No avisto en
la historia de la mar un bandido contrabandista, tan singular y famoso como el
Fito “El de la Cascara Verde” Capitán
del navío Delfín (a) “La Flor de Mayo”.
Corría el año de
1841, cuando el Diario de Cádiz y demás periódicos e influentes publicados en
aquellos años en este país, que no comentasen estos hechos acerca de este
personaje cuando el jueves 20 del curioso mes de mayo se hacen caso:
Dirección de la empresa de
guarda-costas.
Según información de
carácter extraordinario del comisionado de Cartagena la comunicación que se
publica con una copia nº 1 y otra nº2 de la que en ella se cita, debiendo
añadir para mayor instrucción, que además de los hechos que se expresan que el
navío Flor de Mayo es uno de los
buques contrabandistas que estuvieron en el escandaloso alijo de Nerja.
Perseguido ahora muy
de cerca por un buque guarda costa en las aguas de la provincia de Murcia,
viendo que no podía evitar su captura, arrojó al agua la artillería que llevaba
y se metió en el puerto de Cartagena. Llegó detrás el guarda costa, informando
su parte de detención, y la subdelegación comenzó a instruir el correspondiente
sumario con arreglo a las leyes. Tomó carta el cónsul inglés, a pretexto de
llevar el buque bandera de su nación, y se opuso a todas las providencias del
juzgado, impidiendo que el buque fuese reconocido, que se entregasen los
papeles que lo acreditasen, y que se presentasen a declarar el capitán y tripulación y aunque la subdelegación exhortó al Gobernador, como
juez de extranjero, impetrando su auxilio, nada se pudo conseguir. Mientras
tanto vinieron los bergantines de guerra que había enviado a llamar al cónsul
inglés, y tuvo lugar el suceso a que se refiere a lo que se ha expuesto, donde
por nuestro concepto merece que toda la prensa española se ocupe de el con la
detención que exige su importancia y trascendencia, apelando a ese sentimiento
de nacionalidad tan vivo como injustamente ofendido y vilipendiado hoy por
buques de una nación que se dice que es nuestra amiga y aliada, a fin de que el
gobierno, fuerte y aliada, a fin de que el gobierno, fuerte con su derecho y
con el apoyo de la prensa de todos los colores, pueda reclamar con energía la
reparación de una ofensa tan grave, que nos humilla, y que, como repetida ya,
llega hacer dudar si España es una nación independiente. Madrid 9 de mayo.
Firmado. Llano de Ors y
Compañía.
(Esta Compañía citada, tenía contratada con la Marina un
falucho de primera vigilancia del servicio de guarda costa aprobada desde junio
del año pasado por S.M. establecida por la dirección de Rentas, que operaba
auxiliado por un buque de guerra de vapor de 120 caballos, llamado “Vigilante” con destino al apostadero de
resguardo de Huelva para vigilar sus costas).
Además, aprovecho
por la autoridad que me concede S.M. para manifestar la singular tropelía que
ha cometido los ingleses, en esta, arrebatando del puerto el famoso
contrabandista el Delfín (a) Flor de mayo. Donde he comunicado poner
en marcha toda diligencia, puesto que se escucharon voces de haber mandado el
cónsul inglés a llamar algunos buques de su nación para intentar el desacato
que después ha cometido.
Efectivamente, a la
mañana de siguiente se presentaron en este puerto dos “bergantines de guerra
ingleses”, donde se corrió la voz de que venían arrebatar el Delfín, llevándoselo con desprecio del
pabellón español, y también se notó la “mofa” más señalada de los que comercian
el contrabando, con la mayor indignación y disgusto de todos los que comercian
con contrabando, como la mayor indignación y disgusto de todos los que en su
sangre llevan el amor patrio con la reprobación de los actos de los extranjeros
que no acatan y abusan de las leyes de esta nación desgraciada.
Sobre las cuatro de
la tarde, los bergantines ingleses tripulados con tropas de armada, y sin
querer contestar al llamamiento del jefe que con el buque guarda costas, que
hacía la guardia del barco contrabandistas Delfín
(a) Flor de mayo, levantaron sus
anclas y se lo llevaron guardado entre los dos bergantines citados. Este
acontecimiento fue observado por una considerable parte del pueblo que se
hallaba en el muelle y por las murallas, que es fácil describir la violenta
emoción que todos manifestaron resentida con tal espectáculo de ver como una
nación extranjera se pasan las leyes impuestas por las autoridades competente.
Es triste ver
desaparecer el barco contrabandista del puerto, y mi obligación dar cuenta al
Gobierno de este caso extraordinario de piratería, remitiendo el expediente
original haciendo una llamada de atención del modo más enérgico para que se
tome en consideración, el alto desprecio que ha sufrido el mismo Gobierno como
todos los que pertenecemos a la nación más desgraciada y la más digna de
servirlo.
Notas de los hechos del falucho
contrabandista Delfín (a) Flor de Mayo.
Este buque fue
preso en tiempo de la empresa Riera y se siguió
El expediente en el
Tribunal de Rentas de Málaga. En la misma época fue preso otra vez sosteniendo
un reñido combate con el guarda costa Neptuno, cuyo expediente consta en la
subdelegación de Rentas de Algeciras. En octubre de este año sostuvo otro
combate con el guarda costa Veloz al mando del Alférez de fragata J. Simón quedando
este herido y un marinero muerto, habiendo logrado el contrabandista su fuga
cuyo hecho consta en la Subdelegación de Renta de Águilas.
El dirigente de este
navío, era una persona muy singular era “Francisco Tita” conocido además por “Quiquin”
el encargado del mando del citado Delfín (a) Flor de mayo, aunque no conste en
los papeles de capitán y si otro. El citado tal “Tita” no se ha empleado en
otra cosa más que en el contrabando, batiéndose en armas contra los guarda
costas, y de estos hechos tiene marcado el combate que sostuvo capitaneando al
falucho contrabandista san José (a) El Clavel grande, con los guardas costas San Miguel y Linces en diciembre de
1838, habiéndose sido hecho preso el contrabandista, logrando su fuga del guarda
costa “Aníbal” el referido Tita
echándose al agua en la bahía de Palman, cuyo expediente se encuentra en el
tribunal de Rentas de Alicante. (Este
místico citado “San José (a) El Clavel
grande” con matricula de Gibraltar aparece luego con una nueva en Huelva,
firmada por el Capitán del Puerto el teniente de navío don Ramón Castro, pero
no se hace mención si se ha comprado en subasta, o en otra actividad con
pistolas en manos, igual si este místico cambió de nombre de San José por el de
una Santa, ya que será muy difícil averiguarlo.
También se nombra el
duro combate del Delfín del Tita, contra el místico guarda costa San Fernando del apostadero de Huelva,
cuyo Capitán era don Trinidad García de Quesada, en el paraje de los
Asperillos, donde este pailebote se llevó a la muerte de seis contrabandistas.
A bordo del buque Delfín acompañando al Tita, como segundo un tal Miguel el
Polaco, del puerto de Mazarrón, otro contrabandista muy conocidos por todas las
costas de Huelva.
En el Archivo
Municipal de San Lucas, es donde se resalta el nombre que el tal Fita, que era
muy generoso con todos los que colaborase en las descargas del contrabando, y
de allí le sale el mote el de la “Cascara Amarga” dado su carácter afeminado.
Las costas de Huelva,
ofrecía una gran ventaja al contrabando inglés del tabaco y de la ropa de lana,
ya que con deferencia estas prendas era de mayor calidad que las españolas, mientras debido a
sus grandes distancias costeras formada desde Doñana al Guadiana casi
inhabitadas por el hombre, las hacían actas para ejercer esta ilícita
actividad.
El contrabando, en sí
mismo existía por los fuertes aranceles que se aplicaban en las aduanas de
Rentas y en los fielatos locales de este país donde estos impuestos servían
para mantener entre otras cosas durante siglos a las grandes castas políticas y
a sus privilegios que salían de los costados de los sufridos ciudadanos hasta
el día de hoy.
De los navíos
ingleses contrabandistas teniendo su base en Gibraltar, los más conocidos y
famosos documentados en nuestras costas según el Comandante de Rentas dirigida
al Intendente de la Provincia de Huelva, donde resalta que tres místico guarda
costa de este apostadero cuando se encontraban sobre la barra del Terrón,
entraron en combate con el bergantín contrabandista inglés llamado el “Paquete”,
teniendo su campo de descarga por los parajes de los Asperiilos, y Torre del
Oro ya que esta zona facilitaba la
descarga, y el transporte por los arrieros del Condado, este navío citado por
su fama, tenía por Capitán Carlos Velasco. Estaba armado con dos culebrinas de
a 12, y ocho carronadas del mismo calibre, y demás armas de chispas y blanca
correspondiente a 41 individuos de su tripulación con cargamento de ropa y
tabaco.
Este era uno de los
buques de pabellón inglés contrabandistas por nuestras costas conocidos de los
muchos que fue detenidos y echados a pique.
Mientras, el curioso
caso del Defín del Fita, se supo después de la importancia que tenía para el gobierno
inglés de Gilbraltar, ejercía el contrabando de armas y sustento a los
Carlistas, y a cualquiera que fuera enemigo del gobierno isabelino español en
aquellos días.
José García Díaz.