Niebla 2 de Noviembre de 1926.
De maravillosa
puede calificarse el acto del Viernes día 20 de Junio de 1915 en la larga
historia de la Villa de Niebla, organizada por el párroco, don Cristóbal
Jurado, y que dejará recuerdos bonito en los habitantes de este pueblo.
Este día
empezó con la entrada en la parroquia de la hermosa y artística imagen del
Corazón de Jesús, que la Marquesa de Domech, doña Carmen Villavicencio había
regalado a la misma.
En un tren
especial, cedido por la compañía de Río- Tinto, llegaron por la mañana, las
autoridades de Huelva invitadas al acto, don Eduardo Rivadulla, Gobernador
Civil de la Provincia, Presidente de la Audiencia don Fernando Morales F. de
Rodas, el Delegado de Hacienda, don Luís Cos -Gayón, el Ingeniero del Puerto
don Francisco Montenegro, don José Marchena Colombo, Presidente de la Sociedad
Colombina Onubense, el Fiscal de su Majestad, don Bernardo Cos --Gayón, el
Comandante de Marina de Ayamonte, don Enrique López, el Director de la Escuela
de Bellas Artes, el gran pintor, Don Eugenio Hermoso, el distinguido
Representante Oficial de la Compañía de Tharsis, don José Domínguez, el ex-
diputado provincial, don José Domínguez, el ex diputado provincial, don José
García León, el profesor de filosofía del Instituto, don Félix Andols, el
abogado don Guillermo García, el popular fotógrafo don Diego Calle, el
representante de la Compañía de Alcalí don Guillermo Duclós, el Arquitecto
Municipal de Huelva, don Gonzalo Aguado y don Ramón Peris redactor del
"Diario de Huelva".
En
representación del clero de la capital venían en el mismo tren especial, el
capellán del Santo Angel, don Sebastián Gómez y
el profesor de religión de la Escuela Normal, don José Sánchez del
Campo.
De los pueblos
del Condado llegaron los párrocos de Villarrasa, de San Juan, de Lucena y de La
Palma.
Repique de
campanas y fuego de artificios anunciaron al pueblo la llegadas de las
autoridades provinciales y el clero, a las cuales esperaban el alcalde del
pueblo don José Manuel Pacheco, el cura organizador de la fiesta don Cristóbal
Jurado, el Juez Municipal don Agustín Alés, el médico titular don Casiano
López, el secretario del Ayuntamiento don Pedro Barrera, y el propietario don
José J. Ortega dándole la bienvenida.
Los distinguidos
visitantes se dedicaron a ver los antiguos monumentos de la Sibla morisca,
admirando el Museo parroquial, coleccionado por el señor Cura párroco, el
Alcázar señorial y las colecciones sobre la prehistoria de los señores
Buenaventura Rivas y Jurado.
En casa de Teodoro
Ibáñez, por encargo de don Serafín
López, propietario de la Cervecería de Viena de Huelva, fueron obsequiado con
vino y aperitivos, en el sitio llamado el Gurugú, preciosa las vistas de las
alamedas del Tinto, y desde la cual se dominan unas panorámicas bellísimas, para
marcharnos a la casa de doña Consuelo
del Real. En donde se celebró el banquete que el señor cura obsequiabas a las
autoridades e invitados.
El
comedor situado en un hermoso sitio, estaba adornado con gustos exquisito por
ramos de flores, preparado para el almuerzo.
Todo el tiempo que
duró el banquete, estuvo amenizado con bastante acierto por piezas escogidas
por la banda de música de Bonares.
Terminó el acto
con un saludo del señor Cura Párroco al señor Gobernador, a las autoridades e
invitados forasteros, que fue contestada con un breve discurso, elocuente y
cariñoso por el señor Gobernador, ensalzando el acto de fraternal democracia el
Representante de Tharsis, don José Domínguez López y oyéndose vivas y aplausos.
Por la tarde se
celebró la entrada triunfal de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que
resultó solemnísima y emocionante. Numerosos estandartes y banderas acompañaban
la comitiva. Las calles se hallaban engalanadas con vistosas colgaduras y
tapizadas de yerbas olorosas. Los párrocos ostentaban capas pluviales blancas,
dando al cuadro un aspecto catedralicio, yendo, precedidos de un simpecado
bordado en oro de la adoración Nocturna.
En magníficas andas
adornadas de flores iban los patronos del pueblo San Walabonso y Santa María,
únicos santos mártires de la Provincia de Huelva y la patrona Nuestra Señora
del Pino. Numerosas niñas vestidas de blanco como cándidas palomas, llevando en
sus manos velas y ramos de flores. Al frente del lujoso cortejo marchaba la
guardia civil a caballo de Trigueros y cerraban la vistosa procesión el señor
cura, don Cristóbal Jurado, que llevaba el traje de Capellán de Honor de su
Majestad y lucía numerosas medallas de Academias científicas y literarias y
otros premios de oro, conseguidos en sus lides históricas, llevando a sus lados
al ilustrísimo Gobernador civil y al señor Presidente de la Audiencia, seguidos
de las autoridades locales e invitados.
La
banda de música de Bonares tocaban marchas solemnes.
El momento de descubrir
y bendecir la imagen, que se hallaba depositada en la Puerta romana, llamada la
del Socorro, convertida en improvisada capilla, fue de profunda emoción. Las
salvas de fuego artificiales alternaban con los vivas fervorosos. Los bronces
con sus argentinos ecos parecían los heraldos de la victoria y del triunfo.
Concluidas las
solemnes fiestas religiosas de las que se tomaron varias instantáneas por los
distinguidos fotógrafos, don Diego Calle y el señor Garrido y por el invitado
don Guillermo Duclós, se organizó la despedida del señor Gobernador civil,
autoridades y demás invitados de Huelva.
Procedía la
guardia civil de a caballo y a continuación el señor Gobernador, presidente de
la Audiencia y demás excursionista, acompañados de las autoridades locales, del
pueblo en masa, que no cesaba de vitorear
a todos, y de la banda de música de Bonares, tan bien dirigida por don Fernando
de Vega "El Vicano".
Al partir el tren
se dieron vivas entusiastas a todos los señores de la capital, a Huelva y a
Niebla, dejándose oir los acordes de la marcha real.
C. J.
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