lunes, 13 de noviembre de 2017

Maresca y Mazgón

                                                           
                                                          


                        En el documento que exponemos es extraídos de los Archivos Estatales, donde se puede observar cómo se va cambiando poco a poco el nombre de las Playas de Castillas, por la de Mazagón después de aparecer documentada su singular nombre desde el año de 1433 para quedar reducido su vocablo a la playa junto al Arroyo del Gato, frecuentados por los pescadores de los pueblos vecinos como algunos portugueses.
    Ya en este año de 1964 es cuando a partir del mes de Julio, las autoridades toma medidas con los conocidos "ranchos" esparcidos por toda la playa, para agruparlos en la conocida "Redonda" cuya bajada se hacía a través del Arroyo Julianejo.

        En Julio de 1935, en el Diario de Huelva.

   Con las noticias publicadas en este diario, por medio de su corresponsal de Palos de la Frontera y de otros señores. hablando de esta extraordinaria playa, y en honor a la verdad, y como réplica a lo publicado el día 6 del mes de Julio de este año, me permito por creer un deber de justicia, hacer las siguientes e importantes aclaraciones:
      Me parecen muy bien que aboguen los aludidos articulista por  la construcción de un magnífico puente que atraviese-- nada menos-- que el profundo y prolongado caño de "Domingo Rubio"; que el Ayuntamiento del referido pueblo en sesión plenaria haya acordado pedir a los Poderes públicos todo lo que crea factible de conseguir, aun que, en realidad, no sea más que una hipótesis a todas luces, pero también me parece lógico que debe decirse que a las susodicha playa de Castilla se puede ir muy fácil, e incluso cómodamente, sin la necesidad de la formidable construcción fantástica de un gran coste económico, ya que tendría que ser elevadísimo para no interceptar la navegación marítima que por aquel lugar circula, diariamente, que si no es muy intensa, por lo menos, es muy necesaria e importante.
       Las playas de Castilla no están tan desamparadas de comunicación terrestre, como afirman los que tal escriben, pues existe camino cuya reparación está a cargo de la Jefatura de Obras Públicas de la Provincia, aunque bien es verdad que la consignación que recibe para las atenciones de tal servicio es excesivamente pequeña.
   Entre los medios de comunicación para ir desde este pueblo de Palos de la Frontera a las playas de Castilla no es nada complicado ya que de este pueblo al faro de la barra de Huelva, que dista unos 13 kilómetros, se pude ir cómodamente en automóvil. Puesto desde dicho pueblo hay 11 kilómetros en donde pasan los Forestales, y en donde se encuentran enclavadas las repetidas playas.
   En el trayecto nos encontramos con un hermoso puente, distante 3 kilómetros en donde piden precisamente, que se construya uno nuevo. Por este puente pasan camiones de 12 toneladas de peso. Su conservación, igual que se el ya citado camino, está a cargo de la Jefatura de Obras del Puerto y Guarderías Forestal de la Provincia contribuyen también en sus medios económicos a dicha conservación.
      En tiempo de verano hay un servicio diario de camionetas del vecino pueblo de Bonares, para llevar a los bañista a dicha playa.
    La carretera de que hablan los Forestales no es tal carretera; solo existe un camino hecho por medio de las arenas, de matas y barro, que no permite el transito a persona alguna, pues solo lo utiliza el personal forestal para efectuar más económicamente el arreglo y saneamiento de los terrenos que tiene bajo custodia.
   Caso de hacerse el puente pretendido, obra que de momento lo creo casi imposible debido a su elevado coste, habrá que hacer más de tres kilómetros de carreta para poder llegar enlazar el citado camino de los forestales, y para llegar a la misma boca de la barra de Huelva, la verdadera playa de Castilla, habrá que recorrer uno 20 kilómetros. Loa señores Ingenieros de la Junta de Obras Públicas que inspeccionan sus servicios del faro y barra de Huelva con mucha frecuencia en automóvil, pueden confirmar la verdad de mis manifestaciones.
   A don Manuel Siurot y a cuantos señores han intervenido con su mejor fe, pero que tengo la plena seguridad de que desconocen cuanto dejo transcrito, y yo le invito a que se den un paseo por el camino del pueblo de Palos al "faro de la barra de Huelva" y casa de los forestales, y verán sobre el terreno que no hay que "atravesar tantas leguas de arenas para llegar directamente a las tan mentadas playas de Castillas".
    Con muy poco dinero podría transformarse este camino en una carretera de tercer orden suficiente, a mi juicio, para cubrir las mayores exigencias de la locomoción actual, entrando a formar parte del plan general de conservación ordinaria por la administración con las demás carreteras de esta provincia.
   Esto es la más viable y menos costosa comunicación terrestre para llegar perfectamente bien a las Playa de referencia, y que yo me creo con en el deber cumplido por escribir estas columnas para este diario y para el conocimiento de los expresados articulistas  como a las gentes que le interese, estoy dispuestos a dar cuantos detalles se me pidan respecto del particular en cuestión.
  Por Luís Maresca. Jefe de Negociado del Cuerpo de Faros.
                                                         

En la foto de Pepe Gómez refleja lo que la playa, representaba para los vecinos de Bonares.
 Convertir un día normal en festivo.


   Mientras la primera misa;  en las playas de Castilla se celebró el año siguiente en Agosto del 36 en plena campaña de la Guerra Civil, el último Domingo del mes citado, cuando actualmente se puede hacer el viaje cómodamente y fácil dado que años atrás sería una compleja aventura.
     Al llegar a la playa nos encontramos en un verdadero en un verdadero campamento chiquito, con sus cantineras y guardias-- barreras para alojamiento de las fuerzas curtidas por el levante de estos días, con sus correspondientes enfrentamientos con los enemigos--ir de venir de soldado, órdenes, llamadas del teléfono y las clases de los oficiales que se encuentran observando los movimientos de barcos republicanos.
   El capitán, jefe de estas fuerzas y sus oficiales, atienden a todos los invitados de la prensa, a lo que es lo más parecido a una cantina del campamento.
    La gente se encuentran esperando la llegada de Fray Genaro, hermano superior de la Rábida, a quien tienen invitado para celebrar la misa, que han querido oír estas fuerzas en día de precepto. A la llegada del padre Genaro se toca por el corneta el primer toque de misa, mientras se hacen los preparativos para celebrarla. Todo un acontecimiento por ser la primera misa que se dice en estas playas. Verdadera misa de campaña en una época de guerra y lejos del poblado.
   Se ha improvisado el altar en un carro artillero. Presiden un cristo y la Virgen de la Inmaculada. La adornan granadas rompedoras, lirios blancos silvestres, faroles de campaña. De fondo el cielo y la mar, velitas blancas de pequeños barcos, gaviotas, y, en último momento para completar vemos a un submarino de la escuadra roja en un ir y venir constantemente, fuera de los alcances de nuestros cañones.
                                                               

La foto es de Agosto de 1936, era un puesto de observación situado en el puente del Vigía.


    Dando frente el altar, las fuerzas, con sus jefes, el comandante de Marina, señor Pérez de Guzmán, con otros oficiales, el alcalde y jefe de Falange de Moguer, el alférez de carabineros señor Solís, el sargento de la Guardia civil de Moguer, distinguidas señoras y señoritas, falangistas, carabineros. Mientras nos encontramos rodeados por cañones, proyectiles, arenas, mucha arena.
    Al levantar el oficiante la Sagrada Forma, se rinden las armas, siendo un momento de gran emotividad, formando una escena inolvidable, dentro de un gran silencio, sólo interrumpido por los puntos de del cornetín y el ruido del oleaje.
    La misa fue ayudada por falangistas de Palos, rindieron honores cinco artilleros. Terminada la misa, nuevas atenciones, saludos y despedidas, dejando las playas aquellas fuerzas de la batería, en donde, desde su jefe hasta el último soldado, tiene afanes de lucha, respirándose valor y patriotismo en aquel campamento chiquito rodeado de arena, cielo y mar.

  Por Eustaquio Jiménez en Moguer del año 1936.

José García Díaz.

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