Pues nada más que era
la camioneta de Damas, venía de la estación de Bonares—Rociana. (Tenemos que
recordar, que desde el día 5 de Julio del año pasado de 1946, la Renfe cambia
oficialmente el nombre de estación de Niebla, por la Estación Bonares—Rociana,
como se hacía constar en los billetes expendido en Huelva como en Sevilla etc. Hasta
que fue cerrada en los años ochenta del siglo pasado).
La citada camioneta,
conducida por Cristóbal Pérez y el cobrador José Antonio de la Luz, traía
varios pasajeros que entre ellos la joven Dolores Mateo Gómez, hija del farmacéutico
don Ramón Mateos Leygualda, donde había aprobado en Sevilla el 2º año del
Bachillerato y se encontró con la improvisada fiesta.
La Perona junto a Francisco Muñoz.
Don Francisco Muñoz
Azpiri, era una la persona de mayor confianza de Eva Perón, ya que era el que
le escribía todos los discursos y lo ensayaba con él para corregir sus posibles
errores.
En su hacienda en
Buenos Aires, se llamaba “Villa Onuba”, en uno de los patios de bajo de un
parral, estaba una peana con unos azulejos con la Santa María Salomé. Su padre
tenía como escritor los libros de Manuel Siurot y se comprometió con traer los
restos para enterrarlo en su pueblo de Bonares.
En Argentina ejercía como Director General de Propaganda de
la República del Plata. Estaba licenciado en periodismo, Doctor en Filisofía y
Letra, locutor de Radio Belgrano, la emisora del Gobierno, era el único que
podía entrevistar a la Señora Perón, excelente escritor, guionista y director
de cine, de sus libros publicados, dos fueron llevado al cine.
Comentaba lo de su
vuelta a este pueblo dentro de poco tiempo, pero no pudo ser, tras el golpe
Militar en Argentina en 1961, Perón se tuvo que exiliar en España, lo que motivó
que Francisco Muñoz partiera para los Estados Unidos, donde cosecho grandes
excito, pero rechazó una oferta millonaria por los magnates de Hollywood, para
que escribiera su experiencia junto con Evita Perón, en el viaje por Europa
conocido como Arco Iris y el oro Nazi, que a partir de esto hechos murió de
forma extraña el día 22 de abril de 1968 con sólo 53 años.
José García Díaz.
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