El año de
1914, ha entrado en Bonares cargado de una fuerte friolera, que según los
viejos del lugar, "como no se recuerda", puesto que los posos el de
"los Bueyes" y el del "Camino de Niebla" no se puede sacar
agua, por encontrarse esta en estado de congelación.
El día 5 de Enero,
siendo las diez y media de la mañana el termómetro marcaba tres grados bajo
cero, cuando comenzó a nevar copiosamente, presentando sus calles y tejados un
bonito aspecto, mientras los transeúntes marchan abrigados con las capas
bufandas y abrigos.
La atalaya de
la Ermita de la Patrona, resalta cubierta por un manto blanco que nos recuerda
a los Montes Pirineos españoles.
Pero después
del frío, llega la primavera con su aroma; dejamos los campanilleros para
encontrarnos con el sonido entrañable del tamboril con la flauta; está alguna
de la gente bonariega de vuelta de la aldea del Rocío y todo casi preparado
para celebrar la fiestas de las Cruces.
Este año se ha
celebrado con mucha solemnidad, la tan esperada
fiestas primaverales. La hermandad de la Cruz de la calle Esperanza,
donde este año salió de la casa de don Francisco Conejo, en una lúcida y bonita
romería, formada por unos cincuenta jinetes, muy adornada y bien encabezadas
las caballerías y llevando a la grupa bellas señoritas de este pueblo,
ataviadas a la andaluza, con mantones de Manila, peinetas, guirnaldas de
flores, etc.
La banda de
música que dirige don Fernando Vega, dio aire sus melodiosos acordes,
amenizando la pintoresca cabalgata.
Iban
primeramente los hermanos mayores don José Montes, don Francisco Conejo y don
Salvador Sáez, llevando el primero, a su grupa de su caballo, a la guapa
señorita Dolores Montes, el segundo, a la señorita Rosa López y el tercero a la
señorita Antonia Montes, las tres muy bellas y bien ataviadas.
También
figuraban en la citada comitiva, las no menos bellas señoritas Carmen Padilla,
Isabel y Eloísa Camacho, Nazaria Sintado, Francisca Pérez, Manuela y Victoria
Borrero, Tereza Sánchez y otras muchas agraciadas que sentimos de momento no
recordar.
Delante de la
comitiva, iban el simpecado y las carrozas muy bien adornadas, en la que
simpáticas jóvenes cantaban las alegres coplas de la Cruz.
Este simpecado
fue bendecido en la parroquia por el cura don Francisco Labrador, quien después
del acto, dio viva a la hermandad que fue bastante veces repetidos, por las
gentes presentes.
La comitiva
recorrió las primeras calles del pueblo, dirigiéndose al sitio llamado
"Las Cabujera", ( o Cabuheras sitio situado junto al conocido paraje
"El Corchito" situado algo más abajo junto a las montaña de La Ranoza
) donde se hizo el alto, para merendar.
Aquí se bailó y
se cantó de lo lindo, pasándose un rato agradable cargado de alegría. Sacándose
para el recuerdo varias fotografías de sumo interés.
Al regresar
los romeros bien entrada la tarde, para el pueblo los romeros acompañaron a la
Cruz del Rincón, que es la del Ayuntamiento, saludándola con muchos vivas y
aplausos a don José Montes.
El hermano
mayor lucía una preciosa banda por el pecho, pintada por don Leonardo Querido,
hijo natural de este pueblo, cuya insignia ha llamado mucho la atención.
Al día siguiente
una solemne función religiosa, saliendo en procesión todas las cruces, recorriendo
las calles destinadas para ello. Para terminar en la Cruz llamada la del
Romero, acompañada de unos vistosos fuegos artificiales.
Como final de
las fiestas se celebró una alegre "buñolada", en la que se bailó y se
cantó sin descanso, reinando grandísima animación.
El maestro don
Fernando el Vicano, ejecutó notables piezas en su magnífico acordeón, siendo
muy aplaudido por tan generoso concierto.
Hasta el año
próximo, que me toque de corresponsal.
José
García Díaz.
Notas: Del diario
"La Provincia" y el Diario de Huelva.